Lo que había pasado con Ashton había sido en verdad muy raro.
«E incorrecto, Emily.»
grACIAS SUBCONSCIENTE DE VERDAD, GRACIAS. NO TENÍA IDEA QUE CHUPÁRSELA A MI HERMANO ADOPTIVO ERA INCORRECTO, NO TIENES IDEA DE CUÁNTO TE AGRADEZCO.
Tomé el celular que me habían comprado Anne y Thomas y me descargué aplicaciones. Me creé un perfil en Facebook, en Instagram y en WhatsApp. También descargué una cosa rara con un logo naranjo, se llamaba Wattpad y la gente subía historias ficticias creadas por ellos.
Están bien locos, eh. ¿Historias de follar con el padre de su amiga que les dobla la edad? ¿o con su padrastro?
«Emily, acabas de casi follar con tu hermano adoptivo.»
Creo que me compraré un nuevo subconsciente.
Bueno, volviendo a lo de antes, entre a instagram, al momento 3 personas comenzaron a seguirme por lo que acepté sus solicitudes.
Decidí tomarme una foto y subirla.
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@emilyhigberth #firstpic
Comencé a seguir a gente de la escuela a la que Anne me dijo que entraría. Minutos después ya tenía a 25 personas de mi futura escuela siguiéndome.
Me acerqué al gran armario de mi habitación y saqué el uniforme.
Éste consistía en una falda azul marino bastante corta a mi parecer, una camisa blanca de mangas largas, una corbata del mismo color que la falda y un blazer del color de la falda, también. Y para acabar, unos calcetines blancos y largos, y zapatos negros.
Me lo probé y levanté mis hombros y sonreí al mirarme al espejo.-Bueno, al menos conoceré gente ahí dentro-hablé para mí misma.
Luego de sacarme el uniforme miré por la ventana, hacía un día soleado y bonito, así que opté por salir a caminar y conocer el barrio.
—Ashton, iré a dar una vuelta por la ciudad—avisé a mi hermano asomando la cabeza por una rendija de su puerta. No contestó, así que entré. Estaba durmiendo, como un bebé.
Me senté a su lado y comencé a repasar las facciones de su cara, Ashton era en verdad muy lindo, su cabello casi rubio y rizado le hacían parecer más pequeño de lo que en verdad era, y sus labios eran ni muy delgados, ni muy gruesos. Sonreí al mirarlo. Éste despertó y me alarmé. Me miró aún somnoliento y me sonrió. Hizo un lugar a su lado en su cama y me invitó a recostarme. Suspiré y traté de despertarlo.
—Daddy—dije y pareció despertar más.
—¿Qué pasa nena?—preguntó tallándose los ojos—, ¿vienes por una segunda ronda?—dijo con un tono de voz suave pero seductor. Me sonrojé, miré hacia abajo y negué aún en ésa posición.
—Quiero salir un rato para conocer el lugar—dije algo tímida. Ashton sonrió y habló.
—Yo te llevo, vamos en mi auto—respondió sentándose en la cama. Tomó las llaves de su mesita de noche y se levantó. Lo seguí silenciosamente hasta llegar a su auto.
—¿Qué me llevarás a conocer?—pregunté al verlo poner las llaves y encender el motor. Me miró y sonrió.
—A un lugar que creo que te gustará—sonrió, esta vez sin picardía en su voz—, pero antes pasaré por un amigo para ir los tres—sonrió nuevamente dejando relucir sus blanquecinos dientes.
Creo que acabo de tener un orgasmo en mi cabeza.
Síp, así es.
Asentí y salimos rumbo a la casa de su amigo.
En cuanto llegamos a una casa blanca Ashton tocó la bocina de su auto y pasados unos minutos salió un chico muy blanco, de cabello rubio platinado.
¿Todos los amigos de Ashton me provocarían un orgasmo mental acaso?
Sonreí amistosa cuando el rubio se acercó a besar mi mejilla por la ventanilla del copiloto.
—Qué tal, soy Michael pero dime Mike—dijo el rubio. Sonreí y respondí.
—Soy Emily, pero dime Ems—saludé a Mike amistosamente.
—Qué esperas, súbete—apuró Ashton a su amigo, Michael asintió riendo y subió en el asiento trasero.
—Y qué tal, ¿es tu hermana?—Michael habló refiriéndose a mí. Ashton asintió con la mirada en el camino, tarareando la canción que iba sonando en la radio—. Es linda—dijo sin rodeos, me sonrojé, cosa que provocó que Michael riera tiernamente.
—Gr-acias Michael—respondí sonrojada. Segundos después todo fue silencio y miradas celosas de Ashton hacia mí.
[...]
—La pasé genial chicos, Ems tienes mi número, envíame un mensaje cuando llegues a casa—se despidió Michael mientras entraba por la puerta de su casa.
—Fuiste una mala niña, Emily—dijo Ashton en cuanto Michael ya había entrado a su hogar. Mordí mi labio culpablemente.
—¿Qué sucedió Ashton?—lo miré en cuanto aceleró la velocidad, entrando en una carretera que conducía a un pequeño bosque. Estacionó su auto y habló.
—No me digas Ashton—dijo tomándome por las caderas y pasando a sentarme situada encima de su entrepierna que ya estaba un poco endurecida—dime Daddy—.
