Invitación.

7.3K 471 153
                                    


Vale: Poché, ¿qué te parece Fernanda? – Preguntó su hermana, quien estaba en la cama viendo su teléfono -. Ella es linda, piénsalo.

Poché: Sale con Mario – Dijo de inmediato-. ¿Negro o blanco? – Preguntó colocando dos camisetas frente a ella, combinándolas con indecisión con el pantalón que había escogido.

Kim: El blanco te queda hermoso, además esa camiseta de combina con el cabello.- Respondió mientras las demás chicas en la habitación reían.

Pau: Pero el negro te hace ver como una chica ruda, Poché, trabajas en un estudio de tatuajes, ¿qué quieres mostrar?

Poché: Creo que iré por lo seguro -. Dijo mientras sacaba una camiseta gris y se la ponía.

Vale: Puedes ir con Lauren – Sugirió.

Poché: Fue mi novia hace cinco meses y sabes que las cosas no terminaron bien, además no creo que quiera acompañarme.

Vale: ¿Crees que no quiera o tú no quieres que te acompañe?

Poché: Yo no quiero, fue muy posesiva, no quiero volver a eso.

Vale: Vamos, Poché, sé que quieres ir con alguien a la fiesta, invita a alguien.

Poché: Puedo ir sola, no tengo problema. -Terminó cediendo ante la insistencia de su hermana-. Si quieres que vaya con alguien, tendrás que buscar a alguien diferente a Lauren.

Kim: ¿Por qué no vas con Juan? Sabes que es gay y cuando empiecen los chicos a acercarse a ti, seguro se alejará.

Poché: Tendrás que hablar con él -. Aceptó finalmente encogiéndose de hombros mientras se colocaba la camiseta y se disponía a maquillarse.- Pero no quiero ir con un chico.

Vale: ¿Qué tatuarás hoy? ¿Tatuarás poco? ¿Por eso vas tan tarde? ¿Tatuarás traseros o algo así?

Poché: No lo sé.- Respondió riéndose pensando en tatuar los traseros de las personas.- Tengo un par de citas con una pareja que quiere un tatuaje en conjunto, unos hermanos que quieren el nombre de sus padres y otra cita, creo que de una anciana que quiere el nombre de su perrita... supongo que lo demás será sorpresa.

Se despidió de las chicas en su apartamento y se dirigió en su carro a trabajar.

--------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

Sebas: ¡María José Garzón, mejor conocida como Poché, pitufo, chichón del suelo, al fin llegaste! -. Dijo en voz alta al verla entrar, estaba detrás del mostrador y se levantó para envolverla en un gran abrazo.- Empiezas a trabajar tarde y llegas tarde, ¿por qué no me sorprende?.

Poché: Cállate, Sebas. Habían muchas personas en mi apartamento y no me dejaban venir, ya no puedo pedir que cocinen por mí porque se adueñan de todo.- Los dos rieron al recordar que la peliazul era un desastre cocinando, cuando lo había intentado, se había prendido la alarma de incendios, otro día llegaron los bomberos y otro, casi desalojan el edificio.

Continuaron hablando animadamente hasta que se volvió la hora en la que empezaban las citas. Poché se dirigía a su área de trabajo cuando vio a una elegante silueta, ya familiar en sus sueños, sentada en la sala de espera. Sebas me había dicho que me estaban esperando y que no quiso ver los portafolios, eso solo lo hacían los clientes viejos.

"Daniela"

La peliazul caminó hacía donde estaba la chica y no pudo contener su sonrisa.

Poché: ¡Hola, Calle! ¿Cómo estás? -. Dijo animadamente acercándose a la chica de sus sueños.

Calle: María José, hola, bien, necesito ayuda con algo.- Dijo con cierto tono de preocupación, el cual Poché notó enseguida y la dirigió a su área de trabajo.

Poché: ¿Qué pasa?.- Preguntó preocupada.

Calle: ¿Crees que mis pechos se ven bien con esta camisa? .- Dijo seria, la pequeña no sabía si era una broma o si debía mirar a sus ojos o a sus pechos.- Vamos, Poché, necesito tu opinión.

Poché: Ehhh.- Dijo nerviosa y bajó un poco la vista, en ese momento sintió que escuchó a los ángeles cantar, por primera vez escuchaba a Daniela Calle, la chica que tenía enfrente de ella, la chica más perfecta que había conocido, reír. La seguía observando, la otra chica estaba roja de la risa y ella no pudo evitar sentir sus mejillas arder de la vergüenza y reír también.

Calle: Debiste ver tu cara, fue épica.- Dijo aun riendo.- Ahora sí, a lo que vine. Quiero otro tatuaje y María José.- Tomó un gran respiro y dijo todo rápidamente.- ¿te gustaría ir a cenar conmigo el sábado? 

LA TATUADORA |CACHÉ|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora