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Capitulo Quinto: "..."

Félix llegó a su apartamento cansado, y todavía tenía que ir a ver a su Padre. De su armario toma el traje que Marinette le ha confeccionado, pantalones de un gris oscuro, chaleco sin mangas de un tono gris más claro, camisa blanca su corbata del mismo tono que sus pantalones y sus zapatos negro lustrados, para acabar con su peinado de siempre.

Mira por el balcón de su habitación y ve una limosina dar una vuelta en la esquina, hace una mueca. Toma el maletín con diseños y unos papeles de su Universidad que necesitan la firma de su Padre, así como una invitación de parte del Director del Instituto para Gabriel Agreste, baja los tres pisos hasta llegar a la planta baja donde el Gorila de su hermano lo recoge.

Nathalie está frente a él escribiendo algo en una agenda, le da la invitación y sigue en silencio recorriendo su camino.

—Antes de irse, Joven Félix asegúrese de esperar unos minutos—comenta la mujer yéndose.

Félix sin entender asiente, la mirada suave de Nathalie le sorprende pero no es como si nunca la hubiera visto.

—Hijo

—Padre—saluda frío, no es como si le importará lo que piense de él.

Ambos cenan solos hablando sobre el trabajo.

—Veo que tú noviazgo con la joven Marinette va enserio, Hijo.

—Claro que sí, Padre, pronto cumplirá diesiseis años—baja la mirada a su platillo mirando a su padre de reojo.

—¿Cuántos años dices que llevas con ella?

En su interior gruñe molesto.

—Vamos a hacer tres años, Padre.

—Ella es una buena chica, tiene mucho talento en el diseño, es buena en los estudios y por no decir más, su cocina es deliciosa—había gato encerrado—Es buena Nuera, una gran opción.

—Padre

—Y ya es tiempo de que sientes cabeza, a tu edad yo ya estaba casado con tu Madre y tenía la empresa en su cúspide.

—...

—Por eso he decidido que en el próximo baile de Navidad, anuncies tu compromiso con ella.

—Pero padre, ella aún es menor de edad.

—Eso no es un impedimento para ello, Hijo.

—Pero–

—Es eso o yo te comprometo con otra persona y te olvidas de la joven Dupain-cheng—amenaza sin inmutarse.

Félix por el otra lado se quedó helado, como osaba decir algo por el estilo.

—Padre, fue una charla muy agradable pero me tengo que retirar.

Casi azotando la puerta se dirige hacía la salida, pero una mano en su brazo lo detiene. Gira listo para dar un golpe pero se sorprende al ver esa cabellera tan conocida y desconocida a la vez.

—Félix—lo llama.

—Adrien—su nombre tan bajo, casi no lo oye, solo un murmullo

—Félix, y-yo—su mente queda en blanco, no sabe que decir.

—Adrien—lo obliga a verlo—No sé si ya me perdonaste, pero no importa sigues siendo mi pequeño hermano menor.

—Yo soy el que debe disculparse, tu solo trataste de ayudarme y y-yo fui el que te echó—baja la cabeza.

—...—Félix se acerca y lo rodea con sus brazos—Acepto tus disculpas, ahora tengo que irme, sigue así Adrien.

Deshizo el abrazo y se retiró. Nathalie escondida sonrió para sus adentros, no se arrepiente de nada.

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