Carta a medianoche

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En la cena, los slytherins no pensaban que verían a Harry Potter de nuevo.

-¿Qué hace ese aquí Draco?
-Se va a enterar, Crabbe, Goyle, venid con nosotros.
-¿Venís?
-Nos quedaremos cenando Viv.

Draco y Viviane se levantaron de su mesa escoltados por los dos gorilas y se acercaron a la mesa de Gryffindor.

-¿Todavía por aquí Potter?
-Pensábamos que ya estarías de camino al mundo muggle.
-Lamentó haberos decepcionado, eres más valiente ahora no Malfoy, con tus dos matones de nuevo.
-Yo que tu cuidaría tus palabras cara rajada.
-Cara rajada, me gusta. Tengo una idea Potter, nos batiremos en un duelo, esta noche en el pasillo del segundo piso.
-Acepto.
-¿Quién será tu segundo?

El pelirrojo Weasley puso una mano sobre el hombro de Potter a la vez que les hablaba.

-Yo seré su segundo. ¿Quién será el tuyo?
-Viviane Riddle, estará chupado venceros.

Los amigos volvieron a su mesa y se sentaron junto a sus amigos.

-No vamos a enfrentarnos en un duelo, ¿cierto?
-No, pero estoy seguro de que a Filch le encantará castigar a alguien.

    Después de la cena, Viviane, Draco, Theo y Pansy fueron en busca de Filch.

-¿Qué queréis mocosos?
-Solamente pensamos que quizá te gustaría saber que algunos alumnos irán a medianoche al pasillo del segundo piso.
-¿Cómo sabéis eso?
-Verá señor Filch, como alumnos de Slytherin, tenemos nuestras fuentes, buenas noches.

    Tras las palabras de Pansy, los cuatro chicos se fueron a su sala común. Justo cuando iba a parar, Viviane frenó.

-¿Qué ocurre Viviane?
-Nada. Entrad, no me esperéis despiertos.
-¿A dónde vas a ir?
-Quiero enviar una carta.
-De acuerdo, ten cuidado de que no te pillen.
-Buenas noches Viv.
-Buenas noches Theo.
-¿Quieres que vaya contigo?
-No hace falta Pansy. Hasta mañana.
-Hasta mañana.

    Una vez los tres chicos entraron en la sala común y la puerta se cerró, Viviane comenzó a andar hacia la lechucería. Cuando llegó, Athena estaba comiéndose una rata que habría encontrado por ahí.

-Hola Athena.
-Pensé que no vendrías a verme. ¿Cómo está Pancracio?
-Quedamos en que se llamaba Apollo.
-Lo que tú digas Viviane.
-Tengo algo para ti.
-¿Que es? ¿Ratas?
-No tonta, es una carta, para Matt.
-Ah, pues vaya.
-Ten-Viviane le ató la carta en una de sus patas- No vuelvas hasta que tengas una respuesta suya. ¿Entendido?
-Entendido jefa. ¿Algo más?

    Athena salió volando por una de las tantas ventanas de la lechucería. Cuando Viviane dio la vuelta para volver a su habitación, chocó con alguien, lo que le hizo caer al suelo.

-Lo siento, -el muchacho le tendió la mano para ayudarle a levantarse, una vez en pie de nuevo Viviane se sacudió la túnica que aún llevaba- ¿estás bien?
-Estaría mejor de no haber chocado contigo.
-Lo lamento.
-Da igual. Debo volver a mi sala común, y tu deberías hacer lo mismo.
-Tienes razón.

    Los dos chicos comenzaron a bajar las escaleras en un incómodo silencio.

-Por cierto, me llamo Cedric Diggory.
-Y a mí no me importa.
-¿Eres de Slytherin cierto?
-Nah, llevo una túnica de Slytherin porque si.
-Sé dónde está tu sala común. Te acompañaré.
-Tengo la sensación de que la harás aunque te diga que no.
-Mi sala común no está lejos de la tuya, soy de Hufflepuff.
-¿Eres sangre sucia?
-No, ¿cómo puedes tener esas ideas racistas?
-Solo era para asegurarme. Draco dice que una Slytherin no debe juntarse con sangres sucias ni traidores de la sangre.
-Oh, así que tú eres la amiga de Malfoy, debí suponerlo.
-¿Le conoces?
-Mi padre trabaja en el ministerio.

    Cuando llegaban al cuarto piso, escucharon varias pisadas y voces por lo que ambos chicos se escondieron tras una estatua.

-¿Qué es lo que pretenden con una criatura así en el colegio?
-Tú no usas los ojos ¿cierto? Estaba sobre una trampilla. El perro no está ahí por casualidad, está guardando algo.
-Yo preferiría no tener que encontrármelo nunca más.
-Será mejor que volvamos a la sala común antes de que nos encuentren y Malfoy y Riddle puedan regodearse.

    Una vez se aseguraron de que no había nadie, los dos chicos volvieron a salir de su escondite.

-¿Les conoces?
-Van a mi clase. Son gryffindors.
-¿Quienes son?
-Neville Longbottom, Ronald Weasley, Hermione Granger y Harry Potter.
-¿Harry Potter?
-Preferiría no hablar de ese idiota. No nos llevamos demasiado bien.
-Lo entiendo.
-¿Enserio?
-Es gryffindor, y uno de los chicos más conocido de la escuela, y tu eres de Slytherin. Es normal que os llevéis mal, por eso de la rivalidad de las casas.

    Siguieron andando durante un rato hasta que llegaron a las mazmorras.

-Entonces, ¿eres buscador?
-Así es. Creo que no sabes mucho de Quiditch.
-Me crié en el mundo muggle. Tan solo sé que mi padre se llamaba Tom Riddle y que fue a Slytherin.
-¿Qué hay de tu madre?
-No sé quién es. Ni siquiera su nombre.
-Me gustaría verte de nuevo, y seguir charlando.
-Ya en cuanto a eso, olvida que me has conocido.
-Creo que no podría aunque quisiera.
-Una última cosa, será mejor no contarle a nadie de lo que hablaban Potter y compañía. Preguntarían como nos enteramos.
-Me parece bien. Hasta luego.
-Hasta nunca Diggory.

    Viviane entró a su sala común ya vacía y se dirigió directamente a su habitación. El dormitorio lo compartía para su suerte con Pansy, y con otras tres chicas con las que aún no conocía, Daphne Greengrass, Tracey Davis y Millicent Bulstrode.

    Tras ponerse el pijama, Viviane sacó a Apollo de la caja de zapatos en la que lo tenía y le dejó salir de su habitación haciéndole prometer antes que no haría daño a nadie. Viviane se acostó en su cama y cayó profundamente dormida.

La Hija De Atenea (LDDV I)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora