Capítulo 20, Redención

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En la oficina de Naruto del edificio Uzumaki en Konoha, estaba Hinata con Mikoto Uchija con 3 Uchijas más, la madre de Ino Yamanaka y Shikaku Nara que llegaron después de los demás, los tres estaban muy nerviosos y con cada vez que Naruto le dislocaba una extremidad a Mifuzo el ninja de Konoha que estaba siendo castigado por recordarle a Naruto su vida como esclavo. Hinata les estaba explicando que todo lo que se decidiera hacer, iba a ser efectuado en la plaza central de Uzushio, y si necesitaban atención medica ahí mismo se les daría.

Hinata se detuvo cuando los gritos se detuvieron, Mikoto incomoda preguntó –¿ya habrá terminado?– pero Hinata le respondió –Si se va a castigar a alguien y se desmaya en el proceso, no se puede seguir hasta que recupere la conciencia para que sienta su castigo de manera completa y pueda aprender de sus errores–

Todos los presentes tragaron con dificultad, –pero no se preocupen– Añadió Hinata –Ustedes están en una situación diferente así que no se van a llegar a esos extremos, y de una vez les digo ¡Por nada del mundo se refieran a la etapa de vida de Naruto con desprecio!– los demás asintieron con la cabeza.

Hinata para calmar la situación que ya los vio a todos sudando frio por sus declaraciones, decidió tomar un descanso y les ofreció unos tragos de licor de Uzushio, estaba caliente ya que era muy parecido al sake normal pero ese era de un color violeta traslucido, lo sirvió en pequeños vasitos al frente de cada uno mientras de la botella salía un leve humo.

–Salud– dijo Hinata sonriendo mientras alzaba su vasito.

–Salud– respondieron los demás algo nerviosos.

–Wow este licor es increíble– dijo la madre de Ino –tiene el amargo justo, y un dulzor delicioso, aparte de su aroma de flores–

–Es un sake especial para tomar antes de reuniones, ya que no causa embriaguez como lo haría un licor normal–

Después de una hora y media de hablarles de cosas banales y de que ellos respondieran de igual forma llegó Naruto con una expresión de cansancio. Los de Konoha se levantaron para hacer una reverencia mientras Hinata se le acercó y le dijo –¿Estas bien?–

–Claro preciosa, solo que me cansa mucho dar castigos pero cuando hay que hacerlos hay que hacerlos– dijo terminando la frase viendo a las personas con ellos. –Buenas tardes y agradezco mucho que vengan aquí, significa mucho para nosotros que estén dispuestos a esto–

–Estamos agradecidos que nos dé esta oportunidad de redención individual– dijo Shikaku.

–Tiene que ser así– dijo Naruto –o nadie lo haría, descuiden todo lo que pase aquí se quedará en esta sala, tienen mi palabra de que nada de lo que digan lo van a escuchar personas ajenas de los hoy aquí presentes, pero siéntense ¿Hinata ya les ofreció algo de tomar?–

Hinata agarró la botella vacía y la colocó con la boca viendo hacia el suelo y dijo –mientras te esperábamos–

–¿Esa era la botella que tenía debajo de mi escritorio?–

–Sí ¿por?–

–Esa botella la tenía guardada desde hace meses, tú sabes cuándo me gusta tu licor sin licor– dijo Naruto resentido.

Shikaku se asustó porque él sabía cómo se ponía él cuando le quitaban su sake.

–Tranquilo hoy en la noche te hago más te parece– dijo Hinata con una sonrisa

El brillo volvió a los ojos de Naruto y dijo –perfecto, bueno ahora sigamos con lo que tenemos que hacer–

Todos se sentaron, Hinata y Naruto detrás del escritorio de Naruto y los demás delante de este, Naruto sacó unos seis papeles, uno para cada persona presente en la sala y dijo –bueno, como ustedes saben vinieron aquí buscando la opción de redención hacia mí por lo que me hicieron años atrás para que pueda saber que en ustedes seis puedo confiar realmente, cada uno va a apuntar su nombre en uno de estos papeles y voy a apuntar ahí los actos que les toca pagar a cada uno–

Naruto, un mundo en esclavitudDonde viven las historias. Descúbrelo ahora