Introducción: La despedida

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El mundo como se conocía poco a poco comenzaba a desmoronarse, Terumi e Izanami habían sido finalmente derrotados y la paz llegaría al mundo, no obstante el hecho de que sucedieran todas estas situaciones que habían puesto su vida del albino y de sus amigos en peligro hacía dudar de si realmente debería existir, tal vez su hermano estaba en lo cierto cuando repetía cada vez "tu jamás deberías haber existido". Se encontraba en un completo vacío blanco, un blanco que pareciera tratarse del mismo cielo o de un lienzo sin pintar esperando que el pintor comenzara a trazar sus propios pensamientos en la tela, aquel joven se encontraba en lo que podría ser el fin de su vida, caminando sin temor alguno dando tan sólo diez pasos algo lo detuvo, o alguien que en todo caso el conocía a la perfección, se trataba de Rachel Alucard, aquella vampiresa que había estado con el durante tantos años, aquella que le dio ese brazo cuando nadie más lo había hecho ahora estaba en frente de él, sus pupilas rojas lo miraban con cierta intriga pero a la vez miedo, ella sabía perfectamente lo que sucedería, no quería que terminara todo tan abruptamente pero la decisión del albino estaba ya más que tomada.

La primera en hablar sería ella, sus labios rosados se moverían por unos segundos sin decir nada como si buscara las palabras para expresar lo que quería y sentía en esos momentos que le parecían una eternidad:

Rachel:- Ragna...así que ya has tomado tu decisión...¿cierto?

Un nudo en la garganta de ella se formaría con tan sólo imaginar el hecho de jamás recordar quien fue, el no poder estar más con el, sus discusiones, sus momentos felices y tristes, ¿tenía que terminar todo tan rápido?
Rompiendo aquel silencio que había dejado aquella pregunta el joven peliblanco tomaría ahora la iniciativa para empezar con el réquiem de su muy probable despedida:

Ragna:-Coneja, sabes perfectamente bien que no puedo cambiar de opinión, demasiadas anomalías han sucedido por mi culpa, ellos merecen ser felices...si yo soy la causa de que no puedan serlo el sacrificio lo vale.

El lugar comenzaría a modificarse creando una ilusión de lo que era el mundo de ambos, seguían en el vacío absoluto pero pareciera que estuvieran en el campo con una puesta de Sol, una corriente de aire veraniega correría entre ellos empujando suavemente los pastizales, ambos se habían percatado de éste cambio pero no le dieron la más mínima importancia, ambos sabían que todo era una ilusión. Las palabras a ella claramente le habían afectado, sin embargo la acción del albino la tomaría por sorpresa, rápidamente la cargaría de la cintura hasta ponerla en el aire aproximando su altura con la de ella, al darse cuenta de esto un leve rubor se formaría en sus mejillas mientras que con un golpe en su cara reclamaría:

Rachel:-Sueltame, ¿qué crees que estás haciendo? ¡Idiota!

El sólo se limitaría a verla por un momento, sus ojos de color verde y rojo se cruzaron con los carmesí de la chica, sabía lo que tenía que hacer. Acercando a la chica a él le dio un cálido abrazo, mientras que de su boca saldrían las más nostálgicas y felices palabras que alguna vez el hubiera expresado en otro momento:

Ragna:-Jamás pude agradecerte por todo lo que hiciste por mi...

Ella relajaría su cuerpo mientras que correspondería al abrazo con los ojos cerrados y una amplia sonrisa mientras que sólo diría el nombre del joven.

 Lo que seguiría a continuación sería las últimas palabras que el podría decirle a ella, unas palabras con extraña felicidad y tristeza poniendo a la par su mano en la cabeza de Rachel:

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Lo que seguiría a continuación sería las últimas palabras que el podría decirle a ella, unas palabras con extraña felicidad y tristeza poniendo a la par su mano en la cabeza de Rachel:

Ragna:-...Y también...adiós Rachel.

La contraria abriría los ojos de golpe, estaba cayendo al suelo, el se había ido para jamás volver, había ya desaparecido.

Lágrimas en sus ojos como grandes gotas de lluvia caerían de su rostro mientras ella caería derrotada al suelo, ella sabía que al regresar irremediablemente a su mundo ella lo olvidaría, ella no quería olvidarlo, quería recordar al pequeño niño con el que siempre tuvo peleas y discusiones, aquel joven que veía desde el cielo entrenar, aquel hombre del que se había incondicionalmente enamorado y que ahora se había esfumando como la espuma del mar al chocar con las costas. Levantándose lentamente y con un rostro carente de emociones ella regresaría a su mundo, no podía hacer nada para no olvidarlo, pero antes de partir ella musitaria unas palabras con cierta esperanza sin mirar atrás y con el corazón en la boca mientras que al decirlo su cuerpo empezaría a temblar como si fuese a desvanecer en cualquier momento:

Rachel:-Juro que el tiempo que me quede de vida, así pasen milenios...te encontraré y esta vez estaremos juntos...Ragna.

《Muy bien chicos hasta aquí será la primera parte, una pequeña introducción para entender cómo se irá moldeando la personalidad de Ragna a partir de lo que sucedió y cómo ingresará al mundo de Highschool dxd, se que fue algo corto pero espero se animen a seguir leyendo, nos leemos ;)》

El Angel De La MuerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora