Enero 29 - Día 13
Coloque su expediente en la mesa de la cocina, estaba sentada con una taza de café cerca de mi mano, aún estaba en pijama, disfrutando de un domingo. Había estado cansada últimamente y era agradable tener un día para descansar y permanecer acostada sin nada que pensar. En el otro lado de la pequeña cocina Liam sacaba la caja de cereal que estaba en la alacena
-¿Nuevo paciente?- pregunto mientras llenaba su tazón.
-Si- Dije mientras abría la carpeta del expediente, la portada ordenada y organizada, una foto de Zayn en la parte superior, junto a su nombre, edad, y líneas y líneas de información personal. -Lo conocí el miércoles pasado.-
Liam asintió mientras colocaba la leche en su tazón de cereal.
-¿Fue el encantador chico que me despertó en la madrugada?-
Sonreí al recordar su voz cálida que aún estaba en mi mente.
-Sí, el mismo.- Liam tomo su plato de cereal y se acercó a mí mirando la foto de Zayn que se encontraba en el expediente
-Tiene bonito cabello.-
Cerré de inmediato el expediente y mire a Liam. -Es confidencial.-
Liam me saco la lengua. -sólo quería ver como lucia el chico.-
-¿No tienes nada que hacer?- Le pregunté en un tono de molestia, Liam lo llamaba 'El modo reina de _____' debería de ofenderme pero me parecía gracioso.
-Sí, si tengo que hacer. Danielle quería ver una película.- Él sonrió mientras colocaba su tazón vacío en la mesa.
-Anda con cuidado.- Le conteste riendo al ver su expresión de emoción, parecía un niño cuando hablaba de Danielle, era adorable.
-sabes que siempre tengo cuidado _____- me guiño un ojo, mientras se dirigía a la puerta. -Nos vemos al rato.-
-¡Adios!- dije mientras tomaba un sorbo de mi café deslizando mis dedos hacia la segunda página del expediente. Estaba escrita la información general de Zayn, todo impreso en letras negras.
Mire la hoja, leyendo por partes, me detuve cuando mis ojos leyeron 'Intento de suicidio'.
Las palabras impresas parecían difuminarse. Sobredosis. Se lesionaba intencionalmente. Lo Admitió el 12 de diciembre... Eso fue hace dos meses. Pase mi mano por mi frente, mientras procesaba lo que había leído.
Oh Zayn, ¿Qué hiciste?
Enero 31- Día 15
Estaría mintiendo si digo que no he pasado estos últimos días pensando en él. Sabía que no debía de estar pensándolo demasiado, pero no podía evitarlo. A veces desearía no tener sentimientos, siempre me preocupaba mucho por el dolor que sentían los demás. Esa era una de las razones por las cuales era buena en mi trabajo, no era capaz de tomarme a la ligera lo que le ocurría a los demás.
Pude sentir una oleada de alivio cuando entré en su habitación del hospital. Zayn estaba como lo había dejado, Entre sus sabanas, cubierto hasta la cintura, su laptop entre sus piernas y sus ojos pegados a la pantalla. -Estoy empezando a creer que estas pegado a esa cosa- Le dije bromeando desde la puerta mientras le dedicaba una sonrisa amistosa.
-Pegue la laptop a mis piernas hace unos meses- Él respondió sin levantar la vista de la pantalla.
Lo miré fijamente, preguntándome si él podría haber sido el mismo chico que había llamado hoy en la madrugada, cuyo aliento había caído rendido al sueño. Parecía que las frías paredes del hospital habían convertido frio a Zayn. Sin dejar de mirarlo le pregunte -¿Entonces estas bien?-
-Tengo un poco de dolor de cabeza- Respondió él, mientras tecleaba algo en su laptop.
Entre a la habitación mientras miraba alrededor, Su cargador de computadora estaba conectado a un cable de extensión junto a la cama que se encontraba en suelo. En su closet pude ver chaquetas y pantalones colgados en una fila, y unos cuantos pares de zapatos en el suelo. Su mesa de noche era un desastre, tazas, lápices, y algunas fotografías enmarcadas de chicos sonrientes. -¿Quiénes son?- le pregunte al ver las fotos.
-¿Hmm? me contesto con un murmullo.
-En las fotos.- Le señale mientras miraba los rostros llenos de alegría. En la foto Zayn tenía una mano sobre su cabeza, con su otro brazo alrededor de un muchacho mirando. Este mismo muchacho alborotaba el cabello de Zayn mientras que una chica de pelo oscuro con demasiado maquillaje se reía de ellos.
