Mi madre entra a la habitación con una botella de vino. La miro como se sirve y saborea el vino antes de beberse toda la copa.
- ¿Qué? Ni creas que te voy a dar- Sirve de nuevo pero esta vez da pequeño sorbo, se sienta en el suelo al frente de la chimenea y palmea la alfombra para que me siente a su lado. Sonrió y hago lo que me pide.
- ¿Ahora dime cuál es tu razón por la que quieres irte a España a estudiar? - Abro la boca para contestarle, pero ella me señala con su dedo -No quiero mentiras E-mi-lia- Ruedo los ojos al ver como lo deletrea, siempre he odiado que mi madre me diga ese nombre.
-Sabes que no me llamo E- mi- lia- La imito veo como encoje sus hombros.
-Debí hacerlo, me gusta-
-Vamos al grano mamá- Digo exasperada, no quiero desviarme de la conversación necesito tenerla a mi lado si quiero cumplir con mis planes.
-Mam sabes muy bien lo que sucedió con Cristóbal- Mi madre alza una ceja, ruedo de nuevo los ojos y sigo hablando mientras juego con la alfombra sin mirarla -Quiero saber que fue lo que sucedió para que el cambiara de esa manera- Mi madre desvía su mirada hacia las llamas de la chimenea mientras bebe de su copa -Le prometí a Sophia que lo iba a traer de vuelta- Susurro y la miro.
-No puedes estar prometiendo cosas que no va a cumplir- Le hago una mueca a mi madre, ella siempre que pelea con mi padre le promete que no van a tener sexo y terminan teniendo más de la cuenta.
- ¡Lo dices tu que te la pasas prometiéndole castigos a mi padre y nunca lo cumple!- Mi madre bufa.
-Es muy diferente querida- Me mira -Sabes lo que trato de decirte, la verdad es que si algo te llega a pasar nos destrozarías a todos- Me mira con cariño mientras acaricia mi cabello.
-Madre no va a pasarme nada, sabes muy bien que mi padre ha pasado toda mi vida enseñándome a defender, además deben dejar de tratarme como una niña, ya no lo soy- Mi madre me hace mala cara.
- ¿Cómo que ya no eres una niña? ¿Acaso tú ya? - Abro mis ojos, no puedo creer que mi madre me haga esas preguntas.
-Mamaaa, iuuuu- Su rostro se relaja.
-Menos mal porque si tu padre llega saber que ya no eres su niña...- Aprieta sus labios y cambiando el tema -Se que eres fuerte cariño, pero no dejo de tener miedo-
-Madre tu siempre me has apoyado en todo, además no solo voy a ir a averiguar lo que paso con Cris, también quiero dedicarme a mi carrera y siempre soñé en estudiar en la misma Universidad donde estudiaron mi tío, Cristóbal y mi padre- Mi madre hace un gesto de incredulidad.
-Eso tu misma ni lo crees- Mi madre se levanta de la alfombra y tiende su mano para que me levante igual- Quiero que sepas que, si cualquier cosa llegara a pasar, no dudes en llamarme- Acaricia mi rostro - También tienes permiso en disparar- Sonrió -Mi madre empieza hacer estiramiento de su cuerpo.
- ¿Qué haces? - Me mira mientras estira sus brazos y se inclina hacia los lados.
-Debo preparar a tu padre y la única manera es dejarlo exhausto- Guiñe su ojo y hago cara de asco.
-Enserio deben parar, ya no son unos jóvenes para...- Mi madre me mira seria.
-Querida puede que pase los años, pero yo- Se señala - Sigo siendo bella, hermosa y joven- Dice caminando hacia la puerta -La próxima vez que me llames vieja, te mostrare lo que puedo hacer con este bello cuerpecito-
- ¡Qué asco madre, le diré a papa! - Grito cuando la puerta es cerrada.
- ¡Entonces mira a ver como haces para que tu padre te deje ir! - Grita desde el pasillo.
- ¡Ya te dije que eres la mas hermosa y joven mujer! ¡Te amoooo!- Escucho su risa. Suspiro y me tiro en mi cama mirando hacia el techo.
-Hola papito lindo ¿Cómo estás? - Llego al comedor para desayunar, beso la cabeza de mi padre y el sigue leyendo el diario.
- ¡No! - Ruedo los ojos, mi padre siempre me saluda de esa manera.
- ¿Cómo amaneciste papito? - Aprieto mis labios conteniendo la risa mientras mi padre baja el diario y me observa.
- ¡No! - Lo miro haciéndome la inocente -Por mas que trates de mandar a tu madre a prostituirse conmigo, ya dije que no- Abro los ojos haciéndome la ofendida.
- ¿Cómo puedes decir eso? - Mi padre me ignora para seguir leyendo el diario -¡Mamaaaa! ¡Mi padre está diciendo que eres una prostituta! - Grito y mi padre baja el diario asustado y empieza a mirar hacia todos lados.
-Hija de...- Aprieta sus dientes y su rostro se transfomar al ver a mi madre bajar por las escaleras luciendo radiante como siempre.
- ¿Qué paso amor? no te escuche- Dice mi madre mientras baja las escaleras y mi padre me mira amenazante.
- ¿Lo vas a pensar? -
-No- Mi madre se sienta a su lado dándole un casto beso en los labios, mi padre y yo tenemos una guerra de miradas.
-Mami mi padre dijo...-
- Que deberías de cambiar de auto querida- Mi padre interrumpe y no puedo evitar reírme. Mi madre rueda los ojos y me mira.
-Tu padre y yo nos la pasamos hablando anoche- Hago una mueca sabiendo que se que no se la pasaron hablando -Bueno en un momento de la noche donde paramos para retomar energía y seguir...- La interrumpo alzando la mano.
-No necesito detalles mamá- Mis padres les encantaba hacerme sentir incomoda y no desperdiciaban momento para hacerlo.
- ¿Fue cuando termine de follarme por el culo? - Pregunta mi padre el momento de que hablaron.
-Creo que sí, cuando me follaste por el culo y con el vibrador al mismo tiempo- Empiezo hacer arcadas de vomito y ellos se limitan a reír.
-En serio ustedes son lo máximo- Digo con sarcasmo -Nunca he conocido unos padres que le cuenten su intimidad a su hija- Bebo jugo para pasar el mal sabor de mi boca -Mis tíos no atormentan a Sophia con estas cosas- Ellos se burlan y comienzan a desayunar.
-Vamos a tener que consultarlo de nuevo con la almohada- Dice mi padre con burla.
-Yo creo que, si cariño, al fin no decidimos que hacer- Mi madre le sigue el juego.
-Saben que, si no me dejan ir, me conseguiré de novio a un drogadicto y le entregare mi virginidad y follare y follare hasta que me deje preñada y...- Mi padre interrumpe.
-Creo que lo mejor que podemos hacer es hablar civilizada mente, pero primero iré a hablar con tu primo, si el no responde por ti, no iras- Hago una mueca de disgusto, Cristóbal jamás se comprometerá conmigo y esa es la mejor escusa para que mi padre no me deje ir.
Antes de que mis padres digan algo más, salgo corriendo hacia la casa de mi prima. Ella es la única persona que podría conversar a Cristóbal de que acepte responsabilizarse de mi y poder ir a España.
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Todo por Ti
Short Storysegunda parte de todo por mi hijo... debes de leer la primera antes de leer esta Cuando crees haber superado tu pasado, este regresa a arrastrarte nuevamente y envolverte en una telaraña de odio y mentiras. Sumergiéndote así en un infierno dispuest...