DÍA 8

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Día 8: Picnic with friends

(Día de campo con los amigos)

Era una tarde de verano tranquilo, el clima en la ciudad del amor era perfecto; no hacia tanto calor como otros días, ese día amaneció fresco.

En una hermosa y enorme mansión, era el hogar de los Tsuguri, Kagami se encontraba entrenando en la sala de esgrima junto a su tutor; sus padres se encontraban ahí también al igual que su abuela materna mirándola como entrenaba para la próxima competencia.

Con destreza y habilidad Kagami salió victoriosa al vencer a su tutor.

– Lo hizo muy bien Sta. Kagami. – felicitó el tutor a su alumna. – O como dice el dicho: el alumno ha superado al maestro. – hizo una reverencia el profesor.

– Gracias Monsieur Versalles. – agradeció ella.

– Pero para mí no fue suficiente. – habló enseguida la madre de Kagami. – Aun necesitas más entrenamiento Kagami. No es suficiente. Necesitas mejorar más en tu agilidad en vez de atacar.

– Noriko. – habló enseguida el esposa de ésta, pero la mujer le dedicó una mirada acida que hizo callar a su marido.

– Espero que esto no se vuelva a repetir Kagami. – mencionó Noriko mientras salía de la sala con un porte recto y derecho.

Kagami sintió una punzada en su pecho a la vez de un nudo en la boca del estómago. Pero ella se mantuvo firme y sin ninguna pizca de sentimiento en su rostro.

Su padre y su abuela al ver esto decidieron en hablar con ella.

– Puede retirarse Monsieur Versalles, gracias por su trabajo. – dijo la anciana mujer mientras que el profesor de Kagami se retiró dejando a los dos adultos con la chica.

– Kagami. – intentó hablar el hombre pero su hija se le adelanto.

– Daré lo mejor la próxima, padre. – hizo ella una reverencia.

– Lo hiciste perfecto mi linda flor. – Kagami levantó la mirada para encontrarse con la dulce y encantadora sonrisa de su abuela. – Ni siquiera tu madre tuvo toda esa habilidad y destreza cuando tenía tu edad.

– Yo... estoy agradecida. – dijo en un tono monótono la japonesa. – Pero aun así necesito entrenar más.

– Tómate un descanso. Te lo ganaste hija. – su padre le acarició tiernamente la cabeza revolviéndole cuidadosamente su cabello.

Kagami se despidió de su padre y de su abuelo y se retiró a su habitación.

Una vez en su habitación la chica tomó primero un baño refrescante, el estrés se había esfumado de sus hombros después de aquella deliciosa ducha fría. Se cambió en sus ropas más cómodas y luego se acostó en su cama.

Kagami todavía no sabía cómo satisfacer a su madre, ella daba lo mejor para ser la mejor esgrimista al igual que su progenitora pero al parecer Noriko no le convencía del todo; aunque su padre y su abuela siempre le decían lo contrario de que ella si lo había hecho bien su madre le decía negatividades. Desde que Kagami tenía memoria su madre nunca le había dicho un comentario positivo, esto hacia que a la azabache le molestara a la vez que se sintiera pésima.

Un sonido de su celular hizo romper toda esa tensión sobre la chica.

La chica tomó su celular que se encontraba en el buro, grande había sido su sorpresa cuando vio un mensaje de Luka por mediante WhatsApp.

Rápidamente la japonesa abrió el mensaje y sus ojos se dilataron a la vez que sentía sus mejillas calentarse y tornarse un poco rojizo.

En el mensaje que el Couffine le envió decía.

LUKAMI JULYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora