TaeHyung caminaba a escasos metros de su mayor, observaba como la corriente jugaba con los cabellos del pálido. ¿Había cambiado de color? Se fijo en que, los cabellos del pálido, ya no eran completamente oscuros, ahora, un azulado oscuro permanecía en su lugar y por la diminuta mancha en la nuca, diría que era reciente.
¿Habría ido a un centro de belleza o se lo habrían echo en casa? Como deseaba haber sido el quien lo hiciese, el, no habría dejado ninguna mancha que pudiera dejar relucir su piel, se detuvo al sentir como los pasos de YoonGi se detenían y los delgados hombros de este, eran rodeados por unos brazos ajenos, pero, no aparto sus ojos de el, no hasta que sintió la mirada llena de odio puro de NamJoon. Rodó sus ojos y dejo que los hermanos se fueran por su lugar, tenía hambre y no tenía ganas de formar en medio del pasillo un espectáculo.—¡TaeHyung! Pensábamos que estabas enfermo, saliste disparado al terminar la clase de anatomía avanzada, dejaste caer hasta el estuche de tu hermana— JiMin río al recordar como Jisoo se había despertado de un salto y había golpeado su rodilla contra la mesa.
TaeHyung escuchó las risas de sus amigos y suspiro, JiMin poso su mano en el hombro de este, extrañado al no ver ninguna sonrisa de su menor, TaeHyung, era el tipo de persona que se reía de todo, y más cuando a su hermana le ocurrían desgracias, no malinterpreten, se reía de todos los golpes y caídas que recibía durante el día, según su madre, esta tenía pies de pato.—¿Va todo bien TaeTae?
—¿Por que iría mal?— Eso si que extraño a los mayores que, con el entrecejo levantado se dirigieron a tomar asiento en el mismo sitio de siempre, una vez sentados, JungKook se levanto, recogió el dinero de todos y se marcho a comprar los almuerzos de sus amigos, esto realmente le venía bien, porque, con tan solo pedir comida y decir que el había sido quien la había comprado, accedían a darle. Mientras, en la mesa, HoSeok y JiMin, se miraban curiosos, TaeHyung jugaba con una mariquita que, subía por sus largos dedos.
—Me siento un imbécil total, en los tres años que llevamos aquí, no he parado de tontear con YoonGi, tengo que tomarme este asunto más serio, siento que el tiempo esta pasando demasiado rápido y todos avanzan menos nosotros.
—¿TaeHyung... Por que dices tal tontería?
—No es ninguna tontería HoSeok, la semana pasada, cuando le deje la nota en la taquilla, el estaba tocando el piano con tanta tristeza, con tanto dolor que me hizo querer correr hacia el y abrazarlo, pero, eso no es todo. Después de eso, yo no quise presionarle y me fui a casa, después de lo que había sentido, no quería ir a ningún sitio, por eso no fui con vosotros. Bueno, sigo... Jisoo, me dijo que mientras volvía de su clase de ballet, se topó con el, pero, lo que más me dolió es que, me dijera que estaba llorando, llorando sin parar, ni siquiera NamJoon fue capaz de calmarle, sus lamentos se escuchaban por todo el edificio, hasta Hyuna que se encontraba dando el taller de teatro salió de la clase para ver. No fue nada agradable que dos de tus hermanas te vengan preguntado: ¿TaeHyung, donde estabas tú?— El castaño, trago intentando disminuir el nudo que ya se encontraba en su garganta.
—¿Esto es verdad?— HoSeok se asombro ante lo dicho, justo cuando encontró las palabras adecuadas para seguir la conversación, JungKook tiro la bandeja hacia la mesa y se sentaba con una sonrisa triunfante. —¿Y esas caras? ¿Quién se ha muerto?
Pero fue totalmente ignorado por sus mayores, miro los los silenciosos rostros de sus amigos, había tanta tensión en el aire que podías cortarla con tan solo un papel medio roto. Con un silencio sepulcral JungKook retiró el papel de plata que envolvía su bocadillo.
—Oigan, ya, digan me que esta pasando, no puedo con esta situación. ¿Acaso hice algo malo? No, no pude haber echo nada, este fin de semana me la pase jugando y no nos hemos visto... ¿Es por eso?— el menor dio un gran bocado a su bocadillo ganándose una mirada cargada de ternura de parte de JiMin.
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Hyung, ¿Por qué me ignoras?
Fanfiction-Yoongi-Hyung no sabrá nunca de mi existencia, siempre que voy a acercarme a el, esta ese hermano suyo mirándome con esa acusadora mirada, y luego esta el que, cada vez que estoy cerca suya, pasa por mi lado como si no existiera, siempre esta ignora...