CAPÍTULO 3

99 2 0
                                    


Salí de casa de Pamela y mientras me dirigía a mi auto revisé mi celular pues lo había tenido abandonado toda la noche. Habían algunos mensajes de amigos y amigas, otro de mi mamá preguntando la hora a la que regresaría junto con una llamada perdida suya, pero lo que más me sorprendió fue ver 5 llamadas perdidas de Jimena. Decidí que la llamaría en la mañana pues ya era muy tarde.

Llegué a mi casa, me puse la pijama y caí dormida de la manera más rápida y profunda. Me levanté pero aún me sentía en un sueño, la experiencia del día anterior me tenía flotando en una nube. Había sido una de las mejores noches de mi vida.

Pero mi nube no tardó en esfumarse cuando recordé las llamadas de Jimena. Una parte de mi tenía curiosidad de saber qué es lo que quería, pero la otra parte no quería saber nada de ella, seguía molesta por su actitud del día anterior y no quería que lo que fuera a decirme arruinara mi felicidad y emoción de mi noche con Pamela.

Sin embargo ganó mi primer instinto y la llamé. Después de unos segundos contestó:

Ji: Pero miren quien se molestó en dar señales de vida.

L: Hola Jime, cómo estás?

Ji: Estoy bien, aunque no creo que te importe. Dijo hostilmente

L: A qué te refieres con ese comentario. Dije extrañada

Ji: Se refiere a que ayer teníamos planes y que además de incumplirlos también decidiste a ignorarme.

L: Sigo sin entender tu enojo. Ayer quedaste en avisarme si nos veríamos y no me mandaste ningún mensaje y no ignoré tus llamadas, simplemente estaba ocupada. Traté de responder tranquilamente, aunque mi cuerpo comenzaba a llenarse de rabia.

Ji: Pero que ocupada es la señorita. Dijo sarcásticamente. Y qué? Si yo no te escribí tu no podías hacerlo?

L: No pude contener más mi molestia. Pues si pude hacerlo, al igual que tú. Por qué yo soy siempre la que te tiene que buscar? Nunca has hecho ningún esfuerzo por mí. Pero ahora que decidí tratarte como tú me tratas a mí no te ha gustado nada, así que tal vez esto te sirva de aprendizaje a valorar más a las personas que siempre hemos estado ahí para ti, es más, estábamos. Hice énfasis para hacerle notar que de ahora en adelante ya no estaría para ella, que esa amistad había terminado.

Enojada colgué el teléfono y lo aventé entre un montón de ropa que tenía arrumbado. No podía creer el descaro de Jimena de quererme reclamar aun cuando el error había sido claramente de ella. Pero lamentablemente ella siempre había sido así, egocéntrica.

Me arreglé pues iba a ir a desayunar con mis papás, mi hermana Daniela y su esposo René. Ya habían pasado varios fines de semana que solo salía de fiesta y veía a mis amigos así que un plan familiar no me caía nada mal para alejarme del drama que había sucedido.

Una vez en el restaurante me percaté que había dejado mi celular, pero no le di importancia. Estábamos pasando un rato muy agradable y comiendo un rico desayuno y ya al final mientras terminábamos nuestros platillos mi hermana me dijo:

D: Y tú que te traes? Te noto diferente.

L: Diferente? Para bien o para mal?

D: Para bien, te noto relajada y alegre. No que no seas alegre siempre, pero esta vez tienes un brillo especial.

De pronto René se incluyó a la conversación.

R: Si, yo también lo noté. A mí se me hace que tiene un galán por ahí.

D: Eso debe ser! Y bueno, tienes alguna noticia?

L: No sé de qué hablan, no hay ningún galán. Dije sonriendo y sacándole la lengua a mi hermana.

Mi Mejor AmigaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora