Gatos Guerreros. Peligro inminente. #2 Saga el destino de los Clanes

Parte sin título 12

Brisa Escarchada estaba tumbada junto a Ala de Milano y Pétalo Helado. Olvidó durante unos segundos que esa misma noche tendría lugar la batalla. Paso la mirada por el claro. ¿Quienes eran leales? Miró a sus amigos, incapaz de aceptar que hasta ellos podían estar en el bando enenmigo. Suspiró y agitó las orejas dandole un mordisco a la paloma que tenía delante.

A su lado Ala de Milano rio y le dio un golpe en el hocico

-¿Qué haces?- preguntó indignada

-Tenías una pluma en la nariz- soltó un risita

Brisa Escarchada rio imaginando que quizá un día tendrían hijos juntos.

-¿Mañana cazamos juntos?- propuso Pétalo Helado

-Claro- respondio Ala de Milano

-Buena idea- dijo la gata blanca, recordando que no habría un mañana para los Clanes.

De pronto frente a ella ya no estaban sus amigos, sino en una zona repleta de juncos. El Clan del Río, vio como unos gatos atacaban a Paso Sonoro y a Brisa Escarchada. Su visión volvió a la normalidad.

Su visión apenas había durado un latido de corazón.

-¡Tenemos que irnos!

-¿qué?- preguntó Ala de milano incrédulo

-He tenido na visión. Vamos- se levantó de golpe

-Disimula un poco- susurró éñ- Buena idea, ¡será mejor reponer la cerne fresca! Venga Pétalo Helado- dedico un guiño complice a las gatas

Brisa Escarchada sonrió

-vamos.

Los tres salieron del campemento a paso rápido, nadie reparo en ellos. En cuanto la vegetación se interpuso entre la mirada de cualquier gato y ella brisa Escarchada echó a correr. Se guiaba por el aun reciente rastro de la que había sido su aprendiza y el lugarteniente. A su lado Ala de Milano corría, su cola ondeaba tras el mientras esquivaba arbustos y raices. Petalo Helado tenía la espalda erizada y la mirada atenta fija en el frente.

-¡Dejala!- Brisa Escarchada saltó entre los juncos y derrumbó a Corriente Silenciosa.

A su lado Ala de Milano saltó sobre el lomo de Sombra de manzano, sus pelajes marrones apenas se diferenciaban.

-¡Invasores!- aulló Patas de Bruma agazapandose para atacar.

para asombro de Brisa Escarchada Estrella Escondida apareció entre los juncos.

-Pasad a nuestro territorio- ordenó

Ala de Cristal obedeció sacudiendo la cola, Pétalo helado también paso llevando con ella el cuerpo de Paso Sonoro. Ala de milano hundió una última vez las uñas en el pellejo de Sombra de manzano antes de pasar también.

-¿Acaso es que sois incapaces de respetar los límites?- preguntó Estrella escondida- ¿qué es para el Clan del trueno el código guerrero?

<<¿Qué es para ti- pensó Brisa Escarchada?>>

-¿Y vosotros?- gruñó Ala de Cristal- asesinando lugartenientes en refriegas fronterizas y atacando a un curnadero

Brisa Escarchada vio como la curandera y el ñlíder se miraban, los ojos de ambos chispeantes. Sus pelajes erizados y las uñas clavadas en el suelo.

-Informaremos a Estrella de vendaval- bufó tajante Brisa Escarchada

-¿Soolo eso?- Ala de Cristal estaba realmente furiosa

-Nos superan en número pelear aquí no es la solución

La curandera gruñó algo en bajo antes de darse la vuelta, dedicó uan última mirada helada al líder rival

-Espero que realmente no necesiteis la ayuda del clan del trueno- bufó

-Descuída, si hay algo que no necesitemos es al clan del trueno cuidando de nosotros- respondió el líder.

Brisa Escacrhada vio como su aprendiza se alejaba a grandes zancadas. Con un suspiro cargo a Paso Sonoro y emprendió la vuelta

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Estrella Vendaval acabó de anunciar la peridda de su lugarteniente al Clan. Todos estaban cabizbajos y en silencio. ni un murmullo corría al claro

-Esta noche será velado. Mañana lo vengaremos- añadió sacando lasuñas, que rasparon la dura superficie de roca.

Bajo de un salto para ovillarse junyo a su lugarteniente perdido

-Cuando la luna este en lo más alto mi sucesor será nombrado. Esperemos que este dure...- masculló después, la tristeza teñía su mirada

<<No habrá un mañana>> Brisa Escarchada sabía que no podía decir aquello en voz alta.

Vio como unos gatos se iban a dormir. Vio como Huella de León lamía la cabeza de Fogata. Nadie esperaba un ataque. Los gatos estaban tranquilos, unos compartían lenguas, otros dormían y otro velaban asus compañeros. Solo Pelaje Azhar, su propia madre. Estaba en pie. Su mirada penetrante fija en un punto del muró, sus costados levemente erizados.