Malentendidos

309 31 29
                                    

☆☆☆

Capítulo dedicado a Emy-senpai

☆☆☆

—Soraru-San —El albino lo llamó, interrumpiendo su comida. Recibió un "¿Hm?" como respuesta y prosiguió a hablar —Si pudieras pedir un deseo, tan sólo uno, uno que sin dudas ni trampas se volvería realidad, ¿Qué pedirías?

Los ojos del color del mar se levantaron del alimento para poder posarlo sobre unos rojos. Frunció el ceño ligeramente —¿A qué viene eso tan de repente?

—Sólo curiosidad, responde.

—Ahora no —Volvió a dirigir su vista la comida, decepcionándolo.

El albino hizo un puchero, inflando un moflete y frunciendo el ceño a la vez. Apoyó su codo derecho sobre la mesa y el mentón en su mano —¿Por qué no? ¿Qué es aquello tan importante que estás haciendo que no puedes responder algo rápido?

—Estoy ocupado.

—¿Haciendo...? —Lo calló sorprendiéndolo con una repentina cuchara con un trozo de pastel que llevó a su boca. Inevitablemente el rojo había aparecido en su rostro. Soraru apartó el cubierto de su boca y Mafumafu se detuvo a masticar y tragar el bocado.

—¿Y bien?

—¿Qué...? —Desvió la mirada, sonrojado.

—¿Está rico?

Dirigió la mirada una vez más a él, pero no habló. Era injusto, aún no respondía su pregunta y Soraru ya le estaba cambiando de tema, encima de que lo había hecho de una manera vergonzosa. Aunque sea una tontería, se negaba a responder.

—No lo sé —Intentó mantenerse firme —Tal vez sí, tal vez no.

—¿Ahora te haces el revelde? —Soraru quería reír de la actitud infantil del albino, aunque a veces llegaba a ser molesto, sin duda era la persona más tierna que existía en la faz del planeta.

Mafumafu frunció aún más su ceño —No me hago el revelde, Soraru-San aún no responde mi pregunta, no es justo que preguntes tú ahora.

—¿Por qué estás tan interesado en saber mi respuesta?

—¿Por qué no habría de estarlo?

Soraru se quedó mirándolo durante unos segundos en silencio, Mafumafu expectante de su respuesta. Fue entonces cuando el peliazul se inclinó sobre la mesa hasta alcanzar la comisura de los labios del menor con sus dedos.

—Tienes comida en la cara —Una vez más, ese hermoso rojo en sus mejillas —Aprende a comer, pareces un niño.

—No soy ningún niño, no me subestimes —El mayor le dedicó una sonrisa perversa que no entendió y el rojo de sus mejillas aumentó cuando Soraru tuvo el descaro de lamer las sobras de Mafu de su dedo —¡S-soraru-San!

—¿Qué? Pensé que ya eras un adulto maduro entonces, ¿Por qué reaccionas así?

—Eso no... —Quiso defenderse, pero no tenía la menor idea de cómo. Terminó explotando en un gracioso y tierno puchero —¡Agh! ¡Quiero ir a casa!

Habló más alto de lo necesario y ahora muchas miradas de otras mesas apuntaban hacia ellos, más de uno con preocupación en sus ojos. Ambos se quedaron unos segundos en silencio, el menor avergonzado mientras que Soraru se disculpaba con las personas con leves asentimientos de cabeza y susurros.

By My Side「OneShots」|| SORAMAFUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora