Jacob
Esa chica ya me tenía hasta la coronilla; era la primera vez que una chica se resiste a mis encantos masculinos y me contesta de esa forma. Ella era completamente diferente, en todo el sentido de la palabra.
Las chicas a las cuales estaba acostumbrado eran muy diferentes: se preocupaban en ser lo más artificiales y falsas posibles, en usar más el cuerpo que el cerebro, en usar kilos de maquillaje y luego estaba ella, aquella chica que no le importaba nada de eso, tenía el cabello totalmente despeinado y poseía una belleza natural y única.
Pero solo era atracción física, ya que en cuanto a personalidad, era insoportable.
Tenía muchas cosas que hacer, sobre todo asistir a la práctica de béisbol. Hoy era un día algo especial, iban audicionar chicos para integrarse al equipo.
He de confesar, que es un tanto difícil, porque el entrenador es un hombre muy exigente; hasta para mí fue difícil y miren que soy bastante bueno, no es por alardear, aunque disfruto hacerlo, era el único deporte que me apasionaba de verdad; no permitía que nadie invadiera mi espacio y mucho menos que pretendiera robarme mi lugar en el equipo.
Mientras tanto voy observando a los chicos que iban llegando. Abrí los ojos de sorpresa al toparme con la última persona a la cual quería ver, Taylor Adams.
- El club de ballet queda en el otro edificio- le dije con sorpresa y algo de burla por encontrármela allí.
- Y el de los ridículos como tú, está por allá en el basurero.
- ¿Qué haces aquí?
- Audicionando para entrar al equipo, retrasado.
Esta tipa estaba completamente loca.
- Tú no sabes ni siquiera como se batea una pelota.
- Si me sigues molestando, será otra cosa que voy a batear.
- Enserio, ya tengo suficiente con soportarte en clase como para tener que hacerlo también en el campo de béisbol.
- Por lo menos es mutuo el sentimiento- me sonrió de la manera más descarada posible; ella estaba jugando con fuego y no sabe que se puede quemar.
Antes de que pudiera gritarle un par de cosas, llego el entrenador.
- Buenos días- dijo el entrenador
- Buenos días, entrenador.
- Miren que tenemos aquí, una chica.- se sorprendió, al igual que todos.
- Entrenador dígale que este deporte es solo para chicos, que se largue.
- Miller, compórtese, a ver ¿cuál es tu nombre?
- Taylor Adams, señor.
- Muéstrame que puedes hacer.
Seria todo un placer verla hacer el ridículo de esa manera; la detestaba tanto, que de solo verla me daba nauseas, era tan estúpida, arrogante, tarada, hermosa ¡pero que dije! hermosa esa causa problemas, estaba loco.
- Si entrenador- respondió ella con una sonrisa muy picara.
- Quiero que batees la pelota lo más lejos que puedas.
- Si es que no se te rompen las uñas antes- dije provocando que todos se burlaran de ella.
- Ten cuidado, no vaya a ser cosa que te la pegue a ti y te hagas más imbécil.
- Ya los dos compórtese, sino quieren que los saque a ambos del equipo.
- Si entrenador – respondimos ambos, mirándonos fijamente.
- Adams, ya puede comenzar.
- O determinar si quieres, debes ser muy mala.
- Quieres que apostemos algo- dijo ella de con una risa de satisfacción y de intriga a la vez-. El perdedor tiene que tirarse a la piscina, decir el nombre del otro y gritar que es el mejor delante de todo el equipo.
Estaba dudoso pero, finalmente acepte.
- Acepto, estoy seguro de que perderás.
- Aclaración- dijo ella con toda la seguridad del mundo-. El perdedor no puede echarse para atrás, debe cumplir la apuesta.
- Perfecto.
Terminando de aclarar todo, procedió hacer lo que el entrenador pidió; juro por Dios, que no esperaba lo que vi a continuación: ella la había sacado del campo de béisbol, en el primer intento. Palidecí por un momento al pensar, ¿cómo diablos había hecho eso?
- No que era muy mala, que me rompería las uñas- me dijo ella sacándome de mi asombro.
- ¿Cómo pudiste hacer eso?- le dije, sin salir de mi asombro.
- Muy fácil diría yo, era la mejor del equipo en mi otra secundaria- dijo ella muy riéndose por haberme dejado en ridículo-. Considera esto como mi venganza por haberme tirado a la piscina.
Esa chica no dejaba de sorprenderme; todo lo tenía perfectamente calculado, sabía que iba a ganar y por eso estaba tan segura a la hora de hacer la apuesta, maldita la hora que acepte, ahora seré el hazme reír de todo el equipo.
- ¿Y bueno?
- Bueno de que- dije haciéndome el tonto.
- No tienes una apuesta que cumplir, recuerda que no puedes echarte para atrás.
- Enserio tengo que hacerlo.
- Reglas son reglas, así que mueve tu trasero y vamos para la piscina
Maldecí entre dientes, todavía no podía creer que me haya ganado una escuincla; este era el comienzo de una guerra sin fin y ninguno de los dos estábamos dispuestos a ceder en nada, habíamos comenzado con el pie izquierdo y cualquier tregua quedaba totalmente descartada.
Mi reputación y mi dignidad se fueron a la basura gracias a ella.
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Barreras De Amor (Taylor And Jacob)
Teen FictionOdio al inepto de Jacob Miller, imbécil de pacotilla que aparenta tener cerebro cuando la verdad es que un delfín con atraso mental es más inteligente que el. Jamás había conocido a alguien tan petulante como el, si, se que parezco una loca desquici...