Capítulo 3.

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Rick Sánchez.

Mis ojos no podían apartarse del sereno y dulce rostro de aquella muchacha que, al parecer, estaba muy concentrada sirviéndome mi segunda taza de vodka.

No voy a negar que a pesar de parecer, y posiblemente ser, una maldita cría es bastante... Atractiva y sensual, diría yo, me pregunto de dónde habrá salido...

–Ten –dijo entonces ofreciéndome de nuevo mi taza pero esta vez rellenada de aquel sabroso líquido, si tuviera que pasarme así todas mis cadenas perpetuas no me importaría, la verdad.

–Gra... Gracias... –me limité a responder con algo de tartamudez, como odio esa mierda, me hace parecer un completo gilipollas.

La cría me sonrió divertida al escucharme tartamudear y un pequeño sonrojo involuntario, el cual quiero pensar que fue por vergüenza, se formó en mis mejillas por lo que aparté la mirada para darle un trago a mi taza con vodka.

Escuché una pequeña carcajada entre todo el bullicio que había en la ruidosa cafetería, no me hizo falta nada más que mirarla para saber que esa risotada provenía de ___ quien, al parecer, encontraba divertida mi reacción.

No pude evitar sonreír como un completo imbécil al escucharla reír, su risa era hipnótizantemente alegre y divertida a pesar que estar presa en una prisión federal masculina, no es un lugar de risa precisamente.

Iba a preguntarle a qué se debían sus carcajadas pero mi boca se mantuvo sellada al ver de reojo como uno de los presos se acercaba a nuestra mesa a paso acelerado.

Dejé la taza encima de la mesa y giré mi cabeza para poder observar bien a ese sujeto, no era humano, eso era obvio, pero era algo bastante parecido.

Pude notar como la mirada de la niña que compartía mesa conmigo se posaba también en aquel sujeto que no estaba a más de cinco pasos de nuestra posición.

–Hola muñeca –saludó a ___ con una asquerosa voz mientras se sentaba a su lado y una puta sonrisa se formaba en su asquerosa cara, aquello me removía las jodidas tripas.

–¿Hola...? –preguntó a modo de respuesta extrañada por la actitud de aquel asqueroso mientras se alejaba un poco de él puesto que estaba demasiado cerca, la verdad es que si ella no lo hubiera hecho lo habría hecho yo.

–Veo que eres tímida pequeña... –le dijo divertido, ella podrá ser tímida pero él gilipollas perdido. –Si quieres yo puedo quitártelo con gusto.

–Y yo puedo quitarte los dientes a hostias si quieres, claro –respondí frío mientras le daba un largo sorbo a mi vodka, al fin y al cabo, siempre puedo culpar al alcohol si algo sale mal.

Pude ver como ___ intentaba aguantar la risa y no estallar en carcajadas por mi anterior comentario mientras los ojos de aquel sopla pollas me miraban con ira por la misma razón.

–Creo que te estás metiendo en una conversación que no te incumbe vejestorio –ladró lleno de rabia. –¿O acaso esta pequeña putita ya es tuya? Dime, ¿ya te la has follado? –añadió burlón para sonreír divertido, puto enfermo de mierda.

Sin pensármelo dos veces me levanté de mi asiento y, sin darle tiempo de reaccionar a ese asqueroso cerdo, le agarré del cuello de la camisa acercándolo a mí.

Contigo pero no sin tí. [Rick x Tn]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora