Capítulo 8.

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“–Tome Hyung, esto es para usted.–” TaeHyung tendía un precioso ramo de seis rosas azules, las favoritas del azabache, tanto por el color como el mensaje tan expresivo y emotivo que representaban, las rosas del amor eterno, de un amor imposible, portadoras de la libertad y de la franqueza, pero también de un amor pasional y sincero. El castaño vio como el labio inferior del más mayor temblaba con violencia, tratando de retener las lágrimas que amenazaban con salir de sus bonitos ojos.

“–¿Hyung? ¿YoonGi-Hyung?” Tras unos segundos de un incómodo silencio, TaeHyung posó su mano en el hombro de YoonGi, tratando de llamar su atención, ya que, el nombrado se había quedado sin palabras. A unos metros de distancia, JiMin se encontraba mordiendo la mano de JungKook, muerto de nervios mientras que, HoSeok trataba de callarlos para poder enterarse de lo que, la futura pareja decía.

–T...TaeHyung...– Con manos temblorosas, YoonGi tomo el ramo que TaeHyung le ofrecía, mirándolo con admiración, acercó a su nariz el aroma envolvente que emanaba, deleitándose con el. Volvió los ojos a los de TaeHyung, dándose cuenta que, la soledad que sentía meses atrás, ahora era reemplazada por un sentimiento inexplicable, se sentía bien cuando su menor le abrazaba, cuando llenaba su rostro de pequeños besos inocentes, cuando, muchas veces le acariciaba el cabello hasta hacer que se relajara, cuando le confesó su amor y el, como el tonto que era no se digno a responder. Se fijó en la desesperación en los ojos de TaeHyung y, por primera vez en su vida, supo que era enamorarse. –TaeHyung...creo que siento algo por ti–susurro YoonGi, llevado su mano a la zona izquierda de su pecho, donde se encontraba su corazón, dudando si lo había dicho en voz suficientemente alta como para que el castaño se enterase.


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“—Bien Min, según todas las pruebas, el audífono debería de funcionar en usted, ya que no es la primera vez que lo intentamos, no deben de hacerse ilusiones. Si después de esta vez no hay ningún avance, deberá de reflexionar sobre la cirugía que se negó a realizarse.—”  Echó una última mira a las manos entrelazadas de los jóvenes para mirar a los ojos castaños y preocupados de la Señora Min. Choi Siwon, especialista responsable en el caso del paciente Min YoonGi, observaba con ojos atentos el informe del último TAC. Admiraba la fuerza de voluntad del chico, jamás perdió las ganas de luchar, no perdió las esperanzas, no lo hizo ni cuando el mismo les había asegurado que jamás podría volver a escuchar.

“—Gracias, muchísimas gracias doctor Choi.—” La diestra del pelinegro reposo en su corazón, notó como el pequeño cuerpo tembló y un castaño que siempre lo acompañaba lo giro para pegar sus frentes y besar sus manos. —Oh TaeHyung... Me muero por escuchar tu voz.— dijo en un tono alto y claro, haciendo sonreír a todos los presentes.

Hyung, ¿Por qué me ignoras?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora