DÍA 11

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Día 11: Childhood

(Niñez)

Luka le había contado a Kagami todo sobre su infancia, sus aventuras, sus vergüenzas, sus miedos, sus amigos, etc.

Pero... ¿Qué hay de ella?

El mayor de los Couffine quería saber más de ella, quería saber cómo había sido la infancia de Kagami. Siempre que se le presentaba la oportunidad de estar con la chica y preguntarle sobre su remota infancia algo se lo impedía; el espacio personal de la japonesa y a ser un chismoso por aquella curiosidad que le invadía.

No fue que hasta un día, en uno de sus clases de esgrima se atrevió a decirle a la chica aquella pregunta que siempre le había rondado por la mente.

– Kagami, ¿Cómo era tu niñez?

La chica ni se inmuto despues de haberse quitado la careta.

– ¿A qué viene esa pregunta? – respondió ella con otra pregunta al muchacho.

– Perdona, es solo que, bueno tu sabes cómo era yo de niño y como había sido mi niñez. Y...

– Querías saber cómo era la mía. – interrumpió ella, Luka asintió nervioso y apenado.

– Está bien si no quieres decírmelo, quiero decir no voy a obligarte a hacerlo... digo no soy ese tipo de persona que obliga a los demás de lo que hagan porque no lo soy. – el Couffine se moría de pena por no controlar su lengua, se sentía como un estúpido.

Kagami sonrió levemente ante esto, y entonces ella dijo.

– Está bien, no tengo ningún problema con decírtelo. – ella se sentó en una de las bancas mientras Luka se sentó a un lado de ella. – No tuve una buena infancia que digamos, es más, ni siquiera recuerdo de lo que hice con la mitad de mi vida; siempre estuve en colegios para niñas aparte de tener clases particulares, no se me daba mucha libertad, siempre quisieron que mi vida fuera perfecta y que no tuviera ni un pequeño error en lo que hacía y hasta la fecha lo siguen haciendo.

Luka sintió como un balde de agua fría le cayera sobre él despues de escuchar a Kagami sobre su infancia, jamás pensó; es más; nunca se imaginó esa clase de vida que tendría la japonesa. Era difícil de creer.

– No te creo. – se limitó a decir eso el guitarrista. – ¿Es enserio de lo que me dices?

– Aunque no me creas es la verdad Luka. – suspiro la chica.

– Lo siento. No quería ser grosero. Es solo que se me hace injusto que nunca te permitieron una vida justa y llena de libertad.

– No lo sientas. No todos tenemos la fortuna de tener familias que te permitan hacer lo que quieres ser.

– Pero... no tienes algún recuerdo que te haya hecho feliz, ¿tan siquiera un poco? – la pregunta de Luka hizo sorprender a Kagami a la vez que aquella sensación hizo acelerar su corazón.

– Yo...

Kagami calló por un segundo mientras intentaba recordar que buenos momento tuvo ella de pequeña, hasta que...

– Recuerdo. Recuerdo un momento en el que disfrute un poco de mi infancia. – esto hizo llamar la atención del Couffine. – La prima de mi padre solía visitarnos cada año en el festival de los cerezos, ella siempre me llevaba a los pequeños puestos de juegos de mi ciudad y me permitía jugar a lo que yo quisiera sin poner ninguna condición, e incluso, hasta me compraba dulces o bocadillos típicos de los puestos de comida. Creo que esos eran los únicos recuerdos que me hicieron felices en mi infancia.

– Dime más. ¿Qué hacían tú y la prima de tu papá? – preguntó el guitarrista mientras veía una pequeña sonrisa en los labios de la chica.

– Bueno no recuerdo mucho, pero puedo asegurarte que siempre me la pasaba bien con ella.

El tiempo se detuvo para ambos jóvenes, mientras que Kagami le contaba alguna que otra anécdota sobre su infancia al muchacho; Luka no dejaba de prestarle atención en lo feliz y emocionada que se veía la japonesa.

Tal vez Kagami Tsuguri no tenía los mejores momentos de su infancia pero convivir con Luka eso le daría a ella agradables momentos en su adolescencia.

LUKAMI JULYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora