Capitulo 7

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El día estaba soleado, lo único que se escuchaba en aquella colina eran el cantar de los pájaros y las risas de tres niños. Los príncipes y princesa, se encontraban corriendo y jugando bajo la supervisión y cuidado de unos cuantos soldados, obviamente no pusieron salir ellos solos, y menos tan lejos. El pequeño Caspian se detuvo justo en medio de las ruinas en las que jugaban, Benjamín y Catalina lo siguieron.

- ¿Ya te cansaste? -pregunto Benjamín, llevaban varias horas saltando y jugando en aquellas ruinas, Caspian se encogió de hombros.

- Un poco, supongo. -contesto Caspian, Benjamín asintió y ambos se sentaron en el pasto, Catalina los observo a ambos.

- ¿Que hacen? -pregunto cruzada de brazos, ambos la observaron desde el suelo-No sean aburridos!

- Llevamos horas jugando... -intentó protestar Caspian, aunque sabía que si ella se hubiera sentado y el fuera el que quería jugar, también insistiría, en realidad ya había pasado que Caspian y Catalina insistieran a Benjamín seguir jugando.

- Pero yo no estoy cansada, -argumento ella- sin mencionar lo ofendida que me siento por su machismo.

- Tienes mucha energía hermanita, lo sabemos. -contesto Benjamín, recostando su cuerpo en aquel lugar, se río internamente, sabía que eso molestaría a Catalina- ¿A que te refieres con... Machismo? Me haces sentir como mi padre.

- Se preguntaron entre ustedes si estaban cansados y se sentaron, -les recordó la pequeña princesa- al parecer yo no estaba sentada justo a unos centímetros de ustedes. -dijo sarcásticamente- y nuestro padre es un idiota. -dijo lo último sentándose juntó a su hermano de forma brusca, ambos chicos se rieron al ver que habían ganado- cállense! -arranco pasto del suelo y se los aventó.

- Oye! Catalina! -la voz de la reina Lucy se hizo presente y saco a Catalina de sus pensamientos, o más bien, recuerdos- perdón, ¿te moleste?

- No, para nada Lucy. -contesto Catalina mientras seguía caminando con la reina más joven de la historia a su lado. Observo a todos caminando, los reyes de antaño caminaban delante de ella, sin mencionar a Lucy, mientras que los soldados ibas tras ella, cuidándole.

- Peter quería que supieras que estamos por llegar a donde se encuentra Trumpkin. -le aviso Lucy con una sonrisa genuina.

- Gracias. -le sonrió de vuelta Catalina- Eres una señorita muy alegre para haber peleado tantas guerras.

- ¿Señorita? -pregunto riendo

- Imagine que no te gusta que te digan "niña", digo, según las historias llegaste a tu adultez en Narnia. -razono Catalina, y la verdad era que Lucy no podía estar más que feliz porque alguien lo entendiera además de su hermano Edmund.- ¿Es el? -pregunto Catalina al ver a un enano sentado en una roca, Lucy asintió y sólo eso basto para que Catalina empezará a correr dejando a todos atrás, los soldados que la acompañaban al ver el acto de la chica corrieron tras ella, dejando a los pevensie atrás, confundidos por el actuar de los soldados, pero no se quedaron conformes con quedarse detrás, así que también corrieron.

- Hey! -le grito Catalina al enano, este volteo confundido, más sin embargo no ataco, pues vio que los reyes de antaño veían con la chica- ¿Tu eres Trumpkin? -le pregunto una vez que llego hasta el

- Si, soy yo. -dijo con seriedad, cosa que no extraño para nada a los cuatro hermanos- ¿Quien es? -le pregunto a Peter, cosa que molesto a Catalina

- Estas hablando conmigo, ten la gentileza de responderme a mi. No seas grosero. -dijo con cierta indignación por tal grosería por parte del Narniano, este se sorprendió por la manera en que le hablo, más sin embargo también le agrado.

- Aún no me dices tu nombre. -reclamo Trumpkin

- Soy Catalina, princesa de.... -el Narniano la interrumpió

- Eres la princesa Catalina, hija del rey Konder. -dijo bajando de la roca y poniéndose frente a la chica- Se quien eres, tu padre fue uno de los que me mandó a ahogar.

