Cuentos

El príncipe que perdió su princesa

Ya han pasado muchos años, hoy ya cumplo 60 años y ¿como olvidarla?, aquella pequeña que fue mi sostén en cada quimioterapia, aquella que me enseñó el verdadero significado de la vida. La vida fue injusta con nosotros, quien tenía posibilidades de morir era yo y murió ella, pero; todo comenzó aquella tarde; un 28 de agosto..<.

Fui ingresado al Hospital Central de la cuidad,me detectaron cáncer en el pulmón derecho y se estaba expandiendo al izquierdo. Recuerdo que me había enojado mucho con mamá porque yo no quería hacerme las quimioterapias porque dolían y yo sabía que iba a morir, fue ahí donde la ví; pasando por el pasillo, su cabeza no tenía pelitos y supe que era otra igual a mí; ella era alegre, todos los días hablabamos y fue por ella que me siguieron haciendo las quimio, era ella quien sostenía mi mano cada vez que dolía, ella era mi sostén en cada dolor, por ella sigo hoy vivo.

Pasaron los meses y aunque fuéramos niños, yo de 11 y ella de 10; me enamoré de ella, a ella le dijeron que el cáncer no se seguía expandiendo y que si seguía así sobrevivirá y yo igual pero lo peor vino en marzo el cáncer de ella avanzó y migró a sus pulmones, ya sabíamos que significaba eso ella no sobrevivirá pero nunca perdió su sonrisa ella era mi alegría y dolió que ella no cumpliera nuestra promesa
"Juntos por siempre, el cáncer no nos vencerá sino nosotros a él"

Pero nuestra historia no terminaría con un final feliz porque al mes siguiente ella me llamó;quería despedirse,me dijo que la perdonará por no cumplir su promesa pero yo sabía que no era su culpa sino que era del cáncer. Recuerdo haberla besado y decirle que jamás la olvidaría y ¿cómo olvidarla? si ella sigue siendo el amor de mi vida y siempre lo será.

Recuerdo lo doloroso que fue ver a su familia derrumbándose, verla a ella cerrar sus ojitos para nunca mas abrirlos y perder ese color y sonrisa tan característica en ella, ahí supe que mi corazón se fue con ella, jamás iba a amar a alguien que no fuera ella, salí de la oscuridad gracias a mi Jenny que era mi luz pero sin ella ya nose donde estoy, era mi brújula para encontrar mi camino pero ella era mi camino y la perdí, pensé el príncipe siempre encontraba a su princesa y vivían felices por toda la eternidad pero el destino no lo quiso así yo encontré a mi princesa pero la perdí.

Y ahora soy mayor pero jamás logre estar con otra,mi corazón y alma le pertenecen a ella, a la niña que siempre sostuvo mi mano en cada quimioterapia.

Fin.

Frase: No hay mejor medicina que tener pensamientos alegres.