—Ven aquí, pequeño James. Dale un beso a mamá.
Su sonrisa cálida y sus ojos llenos de vida me hacen correr hacia ella. El viento era fresco y se podía escuchar el tierno sonido de las hojas queriendo desprenderse de los árboles.
Puedo acariciar la suave cabellera de mamá, el castaño tan hermoso de su cabello me hacía sentir tranquilidad.
—Mamá te ama. —Besa mis labios. —. Mucho.~▪~
Puedo observar a mamá a través de la puerta entreabierta de su habitación, sus hermosos glúteos que aún seguían firmes a pesar de su avanzada edad y su cintura que combinaba perfectamente con sus caderas. Podía imaginarla siendo dominada por mí, por su adolescente hijo.
Cubro mi boca al ver que se voltea y puedo ver sus grandes pechos. Mi entrepierna se sentía demasiado bien, la adrenalina de poder ser visto por ella me excitaba aún más.
-¿James? -Doy un pequeño salto al escuchar que mi madre menciona mi nombre y olvido lo que pasaba por mi mente.—¿Mamá? —Tosi falsamente intentando detener mis nervios.—¿Sucede algo?
—Sólo quería saber si habías regresado de la escuela. —Su voz se escucha suave.
—Ah, sí. Regresé hace poco y me dirigía a mi habitación cuando te escuché. -Sonrío nervioso. —Si necesitas algo estaré en mi habitación.—Huyo de la situación.
Tiro la mochila al piso y me siento suavemente en mi cama, bajo el cierre de mi pantalón y saco mi miembro que ya se encontraba erecto.
—Eres una puta, mamá.—Cierro los ojos y una sonrisa llena de lujuria se forma en mi rostro.
.....—¿Cuándo invitarás a tus amigos a cenar? —Me mira tiernamente y sonríe.
—No lo sé, mamá, ni siquiera tengo amigos. —Golpeo suavemente el tenedor contra el plato donde se encontraba mi cena.
—No te pongas así, chiquito, a veces no es tan fácil conseguir amigos pero igual eres joven.
—Gracias, mamá.—Sonrío.
.....
El frío matutino es un poco intenso, mi abrigo no cubre lo suficiente y se me dificulta un poco cargar mi mochila. Camino mirando al piso con pereza, se notaba que el día ya estaba empezando a ser malo.
Escucho unos pequeños pasos detrás mío, acompañados de un sonido metálico que me hizo desconcertar.
Una pequeña mano se sujeta de mi brazo y la fuerza que pone en mí me hace casi caer.
—L-lo siento. —Una delicada voz resuena en el lugar.Volteo y miro a una chica que estaba arrodillada en el piso, su mirada estaba perdida y un bastón de metal estaba tendido en la acera. Su cabello corto y castaño estaba despeinado y sus dientes mordían con ansiedad sus carnosos labios color rosa.
—¿D-disculpa? ¿Puedes pasarme mi bastón?—Los nervios pueden más que ella. —Es que no sé si habrás notado que soy invidente.Me agacho y levanto su bastón para luego levantarla a ella.
—¿Por qué andas sola si no puedes ver? —Inquiero con preocupación.—Es un poco peligroso.Ella sonríe y sujeta su bastón con fuerza.
—Sólo perdí la vista.—Se mueve lentamente —Eso no me impide ser independiente.La miro con sorpresa y sonrío.
—Sonreíste, ¿Verdad? —Dirige sus ojos hacia mí como si pudiera verme.—¿Cómo lo sabes? —Pregunto aún más sorprendido.
—No lo sé, cuando las personas sonríen la calidez de esa sonrisa inunda mi corazón. —Mueve su bastón con lentitud mientras mira al frente.
Me quedo mirando su rostro perfectamente fino, sus pechos se podían notar por el escote que llevaba. Yo aún seguía sujetando su brazo para intentar guiarla, el caliente de su piel se sentía aún a través de su abrigo.
—¿Hacia dónde vas? —Siento la necesidad de preguntar.—A la Universidad que queda cerca de este lugar.
—Ah, yo también voy ahí. —Una media sonrisa se forma en mi rostro.—Pero... ¿No te da miedo que te guíe un desconocido? Ahora mismo podría violarte, torturarte y asesinarte y nadie se daría cuenta, además eres invidente y no podrías hacer mucho.
En su oscura mirada se nota el miedo que le hicieron sentir mis palabras y se suelta lentamente de mí.
—Sólo bromeo... —Acaricio mi nuca. —Lo digo para que tengas más cuidado la próxima vez.
—Me asustaste. —Agacha su cabeza.—Siempre pienso en ello, pero eso no me impide seguir adelante.
La miro con lástima.
—Sé que es extraño, pero... ¿Me darías tu número?
—¿Qué?... —La sorpresa en su rostro me hizo poner nervioso. —¿Por qué lo querrías?
—Pues para guiarte a la escuela cada vez que vayas.—La miro fijamente.
—¿Te parezco linda?—Una tierna risita sale de sus labios y ella coloca su mano en su boca en modo de burla inocente.
—Pues, sí, eres hermosa, pero ese no es el caso. —Sus pómulos se ruborizan y esboza una sonrisa.
—Tonto. —Se detiene. —Anótalo.
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Nota:~▪~ = Contando el pasado
..... = Cambio de escena
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Perverso
Mystery / ThrillerY entonces la mujer nació de la costilla del hombre pero por ella este cayó en tentación.