La biblioteca

Secuelas de un beso

-Entonces dices ¿qué se han mudado todos a tu casa?

-¡Shh! No lo digas tan alto, no quiero que nadie se entere que cosas pasan en mi casa

Después de la escuela, Mina siempre es acompañada por Julieta a casa; en el transcurso del camino hablan de cualquier cosa. Su plática puede estar enfocada en sus comidas, relaciones personales incluso si se tornará más seria, pueden estar hablando de política. Son aquellas pláticas que no te aburriría para nada, es por eso que casi siempre van juntas a casa.

-Tú eres la única persona que sabe que está pasando en mi casa. Así es, las nuevas parejas de mis padres han comprado una casa más grande para que todos vivamos ahí. Con el pretexto de que todos tengamos una buena relación y no nos separemos.

-Que manera de pensar tan madura, te tengo tanta envidia Julieta tu familia es demasiadamente buena, eres muy afortunada.

Julieta le contó que además de eso tiene un hermanastro, que al parecer es una buena persona. Mina solo escuchaba todo lo que ella le contaba, le parecía genial la idea de que la familia de Julieta hiciera eso. Asi su amiga no estaria sola, en cambio Mina si que lo estaba su padre viajaba mucho y nunca estaba en casa; su madre siempre salía y la dejaba a cargo de la ama de llaves.

-Bueno, hemos llegado a tu casa Mina

-¿Tan rápido? Bueno no era de esperarse, con este tipo de charlas el tiempo se convierte en una molestia, bueno eso es lo que creo.

Ambas se despidieron y Julieta se marchó a casa.

<<Me gusta la compañía de Julieta, es muy sincera y nunca se calla nada. En cambio yo si que me callo algo>>

Al día siguiente después de clases, Mina se dirigía a la biblioteca por el mismo motivo de siempre. Al abrir la puerta de la biblioteca choca con alguien, esto hace que sus libros caigan al piso.

-Perdona - dice muy agitado el joven, quien no es muy feo del todo. Es la primera vez que Mina lo ve por el instituto, él podría ser...

-Oye, tú eres Taddeo Mauries, ¿no es cierto? Soy amiga de tu hermanastra. Mi nombre es Mina Arregui, mucho gusto

-He escuchado mucho de ti en tan poco tiempo, Julieta no para de hablarme de ti. Mucho gusto Mina.

Julieta había hecho una descripción tan perfecta, aquel chico era alto estaba bien para el estándar de un muchacho de su edad, tenía una cabellera rubia muy bien cuidada; no se veía que fuera vanidoso pero su cabello se notaba muy sedoso. Pero su cabello no era lo mejor de él, sus ojos, parecían un mar de esos azulados que te llaman mucho la atención en el instante en que los ves.

-Pero ¿qué tienes? Dime ¿Por qué estas tan agitado? - Le dijo Mina muy preocupada por el aspecto que tenía en ese instante Taddeo.

-¿Agitado? No por nada - Mina lo examinó con la vista y notó que llevaba con él un libro de Gaudí

-Que extraño Taddeo no esperaba verte aquí, por lo general casi nadie viene a la biblioteca

-Eso me pareció, sin embargo a mi me gusta; me gustan los edificios antiguos

-A mi tambien, me encanta este sitio. Es tan majestuoso y tranquilo

Taddeo observaba que Mina era una joven tranquila y muy seria, se basaba con lo que Julieta le contó, le parecía increíble que estuviera hablando con el.

-Por cierto, Estás en el club de literatura ¿verdad? ¿Escribes novelas y todas esas cosas?

-No, yo no escribo simplemente me encanta leer. Hago estudios acerca mis escritores favoritos y resumo sus obras.