- Lo se, y lo lamento. -dijo Catalina con toda la sinceridad de su alma, ella jamás estuvo de acuerdo con la mayoría de las cosas que su padre se encargaba de hacer- Pero yo no soy mi padre, y no tengo intención de serlo.

- Si no es mucho preguntar, ¿que hace una princesa por estos rumbos? -pregunto con curiosidad, ignorando las palabras de la joven princesa- Tan lejos de tu reino y con tan pocos soldados cuidándole. -señalo a los uniformados tras ella.

- Estoy buscando a mi amigo, Caspian. -dijo Catalina, miro a todos los presentes y le respondió al Narniano- Estoy aquí porque mi amigo está en peligro, su tío, el rey Miraz trato de asesinarlo y huyo, en el reino todos creen que el se fue tras asesinar a su profesor, pero estoy segura de que nada es como Miraz lo dice, conozco a Caspian, se que el jamás haría tal cosa. -Catalina observo a sus soldados y se soltó a decir lo que tanto añoraba- Estoy aquí porque creo en un Narnia mejor, y eso es algo que no se logrará mientras mi padre siga al mando, el asesino a muchas personas y no teme mancharse las manos de sangre para conseguir lo que quiere, lo he visto... -suspiro, no sabía como expresarse de mejor manera, habían tantas cosas que quería decir pero las palabras no salían- tan sólo quiero ayudar.

El narniano la observo unos instantes, y no era el único. La mirada de los Pevensie también cambio, ya no la veían con desconfianza, ahora veían la nobleza de su corazón y la consideraban una aliada. 

- Se donde esta tu amigo. -dijo Trumpkin- Estaba escapando de unos jinetes del rey Miraz, pero cayo de su caballo, estuvieron a punto de atraparlo. Pero mis amigos y yo lo ayudamos, aunque en el acto me atraparon a mi.

y en ese instante, catalina cometió un acto que dejo a todos sin palabras, algo que entre la realeza simbolizaba respeto a las personas mas importantes, algo que jamás se hizo fuera de un castillo.

La princesa hizo una leve inclinación en dirección a Trumpkin. Pues el se había ganado su respeto.

- Te estaré eternamente agradecida.

~*~

Peter caminaba detrás de todos, aunque André le hacía compañía, ambos iban cuidando a los suyos.

- ¿Porque lo hacen? -pregunto Peter sin mirarlo, André no respondió- Me refiero, ¿porque la cuidan? Ella ya no está del lado del rey y el trabajo de ustedes es cuidar del rey.

- Existe algo llamado lealtad. -dijo André mirando a la princesa caminar juntó a la reina Susan- Ella es nuestra esperanza, la esperanza de una reina justa que nos llevara a La Paz.

- ¿Porque lo crees? -pregunto Peter observando a la princesa con intriga, tratando de descifrar lo que el soldado decía 

- ¿Dónde estabas hace un minuto, cuando ella mostro respeto a un narniano? -le recordó, pero no había necesitad, pues aquella escena seria imposible de olvidar para todo el  que lo presencio- Nadie, jamás, hubiera echo lo que ella. Mucho menos con un narniano.

- No soy bueno para confiar, me cuesta mucho. -confeso con cierto pesar. El soldado respiro hondo.

- Porque ella está aquí, debes confiar en la princesa porque esta aquí. -Peter lo miro confundido, André sonrió y le explico- Esta aquí en contra de toda su familia, en contra de las reglas y leyes. ¿Sabías que estar en contacto con Narnianos y ayudarlos es un crimen? Se castiga con la muerte, y aún así ella está aquí, porque está peleando por lo que cree correcto. -el hombre recordó a su hermano- Mi hermano tenía fe en la princesa desde el momento en que la vio por primera vez, en realidad ella tenía 10 años, mi hermano y otros soldados tenían que cuidarla en sus paseos.

- Nadie hace nada sólo porque si, debe tener algo que esconde. -dijo Peter con desconfianza.

- Claro que si, como todos. -contesto André- Nadie es libre de los secretos, todos tenemos los nuestros. Pero mírala, hasta donde esta dispuesta a llegar por los suyos, eso es lo que queremos, ella nos traerá La Paz.

Narnia y los herederos de la coronaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora