Capítulo 4

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Jongdae se despertó por la respiración errática a su costado y por el impacto que había notado en el pecho. Los segundos que le costó abrir los ojos e incorporarse fueron lo suficiente para que su cabeza ideara mil ideas sobre lo que había ocurrido, lo único que no esperaba era eso.

Una mano helada estaba extendida en su dirección a medio metro de su cara.

Su corazón bombeaba con rapidez al ver el espectáculo a su alrededor: Minseok tenía una mano extendida hacia el intruso y la otra posada en el pecho del moreno, sus ojos abiertos y de color blanco, sus manos ligeramente relucientes, su respiración errática y su ser fuera de sí.

Jongdae no sabía que hacer, no terminaban de cuadrar las piezas en su cabeza y todo le parecía tan confuso. Asustado, decidió solo seguir sus instintos y alargar una mano hasta posarla en su pecho, sobre la mano de Minseok. El toque era rígido y helado, casi sin vida; cogió la mano del rubio y la acercó hasta su boca, dándole un beso para relajarlo. Cuando vio que seguía sin reaccionar, lo cogió por los hombros para acercarlo a su pecho con cariño, dejando un beso en su nuca.

- ¿Fuiste tú? ¿Tú has hecho esto? - preguntó suavemente, acariciándole la espalda en busca de confortarlo - ¿Cariño? ¿Minnie? - preguntó buscando que el menor reaccionase.

Minseok temblaba como una hoja, buscando las palabras correctas para explicarle lo que había ocurrido. Nada salía de su boca y eso aumentaba sus ganas de llorar, se sentía tan impotente.

Sin poder evitarlo se echó a llorar larga y desconsoladamente, Jongdae lo pegó a su pecho, abrazándolo con fuerza mientras el rubio soltaba todo lo que tenía dentro y Minseok extrañado se dio cuenta de que nunca nada se sintió tan bien como ese abrazo.

El moreno estuvo ahí cuando su miedo se hizo pánico y no podía dejar de temblar, cuando volvió a mirar al cuerpo congelado y entró en un ataque de ansiedad pegando y gritando a todo a su alcance. No lo dejó en ningún momento pese a recibir más de un golpe además de haber tenido que inmovilizar al rubio contra el colchón porque temía que se hiciese daño a sí mismo.

El ruido que estaban causando alertó a Baekhyun y a Chanyeol, que estaban en la puerta contigua, de que algo había ocurrido. Jongdae trató de echarlos del dormitorio para no molestar más a Minseok pero Baekhyun lo ignoró y sacó al rubio de sus brazos para colocarlo entre los suyos. Este pareció resistirse en un principio pero cuando escuchó la voz del pelinegro pareció calmarse completamente.

- La primera vez que mi don se manifestó fue porque mi padre le había pegado a mi a madre - empezó a narrar Baek bajo la mirada del pelirrojo y la del moreno -. Ya lo había hecho antes, yo lo sabía, era evidente cuando llegaba cojeando a la comida o decía que se había dado con una puerta en el ojo, pero nunca delante mía. Me enfadé tanto que lo enfrenté, nunca lo había hecho porque en el fondo esperaba que fuese mentira, que era cosa mía y en parte por miedo, pero lo hice. Y él me hizo a un lado de un empujón, fue entonces cuando empecé a brillar. Brillé tanto que lo dejé ciego. Nunca más le puso una mano encima - Baekhyun se quitó un mechón pelinegro de la frente para seguir narrándole a Minseok, este había dejado de temblar pero seguía sin poder hablar -. Al principio me pareció una tontería, ¿sabes? Brillar, ¿de qué servía eso? Vale, había dejado ciego a una persona pero en una guerra eso no servía de nada, no impedía que el enemigo me matara.

- Pero no haces solo eso - habló con voz débil el rubio -, me refiero, no solo brillas, ¿no?

Jongdae quiso saltar en la cama emocionado al escuchar la voz de su copito pero Baekhyun le hizo una seña para que ayudara a Chanyeol a mover lo que ahora era un bloque de hielo a los pies de la cama, mientras acarició el pelo de Minseok y le contestaba. Le tapó los ojos con una mano cuando trató de girarse a ver el cuerpo helado, quería evitar otro posible shook.

ice storm [chenmin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora