Capitulo 3

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Larieth y Remers caminaron horas y horas por el bosque en busca de algún poblado pequeño en el que pudieran quedarse, sin embargo no encontraban nada.

—Creo que deberíamos haber tomado el camino con el cartel que decía "Hacia el pueblo del riachuelo." No puede ser que no hayamos encontrado nada aun ¿Estas seguro que atravesar el bosque es la mejor opción? — Pregunto Remers.

— Sinceramente no tengo idea, nunca salí del carruaje cuando iba a mis misiones así que no conozco ningún camino.  Ni siquiera sabia que había un bosque alrededor del castillo. De todas formas, tu eres el plebeyo así que deberías poder guiarnos. Es una de las pocas cosas que puedes hacer.

— ¡Te dije que no me llames mas plebeyo! y no, yo tengo muchas habilidades, como por ejemplo puedo estirar los brazos hasta unos 10 metros. 

Larieth observo con curiosidad como Remers estiraba sus brazos hasta llegar a la copa de  un manzano que estaba lejos de ellos y lo contraía de nuevo hasta su tamaño normal.

 — Sorprendente. Al parecer tienes algunas sorpresas. De todas formas sigo pensando que eres un plebeyo inferior, tus manos llenas de arrugas y piel seca deslumbran pobreza.

 Remers observo sus manos apenado — ¿No crees que lo que acabas de decir es un poco ofensivo? No todos tuvimos la suerte de poder entrenarnos en el arte de las espadas, ni menos de transformarnos en héroe. La vida no es tan simple. Ademas de ser panadero yo siempre tuve que trabajar horas extras como leñador en este bosque, y sostener el hacha por mucho tiempo deja marcas. Pero estoy orgulloso de ellas, pues son parte de mi historia, de mi identidad, de este hermoso mundo. Si, exactamente, yo soy el mundo, yo soy parte de este mundo. Tu eres el mundo también y por ende soy parte de ti. Pues todo lo que hacemos afecta al otro aunque no sea de forma directa, o eso me decía mi madre antes de ir al burdel a trabajar...

— Yo no soy el mundo, yo soy una persona propia, yo vivo en el mundo, no formo parte de el. Somos dos cosas diferentes. Aunque yo necesite el mundo para vivir, el mundo no me necesita a mi, por ende no somos la misma cosa. Porque el mundo es mas poderoso que yo. Es lo mismo que lo que sucede entre tu y yo. Los plebeyos necesitan de nosotros: los héroes para poder vivir sin crímenes. En cambio yo no necesito nada de ustedes para seguir viviendo, pues solo me representan una perdida de tiempo, es decir un trabajo.

 — Allí es donde te equivocas, porque sin nosotros los héroes no existirían. Sin nadie a quien salvar tu trabajo no tendría sentido y dejarías de ser un héroe.

— Mejor deja el parloteo innecesario que terminaras poniéndome de mal humor plebeyo. Por cierto, mencionaste que eras leñador aquí, entonces yo tenia razón, deberías poder guiarnos.

  — Realmente no, porque yo trabajaba en la entrada del bosque, así que nunca me adentre en el. Sin embargo no me opuse a tu idea de hacerlo porque el interior de este hermoso bosque  siempre me dio curiosidad. Aunque me arrepiento de eso, al final la curiosidad realmente mato al gato.

De repente se escucho un maullido extraño detrás de ellos, ambos saltaron del susto y rápidamente se dieron vuelta.  Frente a ellos había una criatura extraña colgada de un árbol, observándolos con una mirada espeluznante y sacando los colmillos, preparada para atacar. Era una especie de gato peludo, con el pelaje de la espalda cubierto por una capa de espinas que goteaban un liquido grasoso y verdoso. Una bestia realmente repugnante.

El héroe desenfundo su espada y se puso en posición de combate, preparado para derrotar esa bestia asquerosa que los asechaba. Ciertamente era un combate muy difícil, mejor dicho, ni Remers ni Larieth podrían derrotar a esa bestia. Este sera el fin de la historia. Aquí terminara todo... 

Entonces Remers estiro su brazo y lo enrollo alrededor del Héroe de forma que este no pudiera escapar, y comenzó a correr mas rápido que nunca, cargando a Larieth, que se encontraba desconcertado ante la situación.

¿Enserio creyeron que dejaría que esta historia termine así? Definitivamente no. Como buen narrador que soy, decidí incluir a Remers en la vida del héroe para evitar que se descontrole. Por razones que desconozco Larieth no obedece mis pensamientos y hace lo que quiere y eso puede arruinar totalmente mi historia, pero Remers cumple todas mis ordenes y ni siquiera sabe de mi existencia omnipotente. No debo permitir que ninguno de los dos descubra que no existen, porque como mencione anteriormente, podrían transformar esto en un caos. 

  — ¿Que sucede? ¿Porque estas corriendo? ¡debemos derrotar esa bestia!— Grito Larieth

  — No lo se, mi cuerpo se mueve solo, por alguna razón sentí que no podríamos vencer a esa criatura y me deje llevar por mis instintos. Yo tampoco entiendo nada.

  — Te entiendo, a mi me paso lo mismo ayer cuando me enfrente al brujo maligno, por alguna razón sabia que era malo. Es como si una fuerza superior me hubiera puesto un pensamiento en mi cabeza. No lo se, fue muy raro.

  — ¡Exacto!¡Me sucedió lo mismo ese mismo día! Esto es muy raro.

  — Si, no se que sucede, debe ser el mal tiempo. 

  —  Probablemente es eso. 

  — Bueno, ahora podrías soltarme, puedo correr por mi cuenta. 

  — Si perdona, tienes razón.

Remers soltó a Larieth y freno para descansar un poco, pues la corrida lo había dejo sin aliento. De la nada se esucho un rugido extraño y ambos se miraron cara a cara y se leyeron los pensamientos.
Comenzaron a correr sin mirar hacia atrás.
Corrieron y corrieron hasta que vieron una cueva tapada por varios arbustos. Se dirigieron allí y se dieron vuelta para ver si la extraña criatura seguía persiguiendolos, pero no había nada, solo se escuchaba el cantar de los pájaros que hacia eco entre los árboles.
Larieth tomo su espada y comenzó a cortar los arbustos para poder entrar en la cueva, ya que era la opción mas segura para pasar la noche.
Cuando la entrada ya estaba descubierta, ambos se adentraron en la misteriosa cueva.
El interior era muy amplio y profundo, tan profundo que no se podía ver el final de la cueva. Las paredes eran de piedra cubiertas por musgo.
Comenzaron a inspeccionar todo detenidamente y de repente un pedazo de piedra cayó en la entrada y los dejo atrapados dentro de la cueva.

LariethDonde viven las historias. Descúbrelo ahora