mitades separadas

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How would you feel if I walked up to you one day

And ripped your heart out?How would you feel if I said to you"That's how I feel you're treating me"... 'Cause I feel like I'm losing you.

El primer mes y medio todo fue bien; iban con frecuencia a Vitto's, el café a la vuelta de la escuela. Si estaban aburridos o si las matemáticas se volvían excepcionalmente difíciles, Vitto's era la respuesta. Ya habían recorrido todo el menú, que básicamente consistía en muffins y algunos otros postres más, así como de distintas bebidas a base de café.

Sin embargo, cuando la temperatura comenzó a decaer, a mediados de noviembre, su relación también lo hizo. Hada era de por sí alguien con una personalidad muy particular, y  esa singularidad había demostrado volverse en su contra cuando era disparada por distintas razones. Así mismo, los efectos eran de variadas magnitudes.

Era normal que ella tuviera crisis emocionales cada ciertos días, mayormente por el estrés de la escuela. Ryland entendía hasta cierto punto, porque a él también le causaba incomodidad el sentirse inepto para ciertas materias, o el pensar sobre el futuro. Pero de igual manera, y aunque no entendía el por qué, se daba cuenta de que para su compañera era unas mil veces peor. A él le bastaba con salir un poco para despejar su mente, pero a ella le quitaba infinitas horas de sueño y se mostraba también en su comportamiento y actitudes; desde morderse las uñas de manera compulsiva hasta encerrarse en su habitación, sin alimentos ni agua.

Lo que más le desesperaba, y a veces se odiaba a sí mismo por ello, era cuando se sentía como si no estuviera a su lado. Como si la persona que le regresaba los abrazos y los besos estuviera muerta o fuera un robot; como si no hubiera alma dentro de su cuerpo. Lo odiaba porque no sabía si era su culpa, ni cómo mejorar la situación. Era como verla hundirse sin poder extenderle la mano para ayudarla.

La noche que el caos se desató, estaban en casa de Hada. Su padre había salido al hospital tras haber recibido una llamada, con la cual le informaron que su ex (ex) mujer había sido hallada inconsciente en la calle, no muy lejos del centro de la ciudad. Ryland ya estaba ahí, pues había ido a cenar, pero decidió quedarse unas horas más para apoyar a la chica que tantas confusiones le causaba, al ver que aún era un tema delicado para ella. Así que ahora estaban recostados en su cama.

-¿Qué piensas?- Le preguntó, tras haber estado unos minutos en silencio. Acariciaba su espalda, gesto que, se había dado cuenta rápidamente,  la calmaba.

-Que ha sido muy repentino... No la hemos visto en años, ni siquiera sabíamos si estaba aquí, en Castañas- hizo una pausa corta- Me da un poco de miedo. Quiero verla, pero al mismo tiempo no quiero arruinar su recuerdo... No quiero pensar en eso ahora, mejor háblame de algo más, lo que sea.

Lo único que se le vino a la mente fueron las evaluaciones, y no tardó en sentir cómo se tensaba bajo su abrazo. Maldita sea si había errado con el tema.

Cuando le preguntó por sus resultados, Hada se revolvió para soltarse de su agarre. Se puso de pie y aunque le daba la espalda, supo que estaba rebuscando algo en su morral. Volvió a la cama, alargándole un papel mientras se sentaba... Su boleta.

Ryland la examinó en silencio por un minuto, y cuanto más la leía, más sentía crecer el ardor en su pecho; un poco de angustia, mezclado con decepción y enojo.

-Di algo- Le pidió Hada, con voz débil. No le gustaban los silencios, le hacían imaginarse cosas horribles.

Cuando finalmente bajó el papel y encaró a la menor, no se detuvo a pensar. Media hora después se preguntaría si habría sido mejor quedarse callado.

cañón humanoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora