Nunca podrás ser parte de mi...

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"Nunca podrás ser parte de mi, porque siempre ensombrecerás tu débil corazón por la familia que a ti te importa, que, a tus ojos, son los que valen."


(Anne-lise Griffin)


-Ya te dije que no- suelta mi mamá alterada mirándome seria

-¿Por qué? Necesito una razón válida- le digo tratando de calmar mi enojo

-Tu madre ya te dijo que no Anne-lise- dice mi padre mientras se levanta del sofá de la sala y camina hasta mí con aire cansado por la discusión entre mi madre y yo

-No es justo- expreso furiosa

-¡Si tan cansada estas entonces puedes irte! Nadie te detiene- me grita mi madre- No tienes que sacar en cara que quieras irte de esta casa-

-No lo dije con esa intención. Yo solo estaba comentando que quería independizarme en un futuro- chille frustrada. Mi madre nunca me entendía

-No tengo tiempo para esto. Iré a casa de mi madre este fin de semana- expresó ella mientras miraba a mi padre esperando respuesta de su parte

-Como siempre, tú nunca tienes tiempo para tu hija. No sé porque todavía tengo esperanzas de que algún día llegues a entenderme- le dije dolida, como siempre terminaba cada vez que discutíamos, que por si no lo saben, es bastante seguido

-Te amo, pero no te entiendo y no te voy a entender. Eres demasiado complicada para lo sencilla que es tu vida. No entiendo porque debes tener estas discusiones conmigo si vives perfectamente bien- espeta mi madre mirándome a los ojos

Verán las discusiones con mi madre abundan con demasía irritabilidad, nuestra forma de ser es tan distinta que no nos llegamos a entender. No llegamos a un acuerdo donde nos sintamos en paz las dos, mi padre suele expresar lo tedioso que es vernos y escucharnos pelear, pero realmente estas peleas me frustran porque mi madre nunca pone de su parte. Decir que dentro de mi núcleo familiar soy una isla es poco, es muy bonito a comparación de las cosas que llego a sentir siendo parte de ellos. Ninguno me entiende en su totalidad, podemos decir que tengo buena relación con mi padre pero no es genuina ni espontanea, con mi hermano es la única persona de esta casa con la que puedo hablar sin necesidad de medir demasiado mis palabras y sé que me dirá lo que necesito escuchar, y con mi madre mi relación es una total catástrofe, la amo pero no es la persona más asertiva del mundo. Dice muchísimas cosas que me hieren, creo que por eso es que mi corazón se ha vuelto tan frío. Nunca ha sido fácil, pasar de un entorno en donde pocas veces veía a mis padres por sus respectivos trabajos a verlos todos los días y empezar a convivir. Puedo expresar con total libertad que las únicas personas que me llegan a doler son mi abuela, mi nana y mi hermano.

-Ni siquiera haces el intento mamá- le susurre molesta por su actitud

-¿Para qué? Ya tú sabes que no nos entendemos, tienes que vivir de realidades Anne-lise- me dice ahora regalándome un gesto lleno de reproche

-¿Para qué vivir de sueños? Tú nunca me dejas soñar- murmure frunciendo el ceño

-¡Bueno basta ya!- grita mi padre exasperado por la discusión- Tu madre te dijo que no y punto. Te vas a tu habitación y no quiero que discutas más, no necesito que estén peleando por esta tontería- habla señalándome las escaleras

-¿Por qué no me dejaron con mis abuelas? Creo que hubiera tenido la oportunidad de vivir con una estabilidad emocional. Vivir aquí, con ustedes, es vivir uno de mis tantos infiernos personales- finalicé molesta subiendo las escaleras. Cuando entré en mi habitación, cerré la puerta y me deslice hasta caer al suelo. Lloré por muchas horas, sin saber que ocurría fuera. Una vez me calmé, corrí a mi escritorio y saque papel y lápiz y comencé a escribir

Vivire mi vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora