II

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Ya habían pasado dos días desde que había llegado a mi nueva casa, y había notado unos comportamientos un tanto extraños de parte de Ashton. Por ejemplo, cuando nos sentábamos juntos en el auto de nuestros padres, solía poner su mano en mi pierna y subirla de a poco, hasta que yo se la bajaba y la ponía en el asiento del auto.

—Hola Ems—me llamó por el apodo que había adoptado ayer por él. Sonreí amablemente.

—Hola Ashton—se sentó a mi lado. Miré su abdomen muy bien trabajado y mordí mi labio. «¡No pienses esas cosas!» dije en mi interior luego de morderme el labio al mirar a
Ashton.

—Nuestros padres me pidieron que te avisara que por hoy y mañana no estarán en casa, porque tenían que ir a un viaje de negocios a Nueva York—dijo levantándome de la hamaca y sentándose en ella. Me miró—, así que me pidieron que te cuidara—asentí tranquila.

La verdad es que la idea de estar en casa, sola con Ashton me provocaba nervios por los roces que había tenido antes conmigo.

—Bueno, no te preocupes—dije simulando tranquilidad, para luego entrar nuevamente a la casa.

Entré a la cocina para tomar un vaso con jugo de naranja, pero al darme cuenta de que no alcanzaba los vasos, comencé a saltar, y en ése pequeñísimo lapso de tiempo llegó Ashton. Se posó detrás de mí, sujetando mi cintura y pegando mi trasero a su bulto, el cual aumentaba de a poco. Acercó sus labios a mi oído y mordió éste con suavidad, tomó el vaso y sonrió en mi cuello, y luego chupó esa misma zona, dejando una pequeña marca en éste. Me di la vuelta y, ¡joder! qué bueno que está mi hermano, Dios.

—Gra... Gracias Asht... Ashton—agradecí aún perpleja sin quitar mi mirada de sus ojos.

«Claro, sus ojos.»

Bueno, su entrepierna quizá.

—¿Te gusta lo que ves, bebé?—dice acercándose a mi oído. Suelto un pequeño jadeo al sentir su respiración en éste y asiento.

—Sí, Ashton—aprieta mi trasero al oírme decir éso.

—A partir de ahora me llamarás Daddy—susurra nuevamente en mi oído, logrando hacerme mojar la parte inferior de mi bikini.

Al decirme éso, me percato de lo que acababa de decirme Ashton y me aparto.

—¡Claro que no!—digo algo exasperada luego de nuestro reciente roce— Eres mi, ahora, hermano, no podemos hacer ésto Ashton—entro en razón.

—Nadie tiene que saberlo, pequeña—vuelve a acercarme, posando sus manos en mi trasero y empujandome hacia él. Me alejo nuevamente y subo a mi habitación.

Aunque en el fondo, no había otra cosa que desease más que éso.

[...]

A la hora de cenar, Ashton trae a uno de sus amigos, sin avisarme.

Me pongo mi pijama para bajar a saludar al amigo de mi hermano.

—Un gusto, preciosa—veo a Ashton tensarse al escuchar el apodo que adoptó su amigo hacia mí—, soy Luke.—el rubio besó mi mejilla y su mirada se fue directamente a mis pezones en mi playera, porque estaba sin sujetador, causando que me sonrojara un poco.

—Un gusto, Emily—saludé amistosa.

—¿Pedimos sushi?—habló Ashton juntando sus manos y frotándolas para evitar un silencio incómodo. Ambos asentimos y nos fuimos a sentar en el sofá a encender la televisión para poner alguna película, mientras Ash llamaba.

Luke, mientras tanto, me hacía preguntas, las cuales respondía torpemente, pues la imagen de Ashton lamiendo el lóbulo de mi oído se repetía una y otra vez.

—¿Hay alguien ahí?—bromeó Luke mientras pasaba su mano por en frente de mi cara al ver que estaba pensando en otra cosa mientras él me hablaba—¿Qué pensabas?—preguntó perplejo ante mi reacción.

—Uhm nada, nada—mentí dejando de lado los pensamientos sobre lo que había pasado con Ashton hacía apenas unas horas.

—Bueno, la comida debería estar aquí en unos 20 minutos—dijo Ashton sentándose entre Luke y yo, a lo que Luke soltó un pequeño quejido. Reí en mi mente y comenzamos a ver la película.

[...]

—¿Te quedarás, hermano?—pregunta Ashton a Luke al ver que su amigo bostezaba. Luke asintió y mi hermano tomó una manta para taparnos los tres. Habíamos comido mucho sushi todos y estabamos muy llenos y con ganas de dormir.

—Buenas noches, Ash—dije tratando de salir de su lado para subir a mi habitación—, descansen—Subí, me despojé de mis zapatos y me recosté, cayendo pronto en un profundo sueño.

[...]

—¿Ems?—susurra mi hermano en mi cuello, para tratar de despertarme. Lo logra y pego un manotazo tratando de alejarlo.

—Vete, estoy durmiendo Ashton—digo enojada. Me doy la vuelta y veo a mi hermano frente a mí cama, sin camiseta ni pantalón, solo con un bóxer cubriéndolo. Abro mis ojos más grandes y sacudo mi cabeza, eliminando los pensamientos obscenos de mi mente.

—Venía para avisarte que con Luke iremos al supermercado, ¿vienes?—apuntó a la puerta en la cual estaba Luke. Asentí aún tratando de eliminar mis pensamientos obsecenos, Ashton sale de mi habitación y yo entro a mi baño.

Luego de unos 10 minutos bajo el agua caliente de la ducha, opto por ponerme un pantalón negro ajustado, un top corto, ajustado de rayas blancas y negras y unas zapatillas blancas. Opto por no usar sujetador, pues en verdad no me gusta y siento que, al tener pechos pequeños, no lo necesito. Dejo mi cabello mojado y bajo.

Automáticamente en cuanto me poso frente a ambos, la mirada de luke se dirige directamente a mis pechos pues, el top al ser ajustado, deja notar mis pequeños pezones. Me sonrojo y Ashton, al notarlo, le dirige una mirada asesina a su amigo, quien la nota y deja de mirarlos.

—Emily, ponte un sweater—dice. Refunfuño y me niego, cruzando mis brazos—. Emily, no te estoy preguntando, soy mayor que tu y te estoy ordenando que vayas a ponerte un sweater—dice con un tono de voz celoso.

Ruedo mis ojos y subo a mi habitación, saco un sweater de lana blanco un poco suelto y me lo pongo encima del top.

—¿Así?—digo al bajar. Ashton sonríe.

—Sí—dice seco—, vamos—toma las llaves de su auto, pero al instante suena el teléfono de su amigo.

—Hermano, no podré acompañarlos, debo acompañar a Calum que me preguntó hace unos días si podía acompañarlo a Nueva York y le dije que sí—hace un puchero el rubio, se ve demasiado tierno—, nos vemos otro día ¿sí?—Ashton comprende y le dice que no se preocupe—Adiós Ash, adiós preciosa—dice saliendo por la puerta, al escuchar éso último Ashton suelta un pequeño gruñido.

—¿Por qué miras así a Luke, Ashton?—digo confusa. Ashton me mira de pies a cabeza y comienzo a notar que se acerca a mí.

—Emily, debo decirte algo—Ashton se acerca y yo retrocedo, algo atemorizada, pero curiosa, hasta que choco con la isla de la cocina.

daddy, please. » a.iDonde viven las historias. Descúbrelo ahora