VI. Galaxias en sus ojos🌙

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“El universo se movió por nosotros”

Jimin había visto la cantidad suficiente de documentales sobre extraterrestre para tener una idea de cómo se vería uno.  Por ejemplo, los reptilianos que median alrededor de cuatro metros y tenía poderes psíquicos. Miró al extraño que cambiaba en frente de él, y de hecho, era al menos un par de centímetros más bajito.

Pensó que quizás era uno de los grises y por poco llega a creer que pertenecía a ellos por el tono tan pálido de su piel. Sin embargo, los grises eran seres altos y delgados, de ojos negros y rasgados y otra vez, el extraño seguía siendo bajito y sus ojos era tan comunes como los suyos.

— ¿Qué clase de extraterrestre eres? -preguntó en voz alta, jadeante por la extensas horas de caminata. Ya había amanecido, y ni siquiera la densidad del bosque lograba opacar el calor y la humedad del sol, que encontraba la forma del filtrarse entre las ramas.

— Por última vez; no soy un extraterrestre -dijo con el tono exacto de hace unas horas atrás.

“¿Yo un extraterrestre? ¡Genial! Me encontré con un niño demente ¡Genial!” luego se masajeó las sienes. Jimin le miraba sin poder evitarlo “Para empezar, no soy un extraterrestre. Y segundo, camina. Tenemos que encontrar alguna maldita salida”

Y esa salida no había aparecido hasta el momento.

— ¿Cómo así? -preguntó Jimin tan encantado de cómo las sombras de las de las ramas de los pinos se plasmaban sobre la piel del extraño — Debes tener alguna raza. Oh, ya se. Quizás debes ser un Lyriano ¿Es eso no? Que no te de pena la conquista de los Reptilianos; ellos siempre han sido muy estratégicos…

El extraño se detuvo abruptamente, provocando que Jimin chocara contra su huesuda espalda. Levantó la mirada, encontrándose con los ojos del extraño; sin estar seguro de ser negros o cafés muy oscuros.

— ¿Tu estas hablando enserio? -le preguntó con una ligera mueca; como si esperara que le dijera que estaba bromeando.

— ¿Te ofende que diga eso sobre tu raza? ¡Que no te de pena, extraño! Los reptilianos son así; guerreros fuertes y…

— ¡Enserio estas demente, niño! No soy ningún extraterrestre, ni tampoco un Lyriano como tu dices ¡Es un disparate todo lo que estás diciendo!

Jimin arrugó el ceño; un gesto tan infantil que el extraño le miró embelesado — ¡No soy un niño! Que tu edad sea medida en años luz no quiere decir que…

— Tengo diecisiete años terrestres, no de luz o lo que sea que eso signifique -corrigió y le dió la espalda —. Andando, niño.

— Jimin.

— ¿Qué? -preguntó, mirándolo sobre su hombro momentáneamente.

— Soy Jimin -repitió caminando a su lado — ¿Y tú?

— Yoongi -dijo con un suspiro cansado al final — ¿Te parece si descansamos un momento? -preguntó deteniéndose otra vez de golpe; provocando que Jimin se estrellara contra su espalda una vez más.

— Deberías dejar de hacer eso -murmuró enojado mientras se quitaba la mochila y la dejaba en el suelo. Se sentó sobre la raíz húmeda y gruesa de un viejo abedul. Los pinos comenzaban a desaparecer a medida que caminaban adentrándose sin saberlo, en los más profundo del bosque —. Si no eres un extraterrestre ¿Qué haces aquí? -le preguntó y Yoongi le miró; se sentó a su lado y luego estiró sus brazos y los colocó detrás de cabeza, para dejarse caer contra el viejo tronco del árbol.

A cosmic child. «Yoonmin» [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora