[X] Sé que no te voy a olvidar.

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Narrador Raoul:

Han pasado dos semanas y estamos aquí, en el vuelo de vuelta a Barcelona. Nerea y Aitana no se hablan. No puedo parar de pensar en Agoney y en como me alejo de él. Cada segundo de trayecto en el avión me separa de él un poco más y me duele por dentro. Me pongo los auriculares para evitar escuchar el ruido de mi alrededor y la primera canción que sale es Every breathe you take. Otra llorera. Miro la galería de mi móvil y las fotos con Agoney. Miro las conversaciones y me conecto al wifi del avión. Agoney me habló.

Agoney: Qué susto, Raoul! Oye, que pensé que no tenías WiFi ahí. Veo que sí. Como están Aitana y Nerea?

Raoul: Ni se hablan. Bueno, voy al baño a ver si pasa algo. Tú sígueme hablando.

Me levanté y, de forma muy sigilosa fui viendo lo que ellas hacían. No pasaba nada y me metí en el baño. Me miré al espejo. Estos días me han sentado bien, estoy más moreno y más guapo. Me saco un par de selfies y las subo al instagram. Agoney me comenta «Más guapo y no naces ». Me va a costar no verle todos los días. Pero es lo que hay. El amor es así, no lo inventé yo. A veces te enamoras de gente de tu ciudad y otras de un canario a 2000 km de ti. Qué suerte tienen Nerea y Aitana, pensé. Y no se hablan. Voy a seguir aquí.

Narradora: Aitana.

Raoul se levanta para ir al baño y tanto Nerea como yo nos ignoramos. Quiero ponerme en el medio y hablar con ella. Pero no puedo. Ella me odia, tiene que salir de ella. La miro. Está llorando, mirando una foto de las dos en el móvil. No me ha olvidado. Gira su cabeza y establecemos contacto visual por primera vez en mucho tiempo. Sus ojos llorosos me dan mucha pena. Antes de que yo me moviese ya se movió ella.

- Aitana, lo siento. Dejémonos de chiquilladas. Cuéntame lo que pasó con Luis. Ya.

- Verás...  Tú estabas tan enfadada que pasé de ir al hotel, donde creí que estabas. Así que el camarero me llevó a su casa. Hablamos unas horas, me pareció majo, y me fui a dormir. Al parecer se fue de fiesta mientras yo estaba en su casa. Al despertarme el olía a tabaco e iba muy pedo. Total que al ir a darle las gracias por ser tan majo y dejarme su piso me besó. Obviamente lo frené y me pidió perdón. Por eso olía a tabaco. No te sería infiel por nada del mundo.

- Aiti...  - Nerea me miró. Esta vez sí que me creyó y fue la primera en darme un beso. Y otro. Y otro. Para cuando Raoul volvió ya estábamos nosotras en el baño. Descargamos toda la ira, todo el amor, toda la necesidad. En un avión de Tenerife a Barcelona. En la vuelta del viaje que nos hizo enamorarnos locamente. Me invitó a Gavà. La invité a Sant Climent. Cantamos juntas Manos vacías de Miguel Bosé. Pero nuestras manos no estaban vacías. Cada una tenía la mano de la otra. Cada una tenía los besos de la otra. Y ahí supe que esa relación daba para rato. Volvimos a los asientos. Raoul estaba en la esquina y nos sonrió. Al parecer todo estaba ideado. Él ya veía todo venir. Me senté. Ella también. Le di la mano y apoyó su cabeza en mi hombro. Me susurró «Te amo». Ella. Yo. Las dos juntas somos invencibles.

Narrador Agoney:

Me despedí de Raoul y me dirigí a mi piso. Me tumbe en el sofá y colgué mi foto con Raoul. Entre todas las fotos había una mía con Ricky. Mierda. Ricky. Tengo que llamarle y ver que podemos hacer. Yo amo a Raoul, no a él. Le llamé. Quedamos en un bar cercano a mi casa. Vino acompañado de Cepeda. Iban cogidos de la mano. Rayos, vaya si me superó rápido.

- Bueno, Agoney, que estoy con Cepeda. Hasta pronto, amigo.

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En principio este es el fin de este fanfic. Si se me ocurre algo mas lo añado! Muchas gracias a quien me sigue leyendo a pesar de tardar años en actualizar xd

La música nos une. [ Ragoney & iFridge ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora