Capitulo 1

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Era un día tranquilo y soleado, la paz reinaba en la ciudad de Heisen. Algunos ciudadanos daban un paseo por la plaza, otros comerciaban en las ferias, mientras que nuestro Héroe Larieth dormía una siesta bajo un manzano. Era un día perfecto, el sueño de cualquier poblador, quizás era demasiado perfecto, tan utópico que generaba desconfianza. 

De repente una manzana callo sobre Larieth y lo despertó. Se puso de pie, desenfundo su espada y se coloco en pose defensiva. Miro a su alrededor en busca de la persona que acababa de arruinar su siesta, y sin embargo no encontró ningún culpable, hasta que vio una manzana en el suelo y dedujo quien, o mejor dicho que, era lo que causo tal obra demoníaca. El árbol había cometido un crimen insensato, y por ende debía ser ajusticiado. Larieth concentro su fuerza en los brazos e hizo un movimiento rápido con la espada, cortando el árbol a la mitad en una milésima de segundo. El árbol callo seco contra el suelo y sus hojas planearon en el aire, como si fuera una danza, cayeron lentamente hasta quedar suspendidas en el pasto.
Si, nuestro Heroe Larieth, apodado Lari, es un hombre muy peculiar y todo lo que lo rodea es bizarro, bueno por lo menos lo será a partir de mañana. De todas formas debo contar su historia desde el comienzo, desde lo sucedido después de que Lari cortase el arbol, pues en ese mismo instante, un brujo maligno aparecio en el mercado y comenzó a lanzar hechizos por todos lados, sumiendo esa utópica ciudad en un caos total.
Naturalmente Lari estaba decidido a luchar contra el brujo y así salvar a los ciudadanos.
Cuando llego al mercado ya no quedaba nadie, todos habían escapado de la zona. El brujo se encontraba agachado detrás de un pequeño puesto de venta de sandías. Parecía estar buscando algo ¿Acaso el dueño de ese puesto escondía algo sagrado y mágico?¿Que habría debajo del mostrador? El héroe no dudo un segundo y corrió rápidamente hacia el brujo y se abalanzó contra el mismo. Este estaba tan concentrado observando una canasta con sandías que no se percató de la presencia del héroe. Entonces no tuvo tiempo de esquivarlo y ambos cayeron al suelo.
Lari se levanto, descenfundo su espada y apunto al cuello del villano. El brujo tenia un rostro muy llamativo, sus ojos eran celestes y tenia facciones marcadas, era lo que muchas personas consideran como atractivo. Esto claramente dejo desconcertado a Lari, pues se esperaba lo de siempre, algún hombre resentido y horrendo cuyo plan era exparcir el mal por el simple hecho de sentirse poderoso. Pero no, esta ves era un joven mas apuesto que el y con una mirada que deslumbraba inocencia.
- Oye ¿quien eres y que viniste hacer aqui? no pareces un villano. Pregunto Lari con un tono interrogativo.
-Yo... emmm soy.... un simple campesino. Vine a buscar sandías baratas a la ciudad para llevarle a mi madre que esta enferma.

El héroe no sabia que hacer, los villanos siempre confiesan sus crímenes y se sienten orgullosos de eso, ¿porque? No hay porque, pero  siempre es así. Sin embargo este hombre le estaba diciendo que era inocente, y no parecía mentir.

-Espera ¿tu me estas diciendo que todo este alboroto y la evacuación de la zona sucedió porque si? ¿Que no tiene nada que ver contigo?
- Bueno, personalmente creo que no es mi culpa, pues la ignorancia de la gente no es mi problema.
-¿Ignorancia? ¿ De que ignorancia puede hablar un pobre campesino?
¿Que puedes llegar a saber tu?
El héroe no podía creer lo que estaba escuchando, era una situación tan estúpida. Pues al fin y al cabo se trataba de un villano escondiendo la verdad ¿Acaso era una nueva moda, un nuevo tipo de villano? Ciertamente era algo estresante.

