CAPÍTULO 4

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Me levanté al día siguiente de muy buen humor. Me sentía animada y con mucha energía a lo que decidí ir al gimnasio para empezar el día de una manera saludable.

Mi día en el trabajo pasaba rápidamente y de vez en cuando intercambiaba algunos mensajes con Pamela, sin embargo era difícil ya que ambas estábamos bastante ocupadas. Al final del día le envié un mensaje preguntándole si quería ir a cenar, a los pocos minutos me llamó por teléfono.

L: Hola hermosa, cómo estás?

P: Hola guapa, no muy bien que digamos. Tengo que terminar unos pendientes del trabajo y saldré tarde, por lo que no podré aceptar tu invitación para cenar hoy. Se escuchaba estresada y un fuerte bullicio de oficina de fondo.

L: No te preocupes, entiendo que luego hay días así en el trabajo. Tal vez mañana u otro día en la semana.

P: No lo sé guapa, estamos cerrando pendientes de mes y estos días estarán muy caóticos. No quiero hacer planes contigo y luego cancelarlos. Espero lo entiendas.

L: Claro, yo entiendo.

P: Pero si llego a salir temprano un día te aviso para que hagamos algo. Lo más difícil de esta semana será el no poder verte, eres la que me da ánimos.

L: Pero estoy segura de que puedes con eso y más. Prometo que cuando nos veamos nos relajaremos y disfrutaremos mucho.

P: No puedo esperar. Tengo que regresar a terminar unos trámites, hablamos después.

L: Espero acabes pronto, buenas noches.

Me desanimó un poco el saber que sería difícil ver a Pamela, realmente tenía muchas ganas de salir con ella. Sin embargo entendía su situación laboral y decidí que si no podía verla podía aprovechar para ver a otros amigos y amigas.

Decidí llamar a Gerardo para ponerlo al corriente sobre toda la situación con Pamela y las novedades con Jimena. Acordamos vernos para cenar a las 8.

Una vez ahí comencé a platicarle todo lo que había pasado y Gerardo estaba realmente sorprendido.

G: Nunca me imaginé que me dirías todas estas cosas! Aunque claro, me esperaba tu pequeña crisis con Pamela.

L: Lo sé, por un momento tuve miedo pues pensé que arruinaría todo.

G: Sin embargo creo que lo manejaron bien, es bueno tener las cosas claras desde el principio. Y de Jimena no volviste a saber nada?

L: Nada, la verdad estoy un poco decepcionada pensé que le interesaría arreglar nuestra amistad… Antes de que pudiera seguir Gerardo me interrumpió.

G: No puede ser, hablando de la reina de Roma.

En ese momento iba entrando Jimena al restaurante con su novio. Yo intenté voltearme pues no quería saludarla pero ella alcanzó a verme y se acercó a saludarnos.

Ji: Hola, cómo están? Dijo de manera incómoda.

L: Hola, todo bien gracias. Dije fríamente.

G: Hola, mucho tiempo sin verte.

Ji: Lisa, tienes un momento? Me gustaría hablar contigo.

L: Lo siento pero no creo que sea buen momento para hablar.

Ji: De acuerdo, disfruten su cena.

Se dio la vuelta y se dirigió a la mesa en la que estaba sentado su novio.

Gerardo y yo continuamos nuestra conversación. Ya estábamos terminando de cenar y yo tuve que ir al baño pues accidentalmente había ensuciado mi blusa y debía limpiarla.

Mi Mejor AmigaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora