Capítulo 9.

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-Ya verá Hyung, ni siquiera Taehyung se esperará este pequeño cambio.

JiMin río con emoción enseñando la colorida libreta al mayor. Después de tantas semanas debatiendo, JiMin y YoonGi habían decidido teñirse sus cabellos de azul, decir que elegirlo fue complicado se quedaba corto. Una vez que lo tenían decidido, uno de los dos cambiaba inseguro; YoonGi con la excusa de decir que jamás había teñido su cabeza entera y JiMin porque no quería abandonar el rubio.

YoonGi tomo su móvil con pasos rápidos para tomar una foto del momento, le pareció tan gracioso verse a si mismo con miles de papeles de aluminio/plata rodear su cabeza que empezó a reírse con ganas. JiMin al escucharlo, no pudo evitar contagiarse, pensando en que, TaeHyung era muy afortunado de tener al mayor para el. Parpadeó rápidamente para evitar que las lágrimas salieran y estropearan el momento. No entiendan mal, JiMin se emocionaba por TaeHyung, porque por fin, su menor había encontrado la felicidad que tanto anhelaba.

-ChimChim, ¿Estas llorando? ¿Hice algo mal?- En un susurro apenas entendible, YoonGi miro con ojos confusos al menor, el cual, rápidamente reaccionó con una sonrisa que hacia que sus ojos desaparecieran. Rápidamente tomo la libreta y pocos segundos después se la tendió a su mayor.

Lloro de felicidad Hyung, me emociona mucho saber que pese a todo, TaeHyung y usted permanecen unidos.

Las mejillas de YoonGi rápidamente tomaron un color rojizo, recordaba como incluso, la familia Kim, se había interesado por el, recibiéndolo con los brazos abiertos en todas las ocasiones, como JiSoo se había acercado a el y le había pedido su número para añadirlo al grupo familiar de los Kim. Realmente, pudo habérselo pedido a su hermano y habrían acabado mucho antes pero, conocer a YoonGi era su objetivo. Recordó uno de los días en los que, fue de visita, inmediatamente sin conocer a los padres de TaeHyung, estos lo atiborraron de comida y de abrazos paternales pidiéndole que regresara en cuanto antes. 

Sonriente, abrazo al rubio con fuerza, tomó una foto graciosa del momento, ganándose un bufido fingido por parte de JiMin cuando la envió al grupo que tenían con los demás chicos. Definitivamente, conocer a TaeHyung había sido lo mejor que le había pasado.

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TaeHyung, ¿le añado un poco de azúcar a tu café?– TaeHyung, alistándose para ir a ver a YoonGi, asintió a su madre con una pequeña sonrisa, se sentía bien como sus padres, sin lugar a dudas, les habían apoyado. Su madre, al enterarse de la incapacidad de YoonGi, no dudo en mostrar su ayuda, recibiendo terceras y cuartas opiniones por otros especialistas y psicólogos. Cuando esta se enteró por uno de los psicólogos que YoonGi, debido al constante acoso que había recibido por su sordera, había tenido anorexia, no dudo en decirle a su hijo lo especial que era el pálido. (Sin revelar la patología, pues, un profesional sanitario, debe respetar la intimidad de los pacientes.) Aprovechando las veces que el pálido iba a su casa para comprobar que estuviera dentro de su peso, cosa que, también le irritaba pues, el pálido era tan delgado y pequeño que le hacía asustar, pero, cuando lo veía comer con un gran sonrojo y una de sus manos entrelazadas con las de su hijo, todo mal desaparecía.

Hyung, ¿Por qué me ignoras?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora