Capítulo 31, Mercado ¿Humano?

261 12 2
                                    

Antes de empezar quería decirles que no tenía ni idea de como hacer esto así que me llevó mucho tiempo para pensarlo, la buena noticia es que lo que sigue ya lo tengo medio pensado así que solo es de escribirlo y pronto vendrá el resto
Espero que les guste

Ya habiendo cenado Naruto y su familia fueron a una casa grande en la que se les iba a hospedar ese día, Naruto preguntó si no tenían ningún hotel y no una casa pero le recordaron que ese país está en guerra y no reciben ningún visitante a excepción de ellos. Por lo que se resignaron y aceptaron. Llegaron a la habitación no tanto que era bastante grande y tenía dos camas, las paredes estaban pintada con un color café claro y los muebles eran café claro, estaban en el segundo piso y la ventana de la habitación llegaba a ver los arboles de alrededor de la casa, al igual que las estrellas y la luna del cielo nocturno.

Al siguiente día Naruto se levantó a las cuatro y media de la mañana horario de Konoha para ya estar en sintonía con su horario, escribió durante una hora en un cuaderno y luego meditó por una media hora. Ya a las seis de la mañana se despertó Hinata y Ukari después de ella. Tendieron la cama y acomodaron la habitación justo como la encontraron y a las seis y cuarenta llegó Monfeir, tal y como acordaron en la noche anterior –Buenos días– dijo Monfeir y sorprendido añadió –no hacía falta que arreglaran la habitación, ustedes son nuestros invitados–.

–No fue una molestia– Contestó Hinata.

–Ten– dijo Naruto dándole una hoja de su cuaderno a Monfeir.

–¿Para qué es?–

–Es un localizador para saber dónde abrir el portal para volver–.

–Ya veo–.

–Tenlo contigo, regresamos a las dos de la tarde según Konoha, es dentro de 7 horas–.

–Eso es a las cinco de la tarde de aquí, es un poco más tarde de lo que se tenía pensado pero se entiende por lo apresurado de la situación–.

–Gracias por entender– dijo Hinata sentándose en una de las camas al lado de Ukari–.

–Bueno creo que ya es hora de irnos– declaró Naruto. Juntó las manos, hizo un abanico con ellas y se abrió un portal con la imagen de una habitación cerrada. Nos veremos, pon el papel en el suelo con unos tres metros de espacio a su alrededor a la hora acordada– y se fueron los tres dejando nada donde se encontraba el portal.

–Ahora me tocará a mí lidiar con su tardía– dijo Monfeir luego de suspirar e irse de la habitación.

En Konoha, dentro del edificio Uzumaki, Naruto y los demás se dirigían a la oficina de Naruto y se encontraron con Sasuke.

–Buenos días– dijo Naruto.

–¡Buenos días!– contestó Sasuke mientras apoyaba su rodilla derecha en el suelo y bajaba el rostro.

–Sigue tú Naruto, nosotras prepararemos el desayuno– dijo Hinata dirigiéndose a la cocina mñas cercana con Ukari –sígueme Sasuke– y él las siguió.

Naruto se quedó solo y siguió con lo que tenía que hacer. Hasta dentro de una hora llegó a su oficina acompañado por Hanabi, al llegar Naruto se sorprendió porque prepararon tortas de papa rallada con tocino y huevos. Hanabi se fue con Sasuke a preparar el área de recepción del edificio mientras Naruto desayunaba.

Después de comer dejaron los platos en la cocina y Naruto dijo –no tengo la menor idea sobre qué nos quiere hablar el Hokage así que hoy hay que estar preparados–.

–No creo que sea tan malo– respondió Hinata.

–Por cierto, me contaron que Mikoto llegó ayer a preguntar por mamá y ellas no le pudieron responder–.

Naruto, un mundo en esclavitudDonde viven las historias. Descúbrelo ahora