Eran las vísperas de Halloween, en casa de Santiago harían una fiesta de disfraces; estaban invitados Julieta y Taddeo. Era su oportunidad para estar con Mina.-¿Ah, una fiesta del día de brujas?
-Si, en casa de mi prima. Tengo que ir acompañado o si no estaría mal ¿qué dices, vienes conmigo?
-¿Ah? Si, esta bien.
-Te recojo esta noche a las 9:00 en tu casa
-Muchas gracias por la invitación
-No agradezcas, quiero que te diviertas un poco
Mina a colgado, una fiesta con Santiago ¿Qué llegaría a pasar?
Y así fue, Santiago llegó por Mina muy puntual, ella no necesariamente vestía un disfraz, llevaba puesto un casual vestido marrón. Se desviaron un poco del camino para llegar a cenar a un restaurant.
-La fiesta no va a empezar hasta la noche, no debí confiar en ti
-Era una oportunidad única para estar contigo
-Pero ahora ya es la hora de irnos ¿no? -dijo Mina mientras miraba su reloj de mano
-Tranquila, prefiero estar aquí hablando contigo un rato más. ¡Ah! escucha, me enteré que hay un concurso de novelas -Santiago sacaba algo de su bolsillo
-¿Un concurso? -Le muestra un papel en donde viene la convocatoria
-Envia tu historia, tal vez ganes -Mina leía el papel con atención.
-Asi que ya te encontraste con Ecca
-Si, estaba preocupado por Mina y le pedí a ella que la cuidara
-¡Mon!
-¿Ah?
Simon se encontraba en un bar junto a su amigo Néstor, por cierto ese bar no estaba muy lejos de aquel restaurant.
-¿Aún no te has dado cuenta de los verdaderos sentimientos de Ecca? -Simon toma un sorbo de su bebida, no le gusta hablar mucho de ese tema. -¡Vamos hombre! que la noche es joven, bebamos hasta emborracharnos como los viejos tiempos ¡salud Mon!
Al final no fueron a la fiesta, hablaron de ellos y sus gustos. Se habían conocido un poco más. Santiago la llevó a su casa y se despidieron como de costumbre. Fue una gran noche. Al día siguiente Mina tenía un conflicto dentro de la biblioteca, no sabía que final debía de darle a su novela.
-Hola ¿cómo estas?
-Ah eres tú. Fatal estoy en blanco, aún no he escrito nada soy incapaz no tengo el talento -Mina arruga una hoja
-Ah ya veo que si. Si renuncias así de fácil se ve que no tienes talento
-¿Quién eres para decirme eso? déjame en paz, no hace falta que me desanimes -Recoge sus cosas y se levanta para irse pero Santiago obstruye su camino -¿Y ahora qué?
-Sólo quiero que vengas conmigo y veas algo ¿te atreves?
Mina accedió, Santiago supuso que ella necesitaba algo de diversión por lo estresada que se encontraba, así que le ha llevado a una sala de juegos. Mina en verdad se estaba divirtiendo, Santiago le enseño a jugar básquetbol en lo cual ella quedo muy impresionada, él realmente lo hacía muy bien. Tambien probaron con algunas maquinitas de juegos y en la máquina de peluches, Santiago le consiguió dos a Mina.
-Nunca había estado en un sitio como ese, gracias
-¿Te has divertido?
-Si bastante
-Entonces a válido la pena, necesitabas un descanso. Ya veras que te lloverán ideas
-Es verdad -Mina miraba los peluches que llevaba consigo y también a Santiago.
<<Vaya, me ha traído aquí para que me distraiga un poco>>
-Muchas gracias -Santiago le sonríe y ella también
Como de costumbre, Santiago después de clases, sí no tiene una reunión visita la biblioteca para ver a Mina. Pero esta vez al entrar no le ha visto, la empieza a buscar en todos los pasillos muy preocupado hasta que la encuentra.
-¡Hey Mina!
-Hola, te esperaba -Mina estaba muy roja de la cara
-¿Me esperabas a mí? -Santiago corre muy contento de escuchar eso -¡Que bien, que bien, estoy tan feliz!
Mina estira sus brazos y le entrega un sobre muy ancho
-Esto.., ¿No será..?
-ajá -Mina le sonríe muy tímida
-¿Ya has terminado?
-Si
-¿Entonces puedes decirme lo que has decidido sobre los sentimientos de la protagonista, ya lo tiene claro? -Santiago estaba muy emocionado
-Si, creo que si, pero léelo por favor. Quiero que seas la primera persona en leerlo
-Muchas gracias
-Y por favor, prométeme que me dirás la verdad, si tengo talento o no. Dímelo, no sientas lástima por mí
-Vale te lo diré, prometido
La profesora Rebecca estaba escuchando todo, en cierta forma se sentía muy feliz porque Simón dejaría de preocuparse por ella y estaría abierto al amor nuevamente.
-¿Hola? Ah Rebecca...ah ¿qué, Escribió una novela?
-Si así es y todo gracias a Santiago Moneo, parece que él la animó todo este tiempo para qué la escribiera
-Ya veo, es mejor así
-Creo que ya no tenemos que preocuparnos más por ella
-¿eh?
-Claro que la ayudaré como su profesora, pero ahora esta bien. Mina esta volviendo a ser ella misma. Así que me gustaría dejar de ser su protectora
-Por supuesto Rebecca y perdona por haberte pedido algo así, siento que hayas tenido que estar protegiéndola porque yo te lo pedí
-No ha sido nada, bueno cuando vuelvas por la ciudad ¿me llamaras verdad?
-Por supuesto
-adiós Mon
Rebecca cuelga y Simón se siente mal
-Así que vuelve hacer ella misma
Santiago se encuentra afuera de la casa de Mina para regresarle su novela, es una noche sensacional, la luna brilla tan hermoso que no hay necesidad que haya luz en las calles.
-Disculpa por venir tan tarde Mina
-Esta bien
-quería decirte lo antes posible lo que pienso de lo que escribiste, ¡me ha gustado mucho!
-¿De verdad lo piensas?
-Claro, nunca mentiría de algo así, es lo que pienso
-Me haces muy feliz porque no confiaba mucho en mí- Santiago le entrega el sobre con su novela, se han tocado las manos. Ambos sienten algo
-Ya sé que lo he hecho muchas veces pero me gustaría preguntarte otra vez ¿crees que tengo alguna posibilidad? -Mina le mira, ya sabe que responder pero no sabe de que manera
-Puede ser
Después de un largo silencio, Santiago toma de los hombros a Mina y se va acercando a ella. Mina está mirando hacia abajo. Sabe que Santiago la besará, pero antes de que eso suceda, ella toma la iniciativa y lo besa algo tímida con las puntillas de sus pies levantándola. Le transmite sus sentimientos, Santiago no sé lo esperaba. Después muy apenada, Mina corre directo a casa. Ese ha sido una nueva sensación de beso; Santiago y Mina han creado nuevos lazos, que esperan triunfar en el futuro.
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La biblioteca
Teen FictionEn aquella biblioteca del instituto, si aquella la cual nadie visita; una alumna vive experiencias que nadie se podría imaginar y menos de ella, la mejor alumna del instituto. Sólo aquella abandonada biblioteca es partícipe de esas experiencias. Un...