DOGS, DRUGS & LOVE ❤ KOOKMIN - 국민

02

Un alto castaño iba en su auto, escuchando como la radio ponía una canción que estaba muy de moda estos últimos días. La mañana estaba hermosa, y su ánimo se encontraba más allá de las nubes, hoy era su tercer día de "trabajo" y digo trabajo entre comillas porque la verdad no lo era literalmente.

El capitán de la policía le pidió que se presentara esta semana para poder enseñarle como funcionaba todo dentro de la comisaria, las áreas de trabajo, las áreas de descanso, los horarios, los baños, el comedor, y para presentarlo con los demás trabajadores.

Jeon JungKook era joven, tenía solo 20 años y desde pequeño quiso ser policía, pero no un policía cualquiera. Él quería ser esos geniales policías que le enseñaban a los perros a encontrar drogas, cadáveres, o buscar a personas extraviadas. Siempre admiró a esas personas, no entendía como podían lograr que un animal encontrara sustancias ilícitas o personas perdidas solo con su desarrollado olfato. Era increíble.

Por eso es que JungKook iba a ser el siguiente adiestrador de perros policiales de la ciudad. Estudió el comportamiento animal toda su niñez y adolescencia, entendió que los perros no eran drogados para hacerlos dependientes de las sustancias y así puedan hacer su trabajo, como decían todos. Entendió que la relación entre el animal y el humano eran de suma importancia para que todo diera resultado. Y cada vez que investigaba, más se enamoraba de aquel trabajo.

- Entonces, JungKook, entiendes como va todo, ¿verdad? - habló el capitán dando casi por finalizado el tour de largas horas.

- Así es, señor, me quedó todo completamente claro, estoy listo para trabajar.

- Si... bueno, hay un problema.

- ¿Se podría saber cuál?

- No contamos con canes a los que puedas adiestrar, así que, conversando con el equipo, llegamos a la conclusión de que tendrás que conseguirte tu mismo un perro al que adiestrar, y si aprende, serás contratado y se te pagarán los días de prueba. En cambio, si no lo logras, no te pagaremos, ni tampoco podrás trabajar aquí.

- Oh - se rascó la nuca preocupado - Está bien.

- Genial, entonces, te daremos lo que queda de semana para que consigas un perro, y la próxima semana empiezas a trabajar. Puedes retirarte ahora JungKook, se está haciendo tarde.

JungKook sonrió y se despidió de su jefe. Cuando salió para dirigirse a su auto, notó que ya estaba de noche y que estaba lloviendo muchísimo. Corrió hasta el vehículo y se subió. Acomodó su húmedo cabello y encendió el motor para marcharse a casa.

El viaje estaba siendo tranquilo a pesar de la fuerte lluvia que caía fuera, volvió a prender la radio y otra canción estaba siendo emitida, esta era más tranquila. Con gotas chocando en su parabrisas y música relajante de fondo, Jungkook se puso a pensar de dónde conseguiría un perro al que adiestrar, tendría que ir a adoptar uno o comprar, en el peor de los casos. Lo que sea que haga, tenía que hacerlo lo antes posible.

La lluvia caía con menos fuerza ahora, Jungkook bajó un poco la velocidad y prendió las luces bajas de su coche para ver mejor ya que en la carretera le era casi imposible, y agradece haber hecho eso porque si no, no hubiera visto al pequeño perro a un lado del pavimento, mojado y sucio.

Se detuvo y bajó casi a tropezones para poder ver en que condiciones se encontraba el animal, de lejos el perro parecía muerto, pero su alivio fue grande cuando aquel perrito levantó con dificultad su cabeza y al ver a JungKook comenzó a mover su cola esperanzadamente.

- Hola, grandulón ¿te encuentras bien? - JungKook habló mientras daba una rápida inspección por el cuerpo del animal, físicamente no se veía mal, no había heridas, ni sangre, pero internamente quizás podía tener algo grave. JungKook no podía dejarlo ahí - Tranquilo, estarás bien, yo cuidaré de ti - comenzó a acariciar la cabeza del perro y se encontró con un collar - JiMin.