Lie to me {Mikolas Josef y tú} ~Historia corta~

Klapituoc 11

Pasaron varios meses desde que vivía con Mikolas, y estaba igual de feliz que al principio. Todos los días íbamos a dar paseos, a ver el atardecer y a sentarnos y ver alguna que otra película en Netflix.
No supimos más noticias de Eli, por lo que pensé que nos habría dejado de una vez en paz.
—¡Buenos días, Mik!
—Buenos días linda. —Me besó y me puse a desayunar.
Bajaron mi hermano y Laura, a quienes saludé con la mano sonriente.
—Chicos, hoy hay una comida que han organizado para todos los representantes, pero lo hemos hecho entre nosotros, así que será aquí.
—¿En nuestro pueblo? —Dije emocionada.
Melovin asintió y grité de alegría.
A la hora de la comida, efectivamente estaban todos los representantes allí, y yo estaba muy contenta de verlos a todos.
—____... —Se me acercó Benjamin.— ¿Podemos hablar?
—Sí... Claro.
Fuimos a un lugar un poco apartado y me empezó a contar cosas de Eli, que no se había olvidado de nosotros. También dijo que él había trabajado con ella, que era su culpa, etc. Al final le perdoné, se estaba disculpando de verdad y eso lo valoré mucho.
Volvimos con los demás entre risas, y nos sentamos a comer junto al resto.
La comida fue genial, risas, historias, viajes, recuerdos, un poco de todo. Hablamos de quién era el mejor (obviamente Netta porque ganó) y cantaron, juntos, por separado, fue muy muy divertido.
Cuando eran más o menos las siete de la tarde, me alejé un poco y me senté en el suelo, que era hierba. Minutos después, vino Mik y se sentó a mi lado.
—¿Estás bien? —Sonreí y asentí.
—Sí. —Me apoyé en su hombro.— Ahora que estás tú si. —Sonrió y me besó la cabeza.— Vine porque quería pensar un poco, en la gente, en nosotros, en Eli...
—Hey, no te preocupes. No permitiré que haga nada, ni a ti ni a nadie. Estarás bien ¿vale? —Levanté mi vista y le di un beso.
—Está bien.
Volvimos con el resto y volvió la juerga, la tarde fue increíble. Y cuando llegó la noche, yo, que me había ido al baño, volví y me encontré la terraza llena de luces (velas) y que no había ningún representante.
—¿Qué...?
—____. —Me giré y vi a Mikolas.
—Mik... ¿Y el resto?
—Ahora mismo no nos hace falta nadie.
—Eh...
—Mikolas se arrodilló, ya me temía yo esto.— ____, eres la mejor persona que he conocido nunca, eres guapa, inteligente, amable... No tienes ni un sólo defecto, y creo que no me basta sólo con ser tu novio. Quiero que sea algo oficial y que todo el mundo lo sepa, así que, puede que ahora no, que seamos un poco jóvenes todavía, pero, dentro de unos años, ¿te casarías conmigo?
—Me quedé muda, no pude soltar ninguna palabra, sólo asentí y le abracé con lágrimas a punto de salir.— Sí... Claro que sí, Mik.
Salieron todos los representantes y se pudieron a aplaudir y a gritar, pero de la nada todos se callaron.
—¡Cuidado ____!
Me giré y me sorprendió lo que vi. Estaba Eli, con una gran sonrisa, y con una pistola apuntándome.
—¡Eli!
—¡Quieta! No te muevas, o disparo...
—Eli... Por favor... No dispares, podemos llegar a un acuerdo, pero...
—¡Cállate! ¡Estoy harta de oír tu voz! ¡Sólo quiero que te mueras! ¡Llevo mucho tiempo queriéndolo! ¡Me lo has arrebatado todo! Todo... —Ella también empezó a llorar, pero se quitó las lágrimas rápidamente y volvió a apuntar. — Te veo en el infierno.
Y bum, la bala se disparó, pero el impacto nunca llegó