Prólogo

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Había comida familiar y Jisung no entendía porqué no lo dejaban irse con sus amigos y su novia antes que ir a ver a sus abuelos y los amigos de estos. Estaba harto, todas las semanas era lo mismo ¿qué más les daba a sus padres que faltara por una vez?

Entró a la casa de sus abuelos de muy mal humor y se dirigió directamente a la cocina a saludar a su abuela.

- Jisung, ¿y esa cara larga? Ven y dame un beso - Sooyoung estaba poniendo la mesa con una sonrisa amable.

El pelinaranja se acercó a su abuela y dejó un beso en la mejilla de esta y se dirigió luego a su abuelo que estaba llamándolo a voz de grito desde la cocina.

- Yah, Jisung, ven y muéstrale a tu abuelo cuánto lo quieres - volvió a gritar el mayor al ver que el más joven no iba a saludarlo.

- ¿Cuántas veces voy a tener que repetir que da mucha vergüenza que digas esas cosas, abuelo? - refunfuñó el joven arrastrando los pies hasta la cocina.

Junmyeon ignoró las palabras de su nieto y dejó de hacer la comida para darle un abrazo y dejar un beso en su coronilla.

- Quita esa cara de amargado y ayuda a poner la mesa - amenazó en broma el mayor mientras lo apuntaba con el cucharón de la sopa.

El pelinaranja estaba algo molesto pero obedeció sin dar mucha guerra.

Las próximas dos horas el enfado de Jisung solo pareció crecer y crecer. Durante la comida sus padres y sus primos no habían dejado de molestarlo, de picarlo y de lanzar bromas que lo estaban molestando en demasía.

- Me voy - dijo en voz baja, conteniendo la ira en su interior, para dirigirse escaleras arriba hasta el cuarto de invitados.

- Jovencito, ven aquí - llamó Jongdae, uno de los mejores amigos de su abuelo.

- Dejadme - farfulló tratando de seguir su camino.

- Dentro de unos años nada de esto te importará. No dudo que sean tus amigos pero madurarás y tendrás otras prioridades - dijo el mayor con una ceja alzada.

En cualquier otro momento el pelinaranja habría ignorado esas palabras y habría debatido con el mayor como solían hacer todas las semanas pero su enfado era tan grande que simplemente se giró en su sitio con una mueca de pura ira.

- ¿Y tú que sabes sobre amor o amistad? - gritó con rabia, lágrimas amenazando con salir de sus ojos -. ¿Si quiera eres capaz de amar? ¡Estás solo por algo!

Jisung echó a correr escaleras arriba, llegó a la habitación de invitados y cerró de un portazo.

- ¡Lee Jisung, abre ahora mismo! - llamó Taeyong aporreando la puerta -. Hazle caso a tu padre y abre.

Jisung se puso sus cascos con la música a tope, ignorando a su padre. De pronto, los aporreos a la puerta pararon y notó como ya su padre parecía haberse ido. Se quitó los cascos y se apoyó en la puerta, dejándose caer hasta estar sentado.

- Jisung - llamó una voz al otro lado de la puerta. El pelinaranja se tensó al escuchar la voz de Jongdae por lo que se quedó callado, escuchando -, venía a decirte que me da igual lo que diga tu padre, no te culpo. Entiendo tu enfado y mis palabras no han sido las adecuadas para la situación. Lo único, si me lo permites, quería mostrarte algo.

- Lo siento - susurró Jisung lo suficientemente alto para que solo lo escuchara el mayor.

- Sal y hablamos, jovencito - dijo de forma amable.

- No quiero, seguro que está por ahí mi padre listo para matarme - farfulló el menor.

- Al menos déjame entrar que mi oído está algo estropeado y esta puerta no me ayuda en absoluto - rió el mayor apoyándose en la puerta.

Jisung se levantó del suelo y abrió la puerta con la cabeza gacha y dejó entrar al mayor.

Jongdae caminó hasta una estanteria que había al fondo de la habitación y sacó un libro forrado de cuero negro de una de las estanterías más altas.

- Un libro viejo y feo - habló el joven con humor.

- Un libro viejo y feo - confirmó el moreno.

- ¿Y que tiene que ver ese libro viejo y feo conmigo?

- Es el libro viejo y feo con la más hermosa historia de amor jamás vista - declaró con los ojos brillantes.

- ¿Vas a contarme un cuento de hadas? - el joven se sentó en la cama junto al más mayor, encogiéndose hasta abrazarse sus propias piernas.

- Es el mejor cuento de hadas que vayas a escuchar - el mayor rió dandole un ligero golpe en la espalda -. Hay partes que te harán querer llorar y otras que te asquearan, ¿estás listo para ello?

- No me voy a dejar intimidar por cuentos infantiles - habló chulesco el menor.

- Nadie dijo que fuera para niños, jovencito.

ice storm [chenmin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora