Parte 7

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Dicen que las despedidas son difíciles, pero las mías exageran. Mi padre me encerró en mi habitación dos veces, luego mi madre empezó a llorar como magdalena y mi padre me culpaba por romperle el corazón a ambos. Perdí varias veces el vuelo por culpa de ellos, se comportaban como niños y ya cuando no aguante más sus espectáculos; tuvieron que darme su avión privado para que me trajera a Barcelona.

Mi padre me consiguió un departamento en el edificio de Cristian. No podía negar lo nerviosa que estaba por encontrarme con él.

- ¿Estas loca? - Estoy en mi nueva cama haciendo video llamada con mi prima - ¿Como vas a hacer? Le vas a decir, ¡Hola primito! ¿Sera que tienes una taza de azúcar? - Suelto una carcajada.

Estamos en un dilema pensando en cómo hacer para aparecerme en el Pent-houses de mi primo, y le sugerí a Sophie que iba a pedir azúcar y ella no ha hecho más que burlarse de mí.

-Bueno no de esa forma- Digo cambiando de posición mi cuerpo -Pero él sabe que ya llegué ¿No es así? -

-Si, por cierto, me dijo que por bien de ambos no te fueras a meter en su camino-

- ¿Cómo así? - Veo la pantalla y mi prima se ha levantado y empiezo a marearme con ver tanto movimiento en su pantalla -Podes quedarte de una vez quieta-

-Lo siento- Dice y la veo sentarse en el mueble que está en su habitación y acomodar su Laptop en la mesa -Ahora si ¿En qué íbamos? - Ruedo los ojos.

-Me estabas diciendo que tu hermano no me quiere en su camino-

-Ahh sí, el me llamo antes que salieras de viaje y me dejo dicho que te dijera a ti que no quería verte por ahí rondando-

-Idiota- Murmuro haciendo que Sophie me haga mala cara -Es la verdad tu hermano es un completo imbécil- Ella encoge sus hombros restando importancias - ¡Sabes que! Me importa una mierda y ya mismo voy a su piso-

-Bueno si es así te deseo suerte, me cuentas- Sophie mira su móvil abriendo los ojos -Me tengo que ir, tengo una cita- Me dice mostrando su móvil como si fuera a leer el mensaje.

- ¡Espera! No alcance a leer nada- Mi prima me manda un beso.

-Después te cuento, te quiero- Se despide y apaga la video llamada dejándome con la boca abierta.

¡Maldición! ¿Quién sería su cita? Me levanto de la cama, me doy un baño y me alisto hermosa para ir a visitar a mi primito. Oprimo una mueca en pensar en esa palabra, jamás puedo verlo como un primo.

Un poco nerviosa oprimo el botón PH. Acomodo mi vestido planchando con mis manos las arrugas imaginarias que tengo en mi falda. Suena el timbre anunciando su llegada. Las puertas se abren y veo un lujoso departamento con amplias ventanas donde se ve toda la ciudad, camino por el Hall hasta llegar a la sala y veo una señora discutir con Cristian, pero ambos se detienen cuando me ven en la entrada.

- ¿Quién eres tú? - Pregunta la mujer.

-Yoo... Ehh...- Me abofeteo mentalmente ya que no soy capaz de articular alguna palabra.

-Débora después seguiremos hablando- Cristian le habla a la mujer sin dejar de mirarme, la señora pasa por mi lado mirándome de arriba abajo, la escucho bufar y pasar por mi lado. En ningún momento me he podido mover de mi sitio, cuando escuchamos que la mujer salir del departamento; Cristian se mueve hasta un elegante bar sirviéndose un trago, lo bebe y vuelve a beber.

-Yo... Lo siento no quería interrumpir- Susurro despacio.

- ¿Acaso mi hermana no te dijo que no vinieras a buscarme? -

- ¿Ahh? - Me hago la sorprendida -No ella no me dijo nada- Cristian me observa por un momento por encima de su hombro y vuelve a beber.

- ¿Y qué te trae por aquí, primita? - Dice exaltando la última palabra.

-Yo... emmm-

- ¿Acaso vienes por una taza de azúcar? - Abro mis ojos asustada ¿Acaso me está espiando?

- ¿Cómo dices? - Carraspeo para que mi voz salga más fuerte.

-Veo que traes una taza, supongo a pedir algo ¿No es así? - Observo mis manos y maldigo viendo la taza vacía que dice azúcar.

-Emm si, lo que sucede es que no he ido a hacer mercado- Digo encogiendo mis hombros -Y se me antojo una taza de café, así que- Murmuro apretando mis labios.

- ¿Pero te falto la taza del café? Porque veo que no la traes-

- ¡Maldición! - Digo entre dientes dándole la espalda ¡Soy una estúpida! Me golpeo mentalmente y empiezo a observar el piso de Cristóbal y pensar cómo salir de su casa lo más pronto posible.

-Estas muy hermosa- Susurra Cristóbal en mi oído haciéndome exaltar, mi respiración empieza aumentar cuando siento que ha tomado mi cintura y me atrae hacia su cuerpo.

- ¿Quee.... Que estas? - No soy capaz de hablar, Cristóbal aparta mi cabello de mi cuello y pasa su nariz; haciendo que sienta una electricidad por mi cuerpo.

-Hueles tan bien- Su voz ese volvió más ronca -Me encanta tus piernas- Susurra mordiendo mi cuello y siento como baja un poco las manos para poder deslizarlas hacia arriba por medio de ellas. Me tensiono cuando lo siento pasar por mis muslos, pero no soy capaz de detenerlo, solo cierro los ojos dejándome llevar por la sensación, pero la alarma suena en mi cabeza cuando siento que ha llegado hasta mi ropa interior -Vamos a ver qué tan húmeda estas-

- ¡Espera No! - Trato de quitar su mano, pero él me toma de la otra impidiendo que retire su mano, siento que ya es tarde y se ha entrado a mi ropa interior.

-Ummm como imagine estas tan húmeda- Pasa sus dedos por mis pliegues haciendo que suelte un gemido- Imagino que ese coño aún es virgen- se adentra un poco en mi interior y la sensación de incomodidad y dolor se hace presente, empezó a moverme para que deje de tocarme, pero este me aprieta más hacia su cuerpo haciéndome sentir una gran erección.

-Deja... Me- Forcejeo mientras siento como me lastima - ¡Suéltame! - Grito zafándome de sus brazos - ¡Eres un imbécil! -Grito de nuevo y suelta una carcajada.

- ¿Acaso no viniste por eso primita?- Dice apretando sus dientes y acercándome peligrosamente donde me encuentra, yo retrocedo pero me estrello contra un mueble y él aprovecha esa oportunidad para tomarme fuerte de la mandíbula -¿Acaso no viniste a que te desvirgara?- No aguanto más y le propino una fuerte cachetada que hace eco por el lugar, eso hace que el me mire con más rabia y apriete más mi mandíbula -Más te vale que te largues de una puta vez de mi vida y no se te ocurra aparecer en mí camino- Me suelta con brusquedad haciendo que tambalee -No quiero nada de ti ni de tu familia, así que ¡Largo!- Grita señalando la entrada y es cuando salgo corriendo con mi cuerpo temblando y mis lagrimas empañando mi rostro.

Llego a mi departamento llorando sintiéndome sucia, quito mi ropa y me doy un baño mientras caigo de rodillas llorando ¿Cómo fui tan estúpida en venir por él?

Todo por Ti Donde viven las historias. Descúbrelo ahora