Resumiendo

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Siempre es raro que cuando tengo que estudiar, mi mente no deja de decirme "escribe, escribe, escribe" Y bueno, cuando mi mente habla le hago caso... no vaya a ser que se ofenda y no vuelva a decirme nada O.o jeje Les dejo un nuevo cap... ya me dirán, besasos gente! 

Resumiendo

Hasta hace unos días decidí buscar el significado de "bitácora" en internet, hasta el momento pensaba que era escribir con cierta periodización los acontecimientos ligeramente más relevantes. Pero estaba equivocada, algo que en verdad no me pasa muy a menudo, y algo que no me gusta admitir a la ligera.

Pues, verán, una bitácora es un artefacto que está fijo a la cubierta de una embarcación junto a la rueda del timón (gracias por eso, San Wikipedia). Si mi entendimiento de la explicación es acertado, bien podría decirse que la bitácora de un barco es la brújula, compas o como sea que lo reconozcan. ¿Qué curioso no?

Así que lo que normalmente llamamos bitácora, en realidad se denomina Cuaderno de bitácora y recibe ese nombre porque suele guardarse dentro del armario de la bitácora, para protegerlo de las inclemencias del clima. Ahora que estamos correctamente informados sobre lo que es una bitácora, vayamos al punto de todo esto. Porque juro que tengo un punto.

Además de ser un cuaderno donde se registran datos de lo acontecido durante un viaje, el Cuaderno de bitácora también suele contarnos sobre la vida o las experiencias de un alguien en particular. Muchas veces del mismo que la relata, pero en ocasiones de un tercero a quien vale la pena resaltar. Cuando llamé bitácora a este cuaderno, pensé que sólo prefería no llamarlo diario íntimo. Porque, vamos, eso suena como algo de cría de once años ¿a que no? Entonces llamarlo bitácora le daba un cierto aire de elegancia, lo apartaba de la simple tarea de exponer pensamientos en un papel y lo volvía algo que podría ser útil más adelante.

Lo cierto es que todo eso es un lindo engaño para mi mente, la verdad es que quería decir algo inteligente para que no piensen que están leyendo esto sin un propósito. La verdad es que no hay acontecimientos dignos de mencionar hoy, ni mañana y probablemente nunca los habrá, la verdad es que mi vida no es digna de ser contada en un Cuaderno de bitácora, y tal vez por eso escogí contarles sobre alguien más. Para dejar patente que incluso en mi propio Cuaderno de bitácora, tuve que recurrir a alguien más para que lo sustentara.

Vaya, eso sonó patético hasta para mí. Mejor empecemos con el resumen de la semana, porque esta semana fue jodidamente resumida y jodidamente complicada:

Lunes:

Luego del baño, el casi beso o extraño acercamiento entre el idiota y yo, y el almuerzo con Marc, no hubo mucho más de nada. Cameron se marchó a la estación en un silencio casi sepulcral, y cuando Marc me echó una mirada inquisitiva al respecto, me limité a negar. No quería hablar de Cameron con Marc, no quería hablar de Cameron con nadie. Afortunadamente él lo entendió.

Vimos televisión—algo que no hacía desde tiempos remotos—, jugamos videos en la consola que Marc había traído y luego robamos a Cassi unas horas de la casa de Cameron. Marc dijo que no le importaría, aunque podría apostar mi trasero a que el otro debía tener algunas palabras para nosotros si se enteraba.

Martes:

El martes Marc debía ir a la estación. Y creo que aquí debemos hacer una pausa para una pequeña explicación. Ellos trabajaban por semanas, les llamaban semana corta y semana larga. Es bastante fácil de comprender, durante la semana corta del grupo A (el de Marc), trabajaba el grupo B (el de Cameron). La semana corta era de dos días, martes y jueves; la semana larga era de cinco días, lunes, miércoles, viernes, sábado y domingo. Cuando Cameron tenía semana larga, Marc tenía semana corta y viceversa. ¿Verdad que no es tan complicado?

Lo que sé de Cameron Brüner. (Bitácora 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora