Olvidé un pequeño detalle.
En cada visita, la notaba diferente. No en su actitud, si no, físicamente.
Sabía lo que hacía, y no me molestaba en absoluto, pero, me daba nostalgia verla así.
Cada día que venía, estaba más delgada. Su ropa cada vez le quedó más holgada.
Hoy, se dio cuenta de mi mirada, la veía fijamente con el ceño fruncido, y se dio cuenta de lo que estaba pensando.
"Sé que te das cuenta, y me alegra que no digas nada. Sé que tal vez no te agrade verme así, pero a mí no me agrada verte así. No me has dicho nada desde que vengo a verte, muy a penas volteas a verme. Estamos decayendo, y podemos ayudarnos"
Y me besó.