Epílogo

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Tres años después.

A Draco le había costado mucho qué Harry volviese a confiar en él, y creo que viendolo de otro modo, si hubiese pasado al contrario, él no lo hubiera perdonado nunca, así que lo comprendió y agradecía que le diera una nueva oportunidad, pues Harry era el amor de su vida.

Estaban a la espera de su segundo hijo, Harry ya tenía una pancita de 7 meses de embarazo y según Draco se veía irresistible, ya que se perdió el anterior embarazo este lo estaba disfrutando mucho, más aún en esta etapa en que las hormonas volvían a Harry una máquina sexual.

—¿Harry? Ya llegué— Decía Draco que acababa de llegar del trabajo, últimamente no asistía mucho a las empresas de su padre, pero hoy había tenido una reunión que no podía aplazar. Cuál fue su sorpresa que encontró a Harry, llorando en medio de la habitación del bebé.

—Ya estás aquí— Dijo Harry con sollozos ahogados.

—¿Qué te pasa? ¿Por qué lloras amor?—

—No pasa nada, es solo que recordé cosas... y tú no estabas... y...— comenzaba a decir Harry entre hipidos.

—¿Qué cosas recordaste amor?— le dijo Draco con dulzura.

—Es que... me ví al espejo y me veo gordo y horrible y por eso tú prefieres estar fuera de casa— comenzaba a llorar Harry nuevamente.

—Amor por qué dices eso, si sabes que todo el tiempo estoy en casa, pero hoy tuve una reunión que no podía aplazar—.

—Claro, y ¿Con quién era la reunión? ¿Con Blaise Zabini? O tal vez ¿Algún otro?— dijo Harry con un dejo de amargura en la voz.

—No digas tonterías, ya te he demostrado que solo te amo a ti, y que jamás volverías a tener una queja de mi—.

—Sí, lo siento, es que no se que me pasa, te amo tanto que no quiero perderte, pero siento que tal vez yo no soy suficiente para ti, qué tal vez cuando menos lo espere, me dejaras y buscarás alguien más a tu altura—.

—Mi vida ¿Por qué dices eso Harry?, si yo te amo, los amo, ustedes son lo mejor de mi vida, yo soy el que temo perderte, eres demasiado bueno para mí— decía Draco mientras acariciaba el vientre de Harry.

—Tengo miedo Draco, miedo que te canses de mi— Esas eran las hormonas de Harry hablando.

—Ya no digas tonterías eso no va a pasar, vamos, anda, a cenar— Lo tomo en sus brazos y le dió un tierno beso lleno de amor y cariño.

—¿De verdad no te casaras de mí?-. Preguntó camino a la cocina.

Harry desvío el rumbo y lo llevo directo a la habitación, Albus se estaba quedando unos días con sus tíos Ron y Hermione, así que tenían la casa para ellos solos.

Ahí dentro de esas cuatro paredes, se profesaban el amor que se tenían, el que fuese testigo de un amor tan grande como el que ellos sentían uno por el otro, por qué uno no era nada sin el otro, ya todo estaba bien, Harry estaba con él, tenían su pequeña familia, que pensaba hacer más grande, no tanto como los Weasley pero, un par de niños más no estaría mal, ya no estaba PERDIDO.

Fin.

Lo siento por el retraso, es mi primera historia así que pues ya no le ví sentido hacer el epílogo más largo, espero que hayan disfrutado está pequeña historia que espero no sea la última.

Gracias por leer.

PERDIDO (Editado)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora