Capítulo 19
-¿Sabes que él está enamorado de ti, verdad?- Comenzó a hablar mientras las palabras se desvanecían alrededor del papel del cigarro.
Pensé en algún pretexto, o fingir que no había entendido lo que me dijo, pero lo único que pude hacer fue encogerme de hombros, una sensación de dolor molesto apareció en mi estómago. Nunca había pensado realmente sobre lo que sentía Zayn por mí, había estado muy metida en mis pensamientos sobre cómo me sentía yo hacía él. Había sido un poco egoísta al pensar que podía amarlo sin que existieran consecuencias.
–No lo sabía.– le dije suavemente, creo que fue algún tipo de mentira.
–Sí, si lo sabias.– Me contesto, mientras una onda de humo salía de su boca y se mezclaba con sus palabras, su mirada era retadora pero no antipática.
–Bueno… creo que sí...– Admití, ignorando la oleada de felicidad que sentía cuando pensaba en Zayn, como había comenzado a sonreír más, como me dejaba llevarlo a lugares, como nos quedábamos dormidos. –Pero eso no puede pasar. Él no quiere amar a nadie.–
–No puedes evitar sentir lo que sientes.– replico Zayn en un tono fastidioso que a la vez tenía mucha verdad. –Y eso lo asusta mucho a él.–
–Lo se.– Si pudiera elegir de quien enamorarme, no hubiera sido de un paciente terminal con tan solo dieciocho años.... pero aquí estaba yo con esa situación.
–Yo también lo amo, ya sabes. Es como un hermano para mí– Dijo Zayn finalmente mientras inclinaba su cabeza para inhalar profundamente. –Y tú eres buena para él. No tienes idea de cómo fue el año pasado, lo mire alejarse de todo. Ha sido el mejor compañero que he tenido, no creo que el llego a saber lo especial que era para mí y no creo que algún día lo llegara a saber.... Es como si estuviera perdido y tú lo estuvieras trayendo de vuelta a casa.–
–Ese es mi trabajo.– le respondí deseando tener una forma más adecuada para consolarlo. Yo era buena con las emociones de otras personas, pero cuando se trataba de mis emociones todo se tornaba desordenado y confuso.
Él negó con su cabeza, unas pequeñas curvas de sonrisa se hicieron presentes en las esquinas de su boca. –No, esto ya no es parte de tu trabajo.–
Asentí y me encogí de hombros. En ese punto me hubiera gustado dejar de fingir. Zayn ya no era solo mi paciente, pero no me quedaba muy claro si era mi amigo o mi amante. –Pero el vale la pena, ¿verdad?.–
Una sonrisa se dibujó en su rostro, aun así había un rastro de tristeza en el que se me hacía familiar. Todo esto había sido difícil para Zayn, pero tuve el presentimiento de que para Zayn tampoco había sido nada fácil. –Claro que vale la pena.– me contesto.
–No es justo que tenga que ser el, ¿verdad? podría haber sido cualquiera de nosotros pero tuvo que ser el.– Dije suavemente frotando mis zapatos contra el pavimento cubierto con nieve, mientras que Zayn aspiraba de su cigarro.
–Pensé mucho en eso cuando él fue diagnosticado.– Zayn me contesto mientras le daba unos pequeños golpecitos a su cigarro para retirar las cenizas de este. –Miles de veces he deseado que el diagnosticado con cáncer hubiera sido yo. Zayn es frágil, quiero decir... él es grande, carismático y sarcástico, pero por dentro es como de cristal. No debió -– Hizo una pausa y cerro sus ojos mientras aspiraba lo último que le quedaba al cigarro. –No debió de ser el.–
–Nadie debería de ser diagnosticado con cáncer.– Le conteste mientras pensaba en el PET SCAN (Tomografía por Emisión de Positrones: Examen para detectar tumores.) que me había realizado en la mañana, el tiempo de espera de los resultados estaban rondando en mi cabeza como una nube negra. No debería de tener que pasar por esto, Zayn no debería de pasar por esto, Olly tampoco debería. Pero así era la vida que nos había tocado, sufríamos mientras tratábamos de mantener nuestras vidas a flote sin hundirnos.
El asintió mientras arrojaba al pavimento el filtro de su cigarro ya terminado.
–¿Vamos adentro?.– Le pregunte moviéndome de mi lugar, estaba apoyada contra la pared.
Zayn asintió moviéndose también. Nos quedamos así por un momento, había solo un pie de distancia entre nosotros, antes de que alguno de los dos pudiera alejarse, sus brazos estaban alrededor de mis hombros y mis brazos alrededor de su cintura envolviéndonos en un abrazo. El olía a cigarro, a algún producto de cabello y a un cierto tipo de perfume cítrico, no debería de ser un olor reconfortante pero lo era.
–Yo solo quiero hacer que todo esté bien para el.– Susurre contra su hombro mientras apretaba mis ojos que estaban cerrados.
–Lo estás haciendo.– El tomo un largo respiro, en ese momento me pregunte cuantas conversaciones había tenido Zayn este año y trataba de no llorar.
–Desearía poder hacer más por el.– Le dije suavemente.
–Lo se.– agrego finalmente. Tenía razón, él sabía más que nadie como era tener encerrado ese sentimiento en el pecho de querer ayudarlo pero no poder hacer nada.
Pasaron unos cuantos minutos antes de que regresáramos adentro.
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