Introspección.

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Yo creo que esta vez no me demoré mucho, pero todo puede ser relativo xDD Así que sin mucho que decir, les dejo un nuevo cap. espero que les guste y gracias por pasarse. 

Capítulo XV:

                                                      Introspección.

 

Diez minutos después de iniciado el viaje tomamos rumbo hacia el horizonte, las olas acompañaban nuestro movimiento con su hipnotizante vaivén, impulsándonos hacia una aventura para la que nadie estaba preparado… 

¡Oh, disculpen! Bitácora equivocada. Vamos, creo que a esta altura ya me he ganado el derecho de bromear un poco con ustedes, ¿no?

Me pondré seria. Tras diez minutos de iniciado el viaje, coloqué mi pierna mala sobre el salpicadero de la camioneta y Cameron se dedicó a insultar a los demás conductores, tal vez pensando que se dirigía a un incendio o algo así. Supongo que es difícil alejar a la urgencia del hombre.

—Oye, calma… se supone que intentas mantenerme con vida. —Eso logró una mirada curiosa al principio y luego un ceño fruncido.

—Esta gente parece que no tiene un destino. —Apuntó al automóvil que venía delante de nosotros, que para ser honesta sí parecía que venía paseando.

Pero en el pueblo las cosas siempre habían tenido ese ritmo casi dormido, para lograr avanzar o bien aprendías a ganar paciencia o bien a insultar de manera versátil. Mi vecino había aprendido la segunda forma.

—Pues dudo que tocar tu claxon le haga crecer alas.

Él no me escuchó, se encontraba demasiado ocupado haciendo sonar su claxon con todo el peso de su mano.

—¡Muévete, idiota! —Una vez que pasó junto al automóvil familiar que venía paseando, Cameron sacó su dedo por la ventanilla y yo solté una carcajada sin poder evitarlo. Me miró—. ¿Te ríes de mí?

—Eres el peor conductor en el mundo.

—Es imposible que sepas eso.

—¿Ah? —inquirí confusa.

—¿Conoces a todo el mundo?

—Es una expresión y… lo que sea. —Decidí desechar esa conversación absurda antes de que fuera demasiado tarde.

—No, no, continúa —me apremió él golpeando mi escayola casualmente.

—¿Qué quieres que continúe? Es obvio que no conozco a todo el mundo.

—Blue. —Suspiró, como si estuviese decepcionado con mi respuesta—. La cuestión no es hablar de algo relevante, la cuestión es simplemente hablar. Será un viaje largo, podremos limar asperezas mientras tanto.

—O podemos quedarnos callados y hacer un viaje introspectivo al interior de cada uno.

—Eso suena aburrido —se quejó en voz baja, ahora más relajado ante una carretera que se extendía limpia frente a nosotros. El problema siempre era salir del pueblo, una vez fuera lo único que podría cortar el tráfico era una vaca fugitiva—. Además, ¿que no es redundante?  

—¿El qué?

—¿Un viaje introspectivo al interior de cada uno? Si es un viaje introspectivo, es obvio que es al interior.

Fruncí el ceño, no dispuesta a aceptar que tenía razón. Mierda, Cameron el idiota acababa de corregirme, ¿qué estaba mal conmigo?

—Es por eso que debemos quedarnos callados y meditar. —Cuando lo miré por el rabillo del ojo, pude ver una leve sonrisa complacida tirando de la comisura de sus labios.

Lo que sé de Cameron Brüner. (Bitácora 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora