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—Leiner rápido, no quiero llegar tarde —me grita Brandon desde la sala de estar.
—Es solo una fiesta, no se irá de la casa de Liz por más que desees —le respondo, solo para que deje de apurarme.
—¿En qué nos vamos? — pregunta cuando llego junto a él.
—Pues vamos para el otro lado de la ciudad, a las nueve de la noche,  obviamente nos vamos a pie.

—¿En verdad?, Vamos mejor en taxi
—Te pagaré unas clases de sarcasmo, las necesitas, y urgente —el me mira serio, pero luego se ríe y me da un abrazo —ya pedí el Uber, según esto ya está llegando, pedí uno black, tenemos que llegar mega divas a esa fiesta.

—¿Y si nos preguntan que somos? —pregunta, teniendo la respuesta
— Pues diles la verdad, somos primos ¿O no es verdad?
—Si, es verdad, pero por lo menos diga que soy un flete
—Bueno, solo lo diré por una razón
—¿Cual?
—Aceptaste ir conmigo a la fiesta, creo que nuestra relación va mejorando, vivir juntos nos está ayudando en esto.

Brandon sonríe y en sus ojos se nota un brillo, de esos que dicen que solo se ven cuando estás viendo a la persona que amas. Llega el Uber y nos montamos, todo el camino hasta la fiesta la pasamos en silencio total, mientras miraba por la ventana, mi mente comenzó a recordár esa primera vez junto a él, cuando casualmente nos montamos en el mismo bus para ir a nuestro encuentro, dónde él no sabía quién era yo, todos esos bellos recuerdos, me hacen querer darle una nueva oportunidad, a pesar de haberme dejado solo, y de que yo me vengara de tal forma.

—¿Es aquí? —pregunta Brandon, sacándome de mis pensamientos, no me había  dado cuenta que ya habíamos llegado, doy gracias que no puede saber que estoy pensando.
—Supongo que si, es el único lugar que tiene música y mucha gente.

Pagamos el Uber y subimos las pocas escalas para poder entrar, veo que Liz está en la entrada recibiendo los invitados.

—Holo amor, ¿Y ese milagro que vienes a mis fiestas?
—Dieciocho años no se cumplen todos los días amiga
—Ya tú sabes — lo dice como si fuera una reggaetonera.
—Te presento a Brandon, mi Pri... Amigo —mierda, casi la cago

—Hola, mucho gusto conocerte Liz —dice y le estiende la mano

—El gusto es mío Brandon, qué linda mano, espero que no sea lo único lindo que tienes en tu cuerpo.
—Te aseguro que no —respondo, Brandon y Liz se quedan mirándome fijamente con los ojos muy abiertos, luego Liz se ríe y nos reímos para disimular y hacer creer que es una broma.

Entramos y me dirijo por una bebida, tengo demasiada sed, Brandon va directo al baño, le digo que lo espero aquí.

—Hey Leiner, ¿Que más pues? Tiempo sin verte —lo que faltaba, Juan, maldito Juan
—Hey Juan, bien ¿y tú?, Ahora estás más gordo, feo, que digo feo, estás horrible, está más lindo un zombie que tú ¿Que te hiciste?
—Veo que ahora los papeles han cambiado, ahora eres tú quien me insulta.
—Claro, todo cambia, por ejemplo tú, cambiaste de feo a horrendo, es el ciclo de la vida, creces, sacas grados y cambia tu cuerpo, Normal uno se pone más lindo, pero contigo como que le negaron ese privilegio

Se queda en silencio, con un vaso en la mano y mirando incómodamente el lugar

—¿Aún robas lapiceros?
—No, ahora robo corazones —dice como si fuera todo un galán de novela
—Gracias a Dios no traje el mío —me mira y comienza a reírse

—¿Vienes solo? —pregunta, nunca imaginé que Juan preguntara eso, y menos a mí
—No, vine con un amigo
— ¿Donde está?
—En el baño
—Entonces mientras vienes, vamos a bailar tú y yo —espera un momento ¿Que? ¿El más "macho" del bachillerato me invita a bailar?
—No gracias, solo quiero bailar con mi amigo, no con babosos.

—Está bien, te pierdes todo esto
—Tranquilo, no me pierdo de nada, vine con algo mucho mejor.

En ese momento llega Brandon justo a la mesa, y como si me leyera la mente me abraza y me da un beso en la cabeza y dice:

—¿Estás bien amor?

¡HEY J!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora