"Por el día en que sonrían de vuelta..." una voz débil, la cual albergaba mucho dolor resonó en el sitio. Sin un rostro que las respaldara, aquellas palabras se formaron en el abismo, se repetían a manera de eco de forma insistente. ¿Por qué...?
"¿Quién está ahí?" Osomatsu intentó preguntar; no obstante, la voz terminó por esfumarse... dejando al menor cuestionando aquello. "¿Hola?" su llamado pareció reverberar en el lugar, haciendo más notoria la ausencia de aquella voz que había escuchado. "¿Hay alguien ahí?"
"...aunque esté en contra de mis deseos..." el eco regresó, inundando el espacio y dejando al menor atónito. ¿De quién era esa voz? ¿Acaso debía reconocerla? Osomatsu no estaba seguro, pero... por alguna razón, sentía una sensación de caída en su estómago cuando la escuchaba.
"¿H-Hola...?" La voz de Osomatsu reverberó de nuevo. "¿Q-Quién eres...?" sin darse cuenta, los ojos de Osomatsu lagrimeaban al escuchar a la voz desconocida. ¿Por qué le estaba costando hablar al escucharla? ¿Por qué se sentía tan triste?
"Yo perseveraré"
Osomatsu se sintió inmóvil al escuchar aquellas palabras carentes de sentimientos. Había percibido una aflicción tan grande en sus palabras anteriores que estaba seguro que terminarían por sofocarlo; sin embargo, al escuchar esto: No pudo más que quedarse en silencio.
Miedo.
El miedo empezó a abrumarlo. Era como si de repente, aquel abismo en el cual se encontraba, se hubiera enfriado y ahora estuviera congelándose; le era imposible moverse y si tuviera que describir su actual situación... diría que estaba cara a cara con la misma muerte.
Sintiendo su corazón palpitar desenfrenadamente, Osomatsu observó cómo frente a él: un agujero se abría. ¿Por qué? ¿Por qué es que se había abierto? ¿Qué aparecería? Con nerviosismo, el menor esperó. Esperó y esperó... pero nada surgió.
¿Le estaba pidiendo que se asomara entonces? No se sentía bien al considerarlo, el agujero no daba pista de a donde se dirigía, estaba completamente obscuro. ¿Quién en su sano juicio echaría un vistazo o se metería para averiguarlo? ¿Qué tal si éste se cerraba dejándolo atrapado? ¿Qué tal si éste terminaba en un lugar indeseable?
Osomatsu miró a su alrededor. Pero... ¿realmente estaba en un lugar deseable ahora? El espacio era completamente blanco... no había realmente nada. ¿Qué importaba si se asomaba? No podría ser peor que esto, ¿cierto?
¿Y sí el agujero le llevaba a un lugar mejor? ¿Y si era una especie de salida?
Osomatsu se posicionó frente al agujero y lo miró, intentando ver algo de lejos sin tener que tocarlo; sin embargo... nada. ¿Tendría que asomarse?
Con mucha renuencia, el pelinegro tocó el agujero con sus dedos; al sentir la textura terrosa de éste, se aventuró por meter la cabeza para ver lo que había dentro: con lentitud, Osomatsu ingresó hacia el otro lado.
Al salir, el menor se encontró en una especie de túnel donde no tuvo más opción que avanzar; logrando ver como la entrada luminosa de la cual había salido... se estaba cerrando.
"¡No! ¡No! ¡No! ¡No quiero! ¡No! ¡No me haga hacerlo! ¡No!¡No!" Después de haber avanzado unos metros más: Osomatsu se quedó paralizado. Gritos desesperados resonaban dentro del túnel, llenándose de una sensación de urgencia. ¿Debería avanzar? ¿Debería regresar? Osomatsu no sabía que hacer pero asumía que debía continuar...
Al seguir su camino a lo desconocido, Osomatsu se percató que al gatear, tocaba y se embarraba de restos de comida los cuales se veían putrefactos... y entre más avanzaba, el camino se estrechaba más y más; con el suelo mezclando alimentos echados a perder, heces, ratas muertas y sangre. El menor dudo en seguir. ¿Dónde estaba? ¿A dónde se dirigía? ¿Por qué su sensación de urgencia crecía?
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Relatos de un Futuro Incierto
ParanormalOsomatsu considera crecer junto a sus hermanos como su todo. Karamatsu quisiera poder olvidar. Ichimatsu se pregunta si habría podido cambiar algo. Choromatsu no parece entender lo que sucede. Jyushimatsu se pregunta cuándo fue que las cosas se sali...