-Amigos- El contesto sin mucho interés. -Mi mamá pensó que ellos me harían sentir mejor-
-¿Y lo hicieron?- Le pregunte mientras tomaba la silla que estaba a un lado de su cama para sentarme.
-No-
Me quede sorprendida al escuchar la franqueza de su respuesta. -¿Por qué no?
Finalmente me volteo a ver. Con esos ojos marrones llenos de brillo que iluminaban la habitación, marcados con sus pestañas obscuras que hacían sombra debajo de sus ojos. Se veía cansado, como si no hubiera dormido en semanas, estaba pasando por mucho. -Porque me estoy muriendo- Me dijo, Como si esa respuesta fuera obvia para mí.
-Necesitas salir de esta habitación- Podía sentir la forma en que Zayn había establecido raíces aquí en este cuarto. No sólo iba a morir, estaba esperando el día en que eso ocurriera.
-Tal vez mañana- Respondió él, aunque tenía una fuerte sospecha de que me dijo eso para que no le siguiera insistiendo.
-Aun te quedan muchas mañanas por disfrutar, vívelas, no te quedes encerrado en ayeres vacíos- Le dije. -Y, además, podemos aprovechar para salir y conocernos más, o sólo ir a caminar si gustas.-
Él me miró, dándose cuenta de que no lo iba a dejar en paz hasta que saliéramos. -Te odio un poco.- Él dijo, deslizándose fuera de su cama, tenía unos pans grises enrollados alrededor de sus pantorrillas.
-¿Sólo un poco?", Le pregunté, mientras abrochaba mi chaqueta.
Me volteo a ver y me dedico una pequeña sonrisa con sus labios.
-Sólo un poco- Afirmo y señalo la puerta. -Cierra la puerta, me estoy cambiando-
-Así estas bien princesa- Le dije bromeando mientras miraba su playera un poco sucia. -Sólo vamos a dar un paseo-
Me miró seriamente, Mientras sacaba ropa limpia de una maleta que estaba debajo de su cama. -No sé cuántos días he estado usando estos pantalones-
Sonreí ante su respuesta. -Estoy segura de que no quiero saberlo-
Me hizo una seña de que me volteara con sus dedos. -Date la vuelta. Me voy a quitar la ropa-
Por un momento tuve la más loca tentación de mirarlo, pero mi cerebro se hizo presente y recordé que no debería de estar acosando a los pacientes. Incluso aunque el paciente tenga hermosos ojos marrones. Me di la vuelta mientras jugaba con el cierre de mi bolsa.
-¿Que tan lindo me veo, en una escala de 1 a 10?- Me pregunto cuando termino de vestirse mientras colocaba sus manos en su cintura.
-Yo diría que alrededor de un siete. Tal vez un ocho- Le respondí con una sonrisa traviesa. Llevaba una camisa de The Ramones negra que se le pegaba a sus hombros marcando sus músculos y un par de ajustados pantalones de mezclilla. Se veía como un modelo de algún tipo de perfume caro, incluso con sus ojeras y el pelo revuelto. Entonces me di cuenta de que había algo infinitamente bello en las cosas rotas.
-Mentirosa. Soy definitivamente un 10. Tal vez un 9.9- luego agarró una gorra de su mesita de noche y se la coloco, aplastando su cabello. Me gustó la forma en que se movía su cabello lentamente, me recordó la forma en que él hablaba, lento y profundo.
-Tienes un gran ego- Bromeé, sonriéndole mientras se ponía su abrigo y se dirigía a la puerta.
-Es parte de mi encanto- No había perdido su insolencia de antes, pero había una calidez en él que no había estado allí anteriormente. Me hizo pensar que tal vez Zayn no sería tan difícil de conocer después de todo.
Salir de contrabando del hospital, fue tarea fácil. Cuando pasamos por la recepcionista Zayn le guiño un ojo, pude notar un cierto rubor en sus mejillas.
-¿A dónde vamos?- Me preguntó mientras caminábamos, tenía sus ojos en los edificios como si estuviera viendo por primera vez. Por encima de nosotros, el cielo anunciaba nieve y me preocupaba brevemente sobre mi viaje de regreso a casa.
-Eso depende. ¿Te gustan los Muffins?-
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