HEMATOFILIA POETICA

Parte 3

Me di la media vuelta y empecé a caminar, con un tic en las manos que siempre hago cada vez que tengo una moneda en la mano comienzo a moverla entre mis dedos de un lado a otro primero lento y de ahí va subiendo la velocidad poquito a poco. Cuando de repente observo al lado izquierdo de la calle y veo que la chica hermosa coqueta intenta cruzar cuando de repente es atropellada veo que el cuerpo se alza y al llegar al suelo el sonido de sus huesos rompiéndose y rápidamente se derrama su sangre en todo el pavimento, luego el auto se estrella con otro y el conductor responsable sale ileso, excepto de su cabeza que sangraba pero igual no era nada grave. Vi que estaba en shock y entonces empezó a alejarse y luego a correr, ya estaba cansado de ver sangre, muerte en cada lado del campo de batalla. Que solo empecé a caminar con los ojos cerrados pronunciando unas palabras.

Y otra vez vuelve el tema del uniforme; sentí como me miraban a pesar de llevar mis ojos cerrados, sentí vergüenza por que llevaba un uniforme que no encaja conmigo. Al salir de esa escena ya para una cuadra de mi objetivo regresé la mirada y observe que nadie me estaba viendo como si nos les importara ver a un militar huyendo pavorido. Llegue dije en mi mente al ver la puerta negra con una frase de color amarilla que reconocí al verla, ya que era algo que yo había escrito cuando solo tenía 10 años. "UN GUERRERO NO MUERE HASTA QUE SU ALMA MUERA". Pensé que tanto lío con las almas tengo, que las uso en cada de mis frases o lecciones en la cual hablaba de la pasión por lo que haces.

No puede tocar el timbre porque recordé lo que había pasado hace un momento. Entonces se percataron de mi presencia y decidieron abrirme. Al entrar parecía que alguien se me había adelantado y me dijeron. –te esperábamos, ya nos lo contaron- me comentó la señora. Me dije a mi mismo quién habrá sido. Entonces su esposo se me acerca me da un abrazo y me dijo –el ejército nos llamó; mi más sentido pésame- Con voz de ternura. Recapacité y hable conmigo mismo una vez más sonsacándome que. Porqué el pésame si no era mi hijo, yo debería decir eso. Regañándole en mi mente que gracias a él ya no tenía palabras de calma para ellos. Pedí permiso para ir a mi antiguo cuarto, me lo concedieron. Y caminé y mientras lo hacía sentí un frío, una brisa que me decía Bienvenido otra vez. Abrí la puerta y mi habitación estaba igual que cuando me fui de ahí solo que sin su presencia pero al final pude observar en mi viejo escritorio una pregunta que escribí cuando vi a una niña que murió por cáncer repentinamente en mis brazos cuando estábamos jugando en su patio; "A DÓNDE VAN LOS NIÑOS?" una frase que resonaba en mi cabeza después de haber escuchado a una banda llamada: KUDAI. Luego abrí el cajón y me quedé asombrado al ver que mi vieja libreta de poemas y poesías seguía viva después de mucho tiempo, me acordé de cuando le decía a todos que era un autor de libretas luego me explicaron que la forma correcta de decir es: poeta. La abrí sin demora entonces comencé a leer cada uno de mis escritos.