DOGS, DRUGS & LOVE ❤ KOOKMIN - 국민

♥ Final ♥

Un nuevo día comenzaba con más acción que nunca.

Una vez la extraña pareja llegó a la estación de policía, el jefe de JungKook lo recibió alterado, casi gritándole que había un presunto sospechoso llevando grandes cantidades de cocaína a la capital del país.

En cuanto antes, el equipo antidrogas, que se componía por JungKook, JiMin, Yugyeom y Mark, se pusieron manos a la obra y se apresuraron para evitar que el traficante no alcanzara a salir de la ciudad.

JungKook iba manejando el jeep institucional, a su lado iba Yugyeom hablando por la radio y recibiendo las coordenadas de la supuesta ubicación del sospechoso. JiMin y Mark iban en el maletero. El perro de blanco pelaje estaba asustado, este era su primer caso real, aquí debería demostrar cuanto había aprendido de JungKook y obviamente, no quería dejarlo mal parado. Daría lo mejor para hacer sentir orgulloso a su dueño, entrenador y amante.

JungKook detuvo la camioneta haciendo rechinar las ruedas cuando vio un movimiento extraño entre dos camionetas y una casa. Se bajó acercándose a la casa sigiloso, atento y cauteloso.

Mark por su parte abrió la puerta del maletero, haciendo bajar a los canes, JiMin fue con su dueño, mientras que Mark y Yugyeom se acercaban a las camionetas, a unos muy escasos metros de la casa.

Para JiMin fue todo muy rápido, dos hombres salieron de la casa amenazando con armas a su dueño y a su compañero. Les gritaban que se vayan o sino iban a disparar. Obviamente los profesionales no iban a hacerlo, en un pestañeo sacaron sus propias armas y apuntaron a los otros hombres. JiMin gruñó enojado, de tan solo pensar en cómo uno de esos imbéciles podría herir a su dueño.

Esperen...

¿Ese era SooKyo?

Si, era él, el mismísimo hombre sin corazón que lo había abandonado sin piedad alguna en medio de la nada bajo una fuerte lluvia. Su corazón comenzó a latir con fuerza, mostrando inconscientemente sus dientes, furioso, dolido, sorprendido, triste y preocupado.

- ¿JiMin? - el hombre relajó su rostro al ver al perro. Este comenzó a ladrar.

Gracias al descuido de SooKyo, JungKook tomó ventaja y se acercó a él, quitándole con un codazo el arma de las manos, y dejándolo en el suelo con los brazos por la espalda. Lo mismo hacía Yugyeom con el otro individuo.

- JiMin, soy yo ¿me recuerdas? - habló el hombre con dificultad mientras JungKook le ponía las esposas - Ayúdame, este hombre malo está lastimando a papá - JiMin gruñó otra vez. Dándose cuenta de lo hipócrita que era ese hombre - ¡Vamos! Pulgoso inservible, haz algo.

- Cierra tu puta boca ahora mismo si no quieres que te muela a golpes - habló JungKook, tirando bruscamente del hombre para que se pusiera de pie - ¿Fuiste tu el imbécil que abandonó a JiMin en la carretera? - el castaño lo sacudió con rudeza.

- Si, hombre, esta asquerosa bola de pelos no sirve para nada, es un inútil.

- Discutiremos eso cuando mi pequeño encuentre tu asquerosa droga. Ve JiMin, haz tu trabajo.

Y JiMin no esperó más, entró a la casa acompañado de Mark y seguido de Yugyeom, buscaron habitación por habitación, en todo momento estando alerta por si había algún otro individuo.

Sus narices le avisaron que efectivamente había algo ilícito dentro de la casa. Mark corrió al baño donde olfateó y se familiarizó con el aroma, deseando con desesperación su juguete*. Notó como el olor se hacía más fuerte en la parte trasera del lavabo, rascó con sus patas la zona, impaciente.

- Buen chico - lo felicitó Yugyeom entregándole su juguete. Mark mordía feliz su pelota de tennis mientras su dueño buscaba en el área que había marcado su perro. Encontrando la droga.