-Pues si señor, lo que sucedió fue esto: Yo estaba haciendo la fila para comprar sandías en uno de los locales, y llevaba conmigo una canasta con Luzirayos.
- ¿Una canasta con que?
- Vio, su propia ignorancia lo pone nervioso.
- ¿De que habla, ignorancia sobre que?  yo soy el Héroe Larieth, se mas que todos aquí, pues cumplo un papel esencial para nuestro reino. Nadie sabe mas que yo, menos los sabios de las montañas. Nadie alcanza su gran nivel de conocimiento.
-Pero sin embargo es ignorante, porque no sabe que es un Luzirayo, y tampoco sabe lo poco que usted sabe. Ni siquiera tiene noción de lo poco que conocen los ciudadanos de Heisen y eso es preocupante.
-¡Ya deja de hablar tonterías del campo y dime que es un maldito Luzirayo!
-Es simple, es un objeto de un solo uso que al entrar en contacto con el agua genera una explosión colorida de diferentes formas. Pero hace mucho ruido.
- Suponiendo que estas viles mentiras son reales ¿Como es que estos aparatos podrían haber generado este caos si estaban en tu canasto?
- Es simple, al haber mucha gente en la plaza, un niño me empujó para poder pasar entre la fila  y el canasto callo sobre un charco. Los Luzirayos comenzaron a explotar y volaron por los aires haciendo dibujos coloridos y dejando estelas de humo. Esto genero caos y miedo porque nadie aquí sabe de este producto, pues es parte de la tradición del campo. Como ve, al final el problema no es Luzirayo, sino la ignorancia, pues si la gente hubiera sabido sobre este artefacto, nadie se hubiese asustado.

-Pero los rumores dicen que eres un brujo maligno. Por eso la gente estaba corriendo. ¿Porque ocultas la verdad?

-Yo no estoy ocultando la verdad, es usted el que esta mintiendo, nadie dijo que yo era un brujo, la gente simplemente corrió por miedo a las explosiones repentinas. ¿Quien te dijo que yo era un brujo maligno? 

Larieth no sabia que hacer ante tales declaraciones. Sin embargo el campesino tenia razón ¿Porque el héroe pensó que ese hombre era un brujo? ¿Quien le dijo ese falso rumor? ¿Como estaba tan seguro de que el tenia la verdad?

No quiero que el héroe descubra mi omnipotencia ya que esto se volvería una locura y podría escaparse de esta historia. Voy a solucionarlo fácilmente...

-¡Ayuda!¡Ayuda! 

El campesino y Lari oyeron el pedido de ayuda y ambos miraron hacia la dirección de donde provenía ese grito. Se sorprendieron al ver que había un hombre debajo de un cartel que se había caído. El pobre hombre tenia brazos tan pequeños que no llegaba a mover el cartel de encima suyo.  Ambos corrieron al rescate y movieron juntos el cartel. 

-Muchas gracias héroe , salvaste mi vida. Bueno en realidad podría haberme sacado este cartel fácilmente estirando mis brazos con mi poder especial, pero por razones ajenas a mi, me vi obligado a pedir ayuda.

¡Maldito personaje secundario! te maldigo por la eternidad, pues tu acto acaba de marear mas al héroe y esto suena aun mas sospechoso. Comienzo a dudar de mis propias capacidades como creador de todo este mundo. Mis propios personajes se revelan contra mi y no puedo hacer nada para frenarlo. Lo corregiré fácilmente.

De repente el hombre no tenia mas voz. 

El héroe decidió ignorar sus ultimas palabras, pues le era complicado entender lo que dijo. Solo le hacia preguntarse mas cosas, y ningún héroe quiere preguntarse cosas, sino se daría cuenta de su inútil existencia. 

-¿Dime, es este hombre es un brujo maligno?

El hombre asintió con la cabeza. El campesino lo miro con desconcierto y un instante después su cabeza se encontraba en el suelo, separada de su cuerpo y rodeada de sangre.

- Muchas gracias por cooperar con la justicia del reino, seras recompensado con tierras y oro.

Al final era necesario que el héroe creyera que ese pobre campesino era un villano, pues de otra forma yo dejaría de tener poder sobre el y esta historia pasaría a ser una historia sobre mi, lo cual seria muy aburrido. En fin, lamentablemente un inocente murió para que el héroe pueda seguir existiendo.

Larieth y el hombre que acababa de salvar fueron juntos al castillo a contarle lo sucedido al rey.



LariethDonde viven las historias. Descúbrelo ahora