2. Complicadas Historias de Amor

"¿Insatisfecha?"

Lennox había madrugado. Era sábado, y todos seguían dormidos, pero Logan se despertaba siempre al amanecer.

Le tenía sentado en la trona mientras le daba el desayuno. Hoy estaba especialmente contento. Le encantaban los potitos de avena.

Lennox le estaba limpiando la barbilla, cuando Marla entró por la puerta.

Cuando Lennox la miró, tragó saliva. Ella sabía la verdad. Podría complicarlo todo.

—Marla. Hola. Por fin apareces. —murmuro.

Marla aún usaba su ropa del hospital. Sendas ojeras tintaban la piel debajo de sus ojos.

Miró al bebé.

—He salido corriendo en cuanto he terminado el turno. Me moría de ganas de conocerlo. —dijo sin aliento.

Lennox observó con ternura como los ojos de la mujer brillaban con lágrimas no derramadas.

—Pues aquí está. Se llama Logan, y es él bebé más simpático del mundo. ¿Quieres cargarlo?

Marla se limitó a asentir.

Lennox lo saco de la trona, y lanzandole una mirada satisfecha a Marla, se le puso en los brazos.

Logan se limito a mirar a la desconocida. Sus azules lucían tranquilos.

Marla solo le miro, con un nudo en la garganta. Era tan bonito. Era él hijo de lo que más quería en este mundo, su sobrino Lochan.

—Es igual a su padre. Señor. Es como si fuera pequeño otra vez.

Lennox se removió incomoda. Miro para todos lados, temerosa de haber sido escuchada.

—Baja la voz. —murmuro.

Marla la miro, con un toque de dureza iluminandose en sus ojos.

—¿Es que acaso no lo sabe? ¿No vas a decirle que tiene un hijo?

Lennox se rubolizó.

—Tenía pensado decírselo, pero al verlo aquí, tan cambiado. Tiene novia. Ha rehecho su vida. Si le hubiera dicho que me dejo embarazada, habría sonado como la tipica ex despechada que viene a destrozar a la pareja feliz.

Marla frunció el ceño.

—¿Y esa qué excusa es? Es su hijo, maldita sea. Tiene derecho a saberlo.

Lennox se tensó.

—Si no recuerdo mal, desapareció durante dos años sin motivo alguno. Se perdió varias cosas. Como por ejemplo, el nacimiento de su hijo.

—Él no sabía que estabas embarazada.

-¡Me da igual! Legalmente Logan es solo hijo mío. Yo decido quien entra en su vida.

Marla soltó una carcajada.

—Eso cambiaría con una simple prueba de paternidad.

Lennox estiró los brazos.

—Devuelveme a mi bebé.

Marla asintió lentamente.

—Muy bien. Si quieres hacerlo por las malas...

—Yo también puedo desaparecer. Nadie va a quitarme a mi hijo, Marla.

—¡Nadie va a quitarte a tu hijo! ¿Se puede saber que concepto tienes de mí? Solo quiero que le cuentes a Lochan que tenéis un hijo. No te estoy pidiendo nada descabellado.

Lennox apartó la mirada.

—Lochan no necesita esto.

—Déjale decidir lo que necesita. Es mayorcito, ¿no crees?