Capítulo 10: Comienza nuestro dia de chicas.

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Muy buenisimas mis amores♪♪

Aquí tenéis un nuevo cap y con el empieza el salseo jeje YEAHH ;)

Deciros que mi pc aun sigue roto y que esto lo he escrito y lo he subido desde mi móvil nuevo. Es mi segundo día con el móvil y no pude evitar pensar en vosotros así que...AQUÍ LO TENEIS♥♥

Lo siento si es corto o si tiene muchas faltas, es lo que tiene subirlo desde aquí, entendedme please :)

Y con esto y.. DORAEMON me despido, esperando que os guste y que voteis y comenteis mucho mis amoresy deseando que seáis muuuuy felices

OS QUIAMO♥

"Con tu recuerdo anclado a la deriva."

_______

RUBÉN P.O.V.

Me levanté como cada mañana -o más bien, tarde- por culpa de mis gatas. Sobre todo Raspy. Les puse de comer y encendí mi móvil. Miré twitter, youtube y todas esas cosas. Sí, sabía que me retrasaba con un vídeo pero estaba bastante estresado. Si había venido aquí era para tomarme unos días de vacaciones, olvidarme de todo eso por un tiempecito, no mucho, pero algo. Quería disfrutar de aquella ciudad. 

Ultimamente no hacía más que ir a aquel lugar: al mirador de la ciudad. Me sentaba en el banquito, esperando encontrarla por allí, como hace cinco días exactamente, ¿o eran seis? Algo de eso.

Recuerdo como se reía, como me miraba y sobre todo su voz diciéndome "Adiós pequeño saltamontes". Sí, se me estaba poniendo el cuerpo de enamorarme. Como en el Draw my life, sí, ese. Su cabellera rubia, sus ojos marrones pero que con la luz del sol se ponían verdes... Me gustaba esa chica, ¿por qué no he sabido nada de ella desde aquel día? ¿Estará bien? Se que le dije que la veía como a una hermana, "como la hermana que nunca tuve", pero que sí tengo. Tendría que contárselo la próxima vez que nos viéramos. Ese día estaba un poco nervioso y a penas controlaba lo que decía.

Con suerte, María y ella vengan a la fiesta de cumple años de Mangel en una casa de Cheeto. Más bien que una casa, es un chalet a las afueras, en el campo creo que estaba. Aunque no demasiado alejado de la ciudad.

Llamaban al timbre. Mierda.

Abrí, era Mangel, habíamos quedado para preparar la casa de Cheeto y yo... no estaba listo, como siempre. Corrí a la ducha y luego de diez minutos, me vestí con lo primero que ví por mi armario y cogí lo necesario. 

- ¿Ya? ¡Venga Rubiuh que no tenemoh todo el día!

- Ya estoy Mahe, vámonos ya.

- Por fin tío, que son lah una ya.

Bajamos y estaban todos -Alex, Vegetta, Willy, Cheeto, Thous- esperándonos. Me monté en el coche con Mangel y Alex, los demás iban por delante en otro coche.

- ¿Has llamado a María?-le dije a Mangel.

- Sí, vendrán hoy.

- ¿Vendrá Alma? -dijo Alex, iluminándosele los ojos.

- Sí, pero luego por la noche.

- Vale -dije algo molesto por la actitud de Alex, ¿quién se creía que era? Alma no le haría ni puto caso seguro. 

Aunque no me importaría.

ALMA P.O.V.

Ya lo tenía todo listo. Maria llegaría de un momento a otro. Seria nuestro ansiado día de chicas. La verdad es que me venía muy bien salir de mi casa, últimamente no hacia mas que pensar en él. Y por lo que veo, ya ni se acuerda de mi. Normal, ¿a quien le iba a gustar yo? Nadie.

Decidí bajar a hablar con mi abuela para contarle mis planes y quedar en llegar a una hora para que no se preocupara.

— De todos modos, si ocurre algo, te llamaré, no te preocupes abuela, solo sera un día– le dije con una sonrisa.

— Vale, cuidate cariño– me dijo abrazándome.

Justo cuando nos separamos llegó Maria.

— Buenos días a las dos, ¿lista Alma?

— Sí, vámonos.

— ¡Pasadlo bien niñas!– nos despidió mi abuela con una sonrisa.

Recogí mis cosas y nos montamos en el cochazo de los padres de mi amiga –les sobraba el dinero– de camino al chalet de ella. Allí pasaríamos la noche.

Después de dejar nuestras cosas, iríamos de compras y, con suerte, nos quedaría tiempo para ir al cine. ¡Estábamos como locas por ver Bajo la misma estrella! Las dos nos habíamos leído el libro y, yo al menos, llore como una magdalena  con el final de la historia. Era una película ideal para verla en nuestro día de chicas, la verdad.

Llegamos y todo estaba muy cambiado desde la ultima vez que fui. Era lógico, ya que llevaba sin ir a aquel lugar desde los quince años y tenía actualmente dieciocho. Bueno, en septiembre cumplía los diecinueve ya, solo faltaban a penas dos meses.

Me instale y me enseñó un poco todo lo que era la casa y el jardín. También había una piscina enorme, pero justamente hoy hacia frío. Vaya suerte la mía, ¿verdad?

Después de ver el lugar, nos preparamos para una mañana y una tarde por la ciudad. Volvimos a montarnos en el coche y nos dirigimos a nuestro centro comercial favorito. El viaje fue raro, muy raro. Mi amiga no había hablado en todo el trayecto y empezaba a preocuparme. Algo estaba pasando. Algo me estaba ocultando, mejor dicho.

Mi clave es la felicidad. (Fanfic Rubius)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora