Capítulo 1

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Star miró a la multitud a su alrededor con expresión triste. Sus manos seguían toqueteando nerviosamente el broche con forma de narval que le había regalado Tom antes de terminar su relación con ella, unas seis semanas atrás.

Tom se había enterado gracias a Marco del beso que habían compartido en la cabina de fotos, y unos días después de su victoria contra Meteora, él le había comentado su situación y había terminado con ella, sin antes regalarle el broche como símbolo de que su amistad no se rompería a pesar de la ruptura.

Tom, siempre tan caballeroso.

Definitivamente no se lo merecía.

Él había sido tan amable, cariñoso, protector, buen besador... En fin, un gran novio. ¿Y ella le había agradecido engañandolo con su mejor amigo?

Bueno, técnicamente ella no lo había engañado, Marco le había tirado la boca y la había besado... Luego ella se quedó con las fotos... Y...

No. No se podía sacar la culpa. Ella era completamente culpable, y lo sabía.

Otra cosa más: Le había gustado el beso con Marco.

Y eso significaba otro problema para sumar a la lista. ¡Eso no tendria que haber ocurrido! Star estaba con Tom, ¡Ella era feliz con él, y luego venía Marco y la besaba! No, eso no estaba bien... Se había peleado con Marco por ello, justo después de cuando ella y Tom rompieran.

Pero aún asi, después de ese beso... Algo en ella había cambiado. Algo que no quería admitir.

Pero era real, y gracias a Marinette, lo había descubierto.

Marinette era una gran chica, y Star estaba agradecida con todas las tierras del Universo de haber podido conocerla. Cuando Star y Marco habían partido de California para hacer un intercambio en Francia, Marco y ella habían sido alojados por diferentes familias. Star, con la familia de Marinette, y Marco, con la de un tal Adrien Agreste.

Y Star estaba muy aliviada de que distintas familias los alojaran, por que su relación con Marco sin duda había empeorado desde entonces. En el avión no habían entablado conversación. Los dos se pusieron sus respectivos auriculares y miraron en direcciones opuestas todo el viaje. Cuando llegaron a Francia, intercambiaron unas pocas palabras antes de irse con las familias que los alojaban y a regañadientes tuvieron que despedirse.

Increíble que una relación de amistad tan fuerte se hubiese roto por una simple ruptura. Pero lo cierto era que no era solo por eso, si no por otro montón de reactores en cadena que habían deteriorado todo ese lazo de amistad que ambos habían construido con tanta positividad y alegría.

Pero luego, llegó Marinette. La azabache había intuído que algo malo ocurría, no bien vio las chocantes actitudes de Marco y Star en el aeropuerto. Ella no quería ser descortés, apenas conocía a Star y sabía que no era buena idea preguntarle, pero aún así lo hizo.

Cuando llegaron a la casa de los Dupain-Cheng, y Star había terminado de desempacar sus maletas con la ayuda de Marinette, la azabache lanzó su pregunta.

- Yo... Se que acabamos de conocernos, pero no puedo evitar verte así. ¿Qué ocurrió entre el chico que estaba en el aeropuerto y tú?

Star suspiró antes de contestarle en una oración coherente, pero la lengua se le había hecho un nudo, impidiéndole hablar. Marinette sonrió de soslayo, e invitó a que Star se sentara junto a ella en el suelo.

- Puedes contarme, ¿Sabes? no se lo diré a nadie. - le prometió, apoyando una mano contra su hombro, demostrandole que en el fondo verdaderamente la apoyaba, aunque casi ni la conociera realmente. Star sintió tanta buena onda hacia ella, que no pudo evitar soltar apenas una pequeña sonrisita, que hizo que Marinette se sintiera un poco mejor, pues creía que Star no iba a responderle. Pero en menos de lo que cantaba un gallo, Star había empezado a contarle poco a poco la historia desde el principio.

Unidos por la luna rojaWhere stories live. Discover now