"Capítulo Nueve"

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Johnson.

El se separo de mí, yo aun no habia reaccionado, no todos los días te confesaban sus sentimientos y muchos menos así. Mi cara no ocultaba la sorpresa, estaba sorprendida y no salía ninguna palabra de mi boca, estaba paralizada, solo podía observar sus ojos verdes agua.

—Dime algo, por favor—Pidió Carter, yo seguía inmóvil.

Solo podía escuchar mis propios latidos, el momento se detuvo, no escuchaba la musica por alguna razón, estaba en una burbuja. Carter esperaba mi respuesta, lo sabía pero nada salía de mi boca. Hice un movimiento, salí corriendo de el lugar evitando a la gente que bailaba o simplemente estaban parados en mi camino.

Llegué a casa con la respiración acelerada por correr, abrí la puerta con cuidado y solo me senté en el piano para tocar una canción, por alguna canción las melodías que tocaba eran tristes.

Un ruido de tacón se escuchó, Mara se iba acercando a las escaleras, yo solo ignore todo y seguí tocando hasta que el piano se cerro, Mara lo habia cerrado lentamente y yo había sacado mis manos.

—¿Milagro, que sucedió?, yo te iba a buscar en una hora—Pregunto Mara, le di una mirada algo sonriente al escuchar "Milagro", me decía así igual que mis padres.

—Es que me sentía mal, seguro comí demasiado y mi estomago anda en una batalla—Me excuse, la verdad solo habia tomado un vaso de jugó de manzana.

—¿Que te dije de comer demasiado?—Pregunto a lo que yo reí un poco.

—Que vería las consecuencias despues—Repetí sus palabras pasadas mientras me levantaba.

—Bueno te dejo descansar, ya sabés que mañana nos vamos—Dijo Mara y recorde las vacaciones que nos íbamos a tomar, casi las olvidaba.

—Sí ya lo sabía, como olvidar que nos vamos de vacaciones, buenas noches mamá—Le dije acercándome a las escaleras.

—Buenas noches, milagro—Dijo a lo que subí las escaleras.

Llegué a mi habitación y agarre el pijama que estaba sobre la cama, me saque el vestido y me coloque el pijama, me acosté sobre mi cama y analice el día, lo que habia sucedido. Me quede pensando en Carter, ese chico castaño que se convirtió en mi amigo, el mejor. ¿Debería darle una oportunidad a Carter?.

●●●

Desperter por los ruidos de la cuidad, exactamente por el sonido de bocinas, sonido provenientes de automóvil. Me fui al baño para prepararme, hice mis necesidades, tome una ducha y me vestí, baje las escaleras para ir a la cocina. Me preparé una chocolatada con pan, algo sencillo.

—¿_____, estás lista?—Pregunto Mara quien ya estaba con una campera abrigada.

—Ya lo estaré—Respondí para mirar mi desayuno.

Me tomé toda la chocolatada restante de una, Agarré el pan sobrante y lo metí entero en mi boca. Subí lad escaleras y me puse una campera, agarré las valijas y baje rápidamente.

—Tranquila Milagro, la próxima más temprano, ¿Sí?—.

—Sí, lo siento—Respondí para salir.

Un taxi nos esperaba, subimos las valijas y entramos al taxi, quien nos llevaría destino al aeropuerto. Me sentía mal por irme sin despedirme de Carter, más por lo ocurrido entre nosotros, pero el entendería, además solo eran vacaciones, volvería y con una decisión.

●●●

Sentí una mano sucediéndome, abrí mis ojos para mirar donde estaba, ya anteriormente habia bajado de el taxi para ir al aeropuerto, ahora estaba en otro taxi camino a ni siquiera sabía dónde.

—Despierta milagro, ya estamos llegando—Dijo Mara a lo que mire por la ventana.

Solo podia ver naturaleza, me sentía extraña, como si ya conociera aquí. Llegamos y bajamos de el auto, baje mis valijas y nos dirigimos a un hotel. Esperen, ¿Esto no es Derry?.

—¿Estamos en Derry?—Le pregunte a Mara observando el lugar.

—Tu madre siempre quizo que tu estarás aquí, que tengas lindos momentos de este lugar como tuvo ella—.

—No se que decirte—.

—No digas nada milagro, yo vaciare las valijas y mientras tu sales, pero te quiero temprano. Saldremos a sacar fotos—.

—De acuerdo, Mamá—.

Salí de el hotel para caminar, no tenía un destino pero amaba oler ese aíre. Todo se veía más o menos cambiado, repintado o arreglado. Llegue a donde habia una casa grande, con un patio enorme, un chico estaba sentado de espalda, sus manos sostenían un libro cual se alcanzada a ver que era de aves. No le tomé importancia y seguí mí camino, debería ir a los barrenos. Siento que algo me toca en hombro, ese acto me hizo voltear rápidamente.

—¿Johnson?—Dijo a lo que yo miré a ese alguien sin saber cómo reaccionar.

No tengas miedo ➸Stanley Uris.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